Pese a los avances en el diagnóstico y tratamiento
de la disección aguda de aorta durante las últimas tres décadas
sigue siendo una de las enfermedades de la aorta mas letales, siendo todavía
un reto la disminución de la mortalidad. La mayoría de los
autores coinciden en que su incidencia está aumentando en los países
industrializados, quizá incluso está infravalorada debido
al gran número de pacientes que fallecen antes de que se llegue
a un diagnóstico definitivo.
2. 1. CLASIFICACION
Actualmente la clasificación de Stanford propuesta por Daily
y colaboradores en 1970 es la que ha ganado el favor de la mayoría
de los autores , ya que está centrada en la presencia o ausencia
de afectación de la aorta ascendente, sin incluir la localización
de la rotura primaria de la íntima o de la extensión hacia
aorta distal que incluía la clasificación propuesta por DeBakey.
Esta sistema de clasificación es mas útil desde el punto
de vista patofisiológico porque es la afectación de la aorta
ascendente la que determina en gran parte el comportamiento de la disección
y las posibles complicaciones de la misma. (Fig.2).
El punto de disección inicial y la extensión distal de la
DA tienen escaso valor pronostico en sí mismos.
Dos tercios de la disección de aorta afectan a la aorta ascendente
(Stanford tipo A), y generalmente el sitio de disección inicial
se encuentra en aorta ascendente. El otro tercio afecta sólo a aorta
descendente (Stanford tipo B), con el sitio inicial de disección
mas frecuentemente a nivel de la raíz de arteria subclavia izquierda.
Otras localizaciones del inicio de disección (arco aórtico,
abdominal..) son mas raras aunque posibles. (51)
Otra posible clasificación es la referida al tiempo , así
hablaremos de disección aórtica aguda cuando se diagnostica
antes de los quince días desde el inicio de los síntomas
y crónica cuando han transcurrido más de dos semanas desde
el inicia de la sintomatología.
2. 2. PATOFISIOLOGIA E HISTORIA NATURAL
La lesión típicamente encontrada en los pacientes con
disección tipo B es degeneración de la musculatura lisa de
la media; generalmente son hipertensos y de edad avanzada; se cree es una
degeneración relacionada con un proceso normal de envejecimiento.
En el caso de los pacientes con disección tipo A , generalmente
mas jóvenes, a menudo existe anormalidades congénitas del
tejido conjuntivo en el tejido elástico de la media aórtica
(Síndrome de Marfan, síndrome de Ehlers-Danlos...)
Existen dos teorías sobre el evento inicial de la disección
de la íntima: para la mayoría es un desgarro primario
de la íntima; otros piensan que es una hemorragia de la vasa vasorum
que debilita la pared y rompe la íntima. Finalmente
en el caso del tipo B puede ser la rotura de una placa arterioesclerótica
ulcerada en el arco de la aorta descendente torácica la que
inicie la disección , aunque es un mecanismo infrecuente.
Tras la disección inicial la progresión depende de muchos
factores, incluyendo el rango de aumento de presión sistólica
, la presión media y la fuerza de cohesión de la pared
aórtica. De todos ellos quizás el más importante es
la fuerza de contracción del ventrículo izquierdo, que determina
la presión del pulso; aunque la presión absoluta aumenta
la tensión en la pared, es el ritmo de cambios de presiones (Vd/Vt)
el factor clave en la producción y evolución de la disección
aórtica.
La ruptura de la íntima se produce en zonas de la aorta que
están fijas a estructuras y por ello sujetas a fuerzas de cizallamiento
(istmo y raíz de arteria subclavia izquierda)
A medida que la sangre inicia la disección va creando una falsa
doble luz aórtica. Ambas luces pueden permanecer permeables a la
vez, o a veces puede producirse trombosis de la luz falsa, dando explicación
probablemente a la supervivencia de pacientes con disección aórtica
libres de tratamiento.
