Capítulo 5. 8. Soporte nutricional enteral

7.- TÉCNICAS DE ADMINISTRACIÓN DEL SOPORTE NUTRICIONAL ENTERAL


El aporte de la nutrición está determinado, en parte, por la vía de administración. La alimentación intermitente o "en bolo" son bien toleradas cuando se administra en el interior del estómago, pero no cuando se hace intrayeyunal. La alimentación por bolo intragástrica parece más fisiológica al asemejarse al patrón de nutrición normal, es más barata y, si las sondas son de un calibre aceptable, permite la infusión de fórmulas viscosas y homogeneizadas. Puede ser más conveniente que la infusión contínua en pacientes con vaciamiento gástrico normal o que reciban nutrición enteral domiciliaria, y no debería usarse en alimentación intraduodenal o intrayeyunal. Este tipo de nutrición presenta una serie de incovenientes: a) mayor intolerancia en pacientes con síndrome de intestino corto y malabsorción, b) mayor posibilidad de broncoaspiración, c) intolerancia fisiológica al bolo de hidratos de carbono, grasas o proteína, y d) mayor tiempo requerido para la alimentación. Los bolos de nutrición no deben infundirse a más de 30 ml/min y deben darse inicialmente volúmenes pequeños que se incrementan hasta 300-400 ml cada 4-6 horas.44 No obstante si la albúmina sérica (seroalbúmina) es menor de 3 g/dl puede enlentecerse la motilidad intestinal y el vaciamiento gástrico, necesitándose valores mínmos de 3,5 -4 g/dl para obviarlos.37

La alimentación contínua, por gravedad o mediante bombas de infusión, puede ser más fácil y cómoda, pero presenta los inconvenientes derivados de la contaminación y proliferación bacteriana de la dieta, así como la necesidad de usar sistemas de infusión con/sin bombas, lo que también la encarece. Sin embargo, la administración intragástrica contínua es la forma de alimentación más frecuente en régimen hospitalario, y la que se aconseja cuando la nutrición se realiza a través de la vía duodenal o yeyunal, si bien, puede tolerarse la administración intermitente a bajo volumen (inicialmente, 25 ml/hora para ir incrementándose cada 8-12 horas según tolerancia, es decir, si no existe distensión abdominal y el contenido de resíduos gástricos en 4 horas es < 100 ml).35

Aunque ha existido controversia entre ambos métodos, intermitente y contínuo, de alimentación intragástrica, se consideran prácticamente equivalentes, quedando la indicación de cada uno en dependencia de la tolerancia del paciente, la conveniencia y el costo. Se han documentado ventajas de la nutrición contínua por bomba en forma de reducción en la cantidad de resíduos gástricos (y, por tanto de broncoaspiración), mayor tolerancia y, quizás, mejor aprovechamiento y utilización de los nutrientes. Los pacientes críticamente enfermos suelen tolerar mejor la nutrición contínua que la intermitente.21

Existen opiniones contradictorias en cuanto al empleo de SN enteral precoz, definido como el que se instaura en un período de tiempo inferior a las 24 horas, respecto al parenteral. También en cuanto al SN enteral precoz respecto al convencional, es decir, el iniciado dentro de los 5-7 días postagresión.59 En principio, habida cuenta de sus efectos a nivel de la barrera mucosa intestinal, función inmune y, probablemente, en la reducción del hipermetabolismo y mejoría en el pronóstico, el SN enteral, aún el precoz, debería considerarse como un objetivo prioritario.15 Del mismo modo, los análisis costo-beneficio favorecen de forma clara a este tipo de soporte nutricional, al resultar en una mejora en los índices de recuperación y estancia hospitalaria. 

No obstante, su utilización en pacientes críticos puede comportar varios inconvenientes. Por una parte, y debido a la alta prevalencia de gastroparesia en este tipo de pacientes, puede hacerse necesaria la administración a nivel transpilórico, lo que, en ocasiones, puede comportar una gran dificultad. Por otra parte, ha de tenerse en cuenta, que la mayoría de los estudios clínicos evaluando las ventajas del soporte nutricional se han realizado en poblaciones de pacientes que se encuentran en fase de recuperación de procesos agudos y, por lo general, autolimitados (p.e. cirugía o trauma), no siendo extrapolables sus resultados a pacientes con patologías agudas o progresivas (p.e. estados de choque o disfunción multiogánica); de hecho, en este último grupo, existen importantes anormalidades en el procesamiento de nutrientes y reducciones significativas en el flujo sanguíneo esplácnico, que hacen menos probable que este tipo de soporte nutricional sea de beneficio. Se han demostrado fenómenos de isquemia intestinal ante intentos de establecer un SN enteral completo en pacientes quemados y con sepsis.60, 61, 62, 63

Por último, es posible que en ciertos subgrupos de pacientes (p.e. traumatismos craneoencefálicos, politraumatizados con tracto gastrointestinal indemne, quemados, disfunción multiorgánica, ciertos pacientes postquirúrgicos, trasplantados de médula ósea, etc.) el empleo precoz de SN enteral comporte beneficios, incluso a débitos bajos en caso de intolerancia. De igual forma sucedería con la utilización de dietas especiales enriquecidas con ciertos nutrientes como la glutamina, la arginina, etc., si bien, hacen falta más estudios al respecto para demostrar su utilidad.28, 64, 65, 66