Una vez iniciada la disección las consecuencias de la
misma las podemos dividir en tres grupos:
a)Compromiso arterial: las complicaciones vasculares periféricas
se producen cuando el proceso de disección disminuye el flujo hacia
varias ramas, el mecanismo más frecuente es la compresión
de la luz verdadera por la falsa, y con menor frecuencia por obstrucción
de la salida del vaso por el "flap" de la intima.
b)Insuficiencia aórtica: hasta en un 60% de casos hay disección
retrógrada dando lugar a insuficiencia aórtica, en otros
casos la insuficiencia aórtica es secundaria a la dilatación
de la raíz aórtica. Esta situación es especialmente
grave en pacientes hipertensos con cierto grado de hipertrofia de ventrículo
izquierdo que no es capaz de acomodarse a la situación de sobrecarga
diastólica.
c) Rotura aórtica: con mayor frecuencia a pericardio o pleura
y en menor medida a retroperitoneo.
La mortalidad de la disección aórtica sin tratamiento
es altísima; según la mayoría de los autores más
de un tercio de los pacientes mueren en la primeras 24 horas, la mitad
en las siguientes 48 horas, dos tercios en la primera semana y casi el
90% mueren en el primer mes.
La mayoría de los pacientes con disección tipo A mueren
por taponamiento cardiaco secundario a ruptura abierta a pericardio, con
menor frecuencia por ruptura a pleura, insuficiencia aórtica
aguda con fallo ventricular izquierdo y en menor frecuencia por compromiso
de flujo a arterias coronarias o cerebro. La mayoría de los
pacientes con disección tipo B mueren por rotura a pleura y compromiso
arterial de órganos vitales, fundamentalmente oclusión de
arterias mesentéricas y renales con consiguiente compromiso de órganos
vitales. La afectación de extremidades juega un papel menos importante
en cuanto a pronóstico vital. (52)
2. 3. FACTORES PREDISPONENTES
La hipertensión arterial es el factor más frecuentemente
asociado a la disección aórtica, en la mayoría de
las series está presente del 70 al 90 % de los pacientes, asociado
con mayor frecuencia a disección tipo B. La hipertensión
arterial acelera el proceso degenerativo normal de la capa media.
Otros factores antes comentados son la existencia de anormalidades del
tejido conectivo, la presencia de aorta bicúspide y coartación
aórtica.
Predomina en varones con una razón de 3 a 1, pero existe una
asociación con el embarazo; la mitad de las disecciones de aorta
en la mujer ocurren en el seno de un embarazo, generalmente en el tercer
trimestre de la gestación. Otras asociaciones menos frecuentes son
en síndrome de Turner, Noonan y vasculitis de células gigantes.
La arterioesclerosis a menudo coexiste con la disección tipo
B, sin tener no obstante un papel claro en la etiología. La disección
postraumática es poco frecuente y generalmente están presentes
otros factores de riesgo. La yatrogenia (cateterismo o postcirugía
cardiaca) es muy poco frecuente, aunque de elevada mortalidad. (53)
2. 4. MANIFESTACIONES CLINICAS
Una de las manifestaciones mas constantes (hasta el 90 % de los pacientes
) es la presencia de dolor agudo, lancinante , de intensidad máxima
al inicio y que generalmente se inicia en región interescapular
y que migra a medida que avanza la disección. Puede variar la localización
inicial de acuerdo con el punto de inicio y distribución de la disección.
El paciente puede presentarse con tres de las complicaciones neurológicas
claves en la disección aórtica que incluyen accidente cerebrovascular
isquémico, neuropatía periférica isquémica
y paraparesia o paraplejía secundaria a afectación medular.
Infrecuentemente se presenta como síncope, generalmente en el
contexto de rotura a pericardio con taponamiento cardiaco. La presencia
de fallo ventricular izquierdo agudo casi invariablemente supone la presencia
de insuficiencia aórtica aguda, está presente en dos tercios
de todas las disecciones tipo A.
Los hallazgos clínicos son habitualmente suficientes para realizar
diagnóstico de sospecha, aunque en ocasiones está casi por
completo ausentes. El paciente generalmente muestra signos de mala perfusión
periférica, pese a que la hipertensión arterial es la norma
en la mayoría de los casos. La presencia de hipotensión arterial
generalmente es secundaria a ruptura de la disección, más
frecuente en paciente con disección tipo A. En algunos casos las
medidas de TA son falsamente bajas consecuencia de la afectación
de arterias subclavias, siempre es recomendable obtener datos de ambos
brazos, ya que aunque posible la afectación bilateral es mas rara.
La disminución o ausencia de pulsos es un hallazgo guía
en la disección aórtica, está presente en al menos
dos tercios de los pacientes. Los déficits de pulso están
influenciados por la cifra de tensión arterial, por la existencia
o no de reentrada y el movimiento característico de la intima ("flapping"),
por este motivo pueden ser cambiantes a la exploración física.
Otras arterias importantes pueden verse afectadas, así ocurre
infarto de miocardio hasta en 2% de casos, e isquemia mesentérica
o infarto en menor proporcion. La circulación a uno o ambos riñones
puede verse comprometida, que generalmente desencadena hipertensión
arterial por aumento de liberación de renina. Además pueden
verse implicadas las arterias de extremidades, en algunos casos dan lugar
a falsos diagnósticos de embolismos distales.
2. 5. DIAGNOSTICO
2. 5. 1. Hallazgos de laboratorio:
Además de la sospecha basada en la presencia de manifestaciones
clínicas, los hallazgos de laboratorio no suelen ser reveladores.
En dos tercios de los pacientes existe leucocitosis, puede existir
una moderada anemia por secuestro de sangre en la falsa luz y moderados
aumentos de lactato deshidrogenasa secundaria a la existencia de discreta
anemia hemolítica. La normalidad de enzimas cardiacas sirven como
parte del diagnóstico diferencial con el infarto agudo de miocardio.
2. 5. 2. Exámenes complementarios:
Una vez completada la anamnesis y exploración física
detallada, y ante la sospecha de disección aórtica es necesario
realizar la prueba o pruebas complementarias capaces de descartar o confirmar
el diagnóstico de la misma .
Además de la radiología simple de tórax con los
signos de sospecha como ensanchamiento mediastínico o el clásico
"signo del calcio", que lógicamente tiene limitaciones de todos
conocidas existen opciones a nuestra disposición como son aortografía,
tomografía axial computarizada, resonancia nuclear magnética
y ecocardiografia-doppler.
Antes de elegir una o varias de las opciones mencionadas coviene preguntarse
que información consideramos de importancia para un correcto enfoque
terapéutico; de manera sencilla podemos resumirlos en tres puntos
esenciales:
1.Confirmar la disección
2.Afectación de aorta ascendente, ya que de esta información
se deriva la indicación quirúrgica o no del paciente con
disección aórtica.
3.Demostrar la existencia de anormalidades anatómicas
que pudieran variar el enfoque terapéutico posterior.
Un segundo paso es elegir entre las distintas posibilidades que son
capaces de dar esa información, la que de manera ideal reuniera
las siguientes características:
· Segura para el paciente.
· Rápida y de disponibilidad habitual en nuestro centro.
· Sensible, específica y con fiabilidad en su valor predictivo
positivo y negativo.
· Costo-beneficio aceptable.
· Capacidad para determinar pronóstico a corto y largo
plazo.
· Posibilidad de utilización intraquirúrgica,
con capacidad de ayudar a planear y en su caso modificar la técnica
quirúrgica.
Ninguna de las anteriores reune todas y cada una de las características
mencionadas, la clave está pues en elegir dependiendo del caso en
concreto la más segura para el paciente, con la mayor calidad y
menor costo. (54)
2. 5. 2. 1. Aortografía:
Clásicamente considerada como el estardard de oro, tiene en
las mejores series una sensibilidad del 88% y una especificidad del 94%.
Los falsos negativos no son infrecuentes, relacionados con trombosis de
la falsa luz, malposición de catéter o relleno simultáneo
de ambas luces que impide ver la imagen del "flapping". Sólo es
capaz de identificar la entrada de la disección en menos de dos
tercios de los casos. Es invasiva, cara y no exenta de riesgo para el paciente.
No está indicada de manera seriada en el seguimiento del paciente.
En el paciente crítico además añade el riesgo de su
lentitud que evita la atención urgente al paciente. Aunque mantiene
indicaciones, ya mencionadas anteriormente, como el paciente con afectación
renal, tiende a ser desplazada por otras pruebas diagnósticas
no invasivas. (55)
2. 5. 2. 2. Tomografía axial computerizada (TAC)
Tiene una sensibilidad, especificidad y exactitud en valor predictivo
y negativo igual que la aortografía, e incluso superior en caso
de TAC espiral . Según las distintas series su sensibilidad varía
entre el 82 al 100%, su especificidad del 90 al 100%. Las desventajas de
utilizar la TAC incluyen la falta de movilidad del equipo, incapacidad
de dar resultados dinámicos como el grado de regurgitación
aórtica, el uso de contraste intravenoso y habitualmente la incapacidad
de visualizar la afectación de colaterales arteriales. Quizá
la práctica incapacidad de demostrar el sitio de entrada de la disección
es una de las mayores limitaciones. Además de ser poco aconsejable
en el paciente inestable con necesidad de monitorización continua.
Es un método aceptable, aunque no de elección , en el seguimiento
postoperatorio. (56)
2. 5. 2. 3. Resonancia nuclear magnética (RNM)
A diferencia de la aortografía no es invasiva, y como ventaja
del TAC no necesita contraste intravenoso. Tiene en manos experimentadas
una sensibilidad del 100%, siendo capaz de identificar la entrada de la
disección en el 100% de los casos. La posibilidad de disponer de
cine-RNM permite dar obtener información semicuantitativa del grado
de la existencia y grado de regurgitación aórtica. Todo lo
anterior la haría el nuevo estandar de oro para el diagnóstico
de disección aórtica, sin embargo tiene limitaciones como
son el manejo de pacientes con dispositivos metálicos o marcapasos
definitivos, baja disponibilidad y alto costo. Además en el
paciente crítico, habitualmente en ventilación mecánica
y con alta necesidad de monitorización y soporte hemodinámico
la técnica no es de elección. Sí se ha probado como
un buen método diagnóstico en el paciente estable y como
herramienta eficaz en el seguimiento del paciente intervenido.(57)
2. 5. 2. 4. Ecocardiografía.
Es una técnica no invasiva, disponible en la mayoría
de los centros, que no necesita contrastes intravenosos y desplazable a
la cabecera del paciente. Usada en combinación con doppler e imágenes
de flujo a color da información sobre la existencia y grado de regurgitación
aórtica.
2. 5. 2. 4. 1. Ecografía transtorácica:
Tiene baja sensibilidad y especificidad (inferior al 60%), pero un
alto valor predictivo positivo. Sus mayores limitaciones son la incapacidad
para visualizar la totalidad de la aorta torácica, mala calidad
de imagen en un 10% de pacientes (enfisematosos, obesos, ventilación
mecánica...) y no es capaz de visualizar arterias coronarias.
2. 5. 2. 4. 2. Ecografía transesofágica:
Es una técnica segura, con alta sensibilidad y especificidad
(99% y 97% respectivamente) , con la introducción de sondas biplanares
y multiplanares han posibilitado la visualización de la totalidad
de la aorta torácica. Hay muchas ventajas que recomiendan la técnica
como de primera elección en pacientes con sospecha de disección
aórtica. Cumple plenamente los tres principios expuestos anteriormente:
establece el diagnóstico, determina la afectación de aorta
ascendente y define la existencia de anatomía anormal. Se
puede realizar a cabecera del paciente, de especial importancia en el paciente
crítico, no implica desplazamientos de grandes equipos, ni personal
extra. Da información sobre características intracardiacas,
incluyendo pericardio, estima función sistólica y da información
semicuantitativa sobre la existencia o no de afectación valvular.
Permite manejo intraoperatorio en caso necesario, indentificando factores
de riesgo demostrado que afectan a la supervivencia a largo plazo como
son la existencia de falsa luz con persistencia de flujo y la extravasación
a pericardio o pleura. Además es mas barata que el resto de exploraciones
comentadas y que en la mayoría de los casos dan información
sólo parcial del paciente con sospecha de disección aórtica.(58,
59, 60)
2. 5. 2. 5. Ultrasonidos intravasculares (IVUS)
Se han descrito recientemente en la evaluación del paciente
con sospecha de disección aórtica. La sonda es introducida
por vía arteria femoral y avanza vía retrógrada visualizando
la totalidad de la aorta abdominal y torácica.
Generalmente da información complementaria en pacientes
diagnosticados por algunos de los procedimientos convencionales, como son
la localización, extensión y características del séptum
que separa ambas luces y demostrar cual de las luces es la responsable
de la irrigación de ramas aórticas importantes como la mesentérica,
renales o ilíacas comunes. Su mayor utilildad estriba en la información
para establecer un correcto planteamiento quirúrgico y para control
de procedimientos de fenestración y colocación de stents
intraluminales.(61)
En resumen ,con toda la información publicada hasta el momento,
para la mayoría de los autores sería la ecocardiografía
combinada (TEE + doppler) la técnica de elección para realizar
diagnóstico, planear tratamiento quirúrgico y para el seguimiento
posterior del paciente con disección aórtica. Todo paciente
con sospecha de disección aórtica, aunque sea baja,
debe ser sometido a uno de las pruebas de imagen anteriores. Un paciente
con alta sospecha de enfermedad debe ser sometido a una segunda prueba
de imagen en el caso en que la primera fuera negativa. Ante un paciente
con alta probabilidad de disección aórtica el médico
responsable debe evitar demoras en el diagnóstico, eligiendo la
prueba más rápidamente disponible en su centro, ya que las
demoras tienen un efecto deletéreo sobre la supervivencia y aumentan
las complicaciones del paciente con disección aórtica. De
la situación clínica del paciente dependerá en gran
parte la estrategia diagnostica, que en cualquier caso debe hacerse eligiendo
en cada caso dependiendo de las características y posibilidades
del centro receptor. (62)
2. 6. TRATAMIENTO
Durante las últimas tres décadas el tratamiento de la
disección aórtica se ha desarrollado de manera empírica;
no ha habido estudios randomizados y controlados que comparen el tratamiento
medico y el quirúrgico en pacientes comparables en ninguna institución.
De cualquier forma existen amplias áreas de consenso sobre la actuación
ante un paciente con disección aórtica, aunque aun existen
controversias sin resolver.
El tratamiento del paciente con disección aórtica puede
ser dividido en dos fases: manejo inicial o tratamiento a corto plazo y
el tratamiento definitivo.
2. 6. 1. Manejo inicial. Tratamiento a
corto Plazo
Debido a la elevada mortalidad en las primeras horas desde el inicio
de la disección, desde el momento en que tenemos sospecha clínica
de la misma deben instaurarse medidas terapéuticas enérgicas,
incluso antes de iniciar las pruebas que nos darán confirmación
diagnóstica. El manejo inicial del paciente es simultáneo
al enfoque diagnóstico que definitivamente confirme la disección
y permita indicar tratamiento definitivo , quirúrgico o médico
en cada caso.
Objetivos:
· Facilitar diagnóstico rápido y en óptimas
condiciones
· Monitorización hemodinámica
· Detección y tratamiento de complicaciones
El manejo del paciente se realizará en la unidad de cuidados
intensivos, o coordinada por la misma; iniciando medidas terapéuticas
simultáneamente con el desarrollo de medidas diagnósticas.
La situación más frecuente es el paciente que acude con dolor
e hipertenso. El objetivo inicial del tratamiento es reducir la tensión
arterial a niveles mínimos compatibles con una adecuada perfusión
renal, cerebral y cardiaca, manteniendo monitorización invasiva
de la misma, sonda urinaria para control de diuresis horaria y monitorización
continua de ECG. Incluso antes de iniciar tratamiento hipotensor debe ser
prioritaria la correcta sedoanalgesia del paciente, de elección
opiáceos como cloruro mórfico o fentanilo; un paciente analgesiado
disminuye la necesidad de drogas hipotensoras en muchos casos.
La combinación de nitroprusiato sódico (25 a 50 microgramos
/minuto) y betabloqueantes sigue siendo de elección en la mayoría
de los casos. Antagonistas del calcio por vía parenteral, como verapamil
o diltiacem pueden estar indicados en casos de contraindicación
para uso de betabloqueo (enfermedad pulmonar obstructiva crónica,
fallo cardiaco..). El labetalol, bloqueante alfa y beta adrenérgico
se ha mostrado eficaz en el control del enfermo hipertenso con disección
aórtica, siendo además una buena alternativa para tratamiento
a largo plazo por vía oral del paciente con disección aórtica
sin indicaciones de tratamiento quirúrgico. El uso de trimetafan
ha quedado relegado en la mayoría de los casos al fracaso de drogas
anteriores, como principal problema es la rápida aparición
de taquifilaxia.
2. 6. 2. Tratamiento definitivo: Indicaciones
quirúrgicas.
Como comentamos anteriormente el tipo de disección (A o B de
Stanford) y su presentación clínica (aguda o crónica)
son de gran importancia para establecer la estrategia terapéutica
definitiva, distinguiremos pues tres grupos de pacientes teniendo en cuenta
ambas clasificaciones.
2. 6. 2. 1. Disección aguda tipo A:
· Indicaciones:
Todos los pacientes con disección aguda tipo A deben ser
candidatos a cirugía urgente de reparación de aorta. Esta
intervención debe preceder a las de revascularización
periférica secundaria a complicaciones de la disección, ya
que en muchos casos obvia la necesidad de las mismas. Como excepciones
a la indicación de cirugía se incluyen:
1.Pacientes con accidente cerebrovascular masivo.
2.Pacientes con enfermedad sistémica avanzada que implica nula
o escasa
capacidad de rehabilitación ( p.e neoplasias en estadios avanzados...)
3.En algunos casos en los que se ha producido trombosis completa de
la falsa luz puede abordarse , al menos inicialmente, con tratamiento médico
conservador. (63)
· Tipo de cirugía:
El objetivo principal de la cirugía en los pacientes con
disección tipo A es reemplazar la aorta ascendente para prevenir
la ruptura o extensión proximal que pudiera resultar en ruptura
intrapericárdica y taponamiento cardiaco. Con distintas variaciones
técnicas , generalmente bajo hipotermia y con by-pass cardiopulmonar,
se procede a la sustitución de la aorta ascendente y arco aórtico
proximal por una prótesis, reconduciendo distalmente el flujo aórtico
hacia la luz verdadera, mejorando la perfusión de arterias distales
anteriormente afectadas por efecto de compresión extrínseca
de la falsa luz. Siempre que sea factible es aconsejable la reparación
de la entrada de la disección. Si existe regurgitación aórtica
en la mayoría de los casos se realiza reconstrucción de raíz
aórtica, con preservación de la válvula nativa; excepciones
son pacientes con síndromes de Marfan o Ehlers-Danlos o aquellos
con anuloectasia aórtica en los que se recomienda sustitución
valvular. (63, 64,
65, 66).
2. 6. 2. 2. Disección aguda tipo B :
· Indicaciones y tipos de cirugía:
A diferencia del grupo anterior donde hay consenso entre
todos los autores, el tratamiento definitivo del paciente con disección
sin afectación de aorta ascendente permanece siendo objeto de debate.
La controversia se establece debido al pronóstico relativamente
bueno del tratamiento conservador en estos pacientes comparado con la disección
tipo A y a la alta mortalidad quirúrgica publicada en la mayoría
de las series. Destacan básicamente el enfoque que podemos considerar
clásico y el enfoque de el grupo de la Universidad de Stanford,
basado en amplia experiencia propia.
Clásicamente el paciente con disección aguda tipo
B no complicada debe seguir tratamiento médico, reservando la intervención
quirúrgica para pacientes con complicaciones mayores (rotura aórtica,
isquemia distal...) dolor persistente o intratable, progresión de
la disección o hipertensión rebelde a tratamiento. Incluidos
como excepciones pacientes seleccionados, jóvenes de bajo riesgo
operatorio, donde se realiza sustitución del segmento de aorta afectado
y resección de la rotura primaria de íntima en caso posible,
generalmente usando by-pass cardiopulmonar parcial (femoro-femoral,
aurícula izquierda-femoral o arteria pulmonar-femoral). El hecho
de que la cirugía en la mayoría de los casos fuera realizada
en situación de urgencia, en muchos casos con complicaciones graves
hace que la mortalidad operatoria esté en la mayoría de las
series de referencia históricas por encima del 70 %. Complicaciones
graves como la rotura aórtica, la isquemia mesentérica
o renal, junto con la edad avanzada (mas de 75 años) son descritos
como factores independientes de aumento de mortalidad.
En un estudio retrospectivo conjunto de las Universidades de Duke y
Stanford la mortalidad precoz (30 días) era idéntica en los
pacientes con disección tipo B no complicados sometidos a cirugía
electiva que los que siguieron tratamiento médico; situándose
la mortalidad quirúrgica por debajo del 13% (frente al 80% de la
cirugía urgente); esto hizo pensar que la reparación quirúrgica
precoz de los segmentos afectados de aorta disminuirían en teoría
la dilatación aórtica y aparición de falsos aneurismas
(una de las principales causas de cirugía tardía y mortalidad),
la progresión de la disección y la aparición de complicaciones
isquémicas tardías; de esta manera son partidarios de realizar
el reemplazo del segmento de aorta descendente torácica más
afectada en pacientes seleccionados con disección aórtica
tipo B no complicada de manera precoz. (67,
68, 69)
2. 6. 2. 3. Disección crónica tipos A y B:
· Indicaciones:
Las indicaciones para la disección crónica son
más restringidas, incluyendo a todos los pacientes sintomáticos
y los asintomáticos con falso aneurisma de aorta ascendente o descendente
de diámetro mas de dos veces superior a la aorta "normal" ( > de
5-6 cm ). Dentro del grupo de pacientes asintomáticos a destacar
los que padecen enfermedad de Marfan, generalmente jóvenes y de
bajo riesgo , que actualmente presentan baja mortalidad operatoria en todas
las series.(70)
2. 7. COMPLICACIONES VASCULARES PERIFERICAS
MAS FRECUENTES
2. 7. 1. Isquemia de Miembros
Hay descritas muchas alternativas de aproximación terapéutica
al paciente con isquemia de miembros como complicación de disección
aórtica; no obstante la opción que actualmente cuenta con
mayor solidez es primero realizar cirugía de reparación aórtica
que en muchos casos hace innecesaria la revascularización periférica.
Para este grupo de autores la revascularización local tiene indicación
en el paciente de alto riesgo con disección aórtica tipo
B que debe ser manejado con tratamiento médico.(71)
Otros autores recomiendan reconstrucción vascular periférica
previa (fenestración de aorta abdominal o by-pass extraanatómico),
bien como coadyuvante de cirugía de reconstrucción aórtica
en pacientes con disección tipo A o como tratamiento único
en pacientes con disección tipo B bajo tratamiento médico.
Según este grupo recomiendan en disección tipo B complicada
con isquemia la realización de fenestración, tromboexclusión
en caso de rotura inminente o gran dilatación, reservando la cirugía
de reconstrucción con colocación de prótesis para
pacientes con ruptura de aorta. (72)
2. 7. 2. Accidente cerebrovascular
Es generalmente complicación de disección tipo A, constituyendo
en si mismo una contraindicación para cirugía de reconstrucción
aórtica si es masivo. Dependiendo de cada serie, los distintos autores
recomiendan cirugía de reconstrucción aórtica en fase
aguda o diferir la intervención hasta la estabilización
de la sintomatología. (73)
2. 7. 3. Paraplejía
Puede aparecer como complicación del paciente con disección
aórtica, no es un factor de mortalidad independiente de la cirugía
de reconstrucción aórtica o de mortalidad tardía y
no debe alterar el manejo agresivo del mismo, siendo en extremo importante
la información al paciente de las escasas posibilidades de recuperación
existentes.
A pesar de la mejora técnica, ningún método de
protección espinal se ha mostrado como infalible, por lo que es
una complicación infrecuente del postoperatorio de disección
tipo B; lo cual debe ser siempre entendido y aceptado antes de realizar
dicha cirugía de reconstrucción. Como comentamos anteriormente
además de las distintas técnicas de protección espinal,
la utilización de potenciales evocados durante la intervención
quirúrgica ha demostrado ser util al disminuir el tiempo de isquemia
espinal, disminuyendo la incidencia de afectación medular postoperatoria.
2. 7. 4. Isquemia renal
El fracaso renal pre o perioperatorio es un factor independiente asociado
a mal pronóstico del paciente con disección aórtica.
Al igual que con las complicaciones anteriores la controversia se centra
en abordar primero el problema que motivó la complicación
con cirugía de reconstrucción aórtica o realizar cirugía
de reperfusión renal . En este caso las ventajas del primer enfoque
a diferencia de la isquemia de miembros resulta menos claras, asociándose
una alta mortalidad precoz (30 días). Como mencionamos antes en
el paciente con fracaso renal en el momento de la presentación y
siempre que las características clínicas y hemodiámicas
lo permitan está indicado la realización de arteriografía;
lo que permitiría la restitución endovascular de perfusión
renal ( angioplastia o colocación de stents) que serviría
de tratamiento definitivo en ciertos casos o provisional previo a cirugía
de reconstrucción aórtica. Este es quizá el enfoque
que permitiría mejorar el pronóstico del fracaso renal asociado
a la disección aórtica.(74)
2. 7. 5. Isquemia visceral
La isquemia mesentérica es afortunadamente una complicación
infrecuente porque conlleva una mortalidad superior al 80%. No está
claro el abordaje ideal, algunos mantienen la política de abordar
primero la reconstrucción aórtica y en el mismo tiempo operatorio
si está indicado realizar cirugía de revascularización
mesentérica, fenestración de aorta supraceliaca o bien resección
intestinal. Actualmente un enfoque esperanzador es la realización
de terapia endovascular durante la angiografía aórtica, disminuyendo
el tiempo de hipoperfusión y limitando los efectos devastadores
de la isquemia mesentérica una vez establecida.(71,74,75)
2. 8. CONCLUSIONES
· Debe considerarse la posibilidad de disección aórtica
en el diagnóstico diferencial de isquemia periférica, especialmente
cuando existe compromiso multiorgánico.
· El diagnóstico debe realizarse lo más rápido
posible, dependiendo del paciente y de los medios disponibles en el centro
receptor; demoras innecesarias aumentan la morbimortalidad del paciente.
· Existe consenso sobre la indicación de reparación
urgente en pacientes con disección tipo A, el tratamiento del tipo
B permanece siendo objeto de debate.
· El abordaje de las complicaciones vasculares periféricas
varía según distintos autores, pero en cualquier caso parece
que las nuevas técnicas de reparación endovascular pueden
ser de especial interés en esos casos.
· Todos los pacientes, quirúrgicos o no, deben mantener
tratamiento de por vida con antihipertensivos e inotropos negativos; manteniendo
controles periódicos que puedan minimizar el riesgo de complicaciones
y disminuir la mortalidad tardías.
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