|
1. 1. CONCEPTO
El síndrome escrotal agudo es una urgencia urológica cuyo
principal síntoma es el dolor intenso del contenido escrotal, su
importancia radica en el diagnóstico precoz de la torsión
testicular, cuadro de emergencia quirúrgica, por lo que se ha establecido
un síndrome en el que se engloban diversas afecciones intraescrotales
cuyo denominador común es el dolor testicular de aparición
brusca que puede ir acompañado de otros síntomas dependiendo
de su etiología, como tumefacción escrotal, náuseas,
vómitos, síndrome miccional... que nos orientarán
sobre el diagnóstico.
1. 2. RECUERDO ANATOMICO
El escroto es la bolsa que aloja al testículo, éste es
una glándula de forma tubular cuya capa externa es la túnica
albugínea. Del polo superior del testículo sale el epidídimo
que tras descender por la cara posterior de éste, se continúa
con el cordón espermático. El cordón espermático
está formado por el conducto deferente, los vasos sanguíneos
(arterias espermáticas y deferencial y venas espermáticas),
linfáticos y nervios que llegan a la glándula. El cordón
espermático está envuelto por el músculo cremaster.
La irrigación del testículo procede de la arteria espermática
interna, rama de la aorta abdominal y el drenaje venoso se realiza a través
de la vena espermática interna que desemboca en la vena cava inferior
en el lado derecho y en la vena renal en el lado izquierdo.
Las funciones del testículo son endocrina, las células
de Leydig sintetizan y liberan la testosterona y exocrina que es la espermatogénesis.
1. 3. CLASIFICACION ETIOLOGICA
1.—Torsión testicular o funicular.
2.—Torsión de apéndices testiculares.
3.—Orquitis y/o epidimitis.
4.—Traumatismos.
5.—Otras causas que producen dolor testicular pero en los que la aparición
del dolor no es de forma brusca y es menos intenso pero que también
pueden plantear el diagnóstico diferencial: tumores testiculares,
hidrocele y varicocele.
1. 4. TORSION TESTICULAR
Se pueden producir desde el período neonatal hasta los 40 años
aunque es raro que se produzca más allá de los 20 años,
con 2 picos de máxima frecuencia, uno en el período neonatal
y otro sobre los 14 años.
La prevalencia en España es del 1 al 1,5% de las urgencias urológicas.
Cabría distinguir dos cuadros bien diferenciados:
a) Torsión funicular: en la que se torsiona el cordón
espermático o el testículo.
b) Torsión de apéndices testiculares: sobre todo del
pedículo del apéndice de Morgagni por lo que se le denomina
torsión de hidatides, cuadro que no tiene gravedad pero que si tiene
importancia en cuanto al diagnóstico diferencial.
— Torsión funicular
Se debe a un giro del testículo o del epidídimo que toma
como eje al cordón espermático, este giro tiene que ser de
360 ° o más para que dé lugar a una compresión
de las estructuras vasculares con la obstrucción circulatoria consiguiente
que produce una isquemia que puede terminar en necrosis del testículo.
Hay que distinguir, según donde se localice el giro del cordón,
dos tipos de torsiones, una extravaginal, la torsión es antes de
entrar en la túnica vaginal y otra intravaginal, en la cual sólo
se torsiona el testículo situado dentro de la túnica vaginal.
a) Torsión funicular extravaginal
Es típica del período neonatal. La torsión se produce
en el anillo inguinal externo, se puede producir intrauterinamente, previo
al parto, con afectación de todo el contenido escrotal.
Clínicamente hay una masa escrotal firme y dura, indolora o
poco dolorosa y opaca a la transiluminación.
El diagnóstico diferencial hay que establecerlo con:
— Hernia estrangulada.
— Vaginitis meconial, que puede ser bilateral.
— Hidrocele del neonato por persistencia del conducto peritoneo-vaginal.
— Tumores testiculares del neonato, son raros.
El tratamiento es quirúrgico con orquiectomía y fijación
transescrotal del otro testículo.
b) Torsión funicular intravaginal
Cuadro frecuente en el niño y adolescente con una mayor frecuencia
entre los 8 años y 20 años y un pico de máxima frecuencia
sobre los 14 años.
Generalmente, la torsión se produce de forma espontánea
aunque puede haber antecedentes de traumatismo, frío, ejercicios
o estímulos sexuales que estimulen la contracción del músculo
cremastérico, siendo más frecuente la aparición nocturna.
Es frecuente que antes de que se instaure el cuadro agudo, la aparición
de dolores testiculares leves o moderados por giros menores que no llegarán
a producir torsión completa.
Clínicamente se caracteriza por dolor de aumento brusco e intensidad
creciente en el testículo afectado, con enrojecimiento y edema escrotal
al que puede acompañar un síndrome vegetativo (sudoración,
náuseas, vómitos). No hay síndrome miccional, siendo
rara la fiebre, que aparece sólo en casos evolucionados donde hay
necrosis testicular.
En la exploración física destaca que el testículo
afecto está más alto que el contralateral y horizontalizado,
es el signo de Gouverneur positivo, que al elevar el testículo no
mejora el dolor o incluso duele más, es el signo de Prehn, que es
negativo y el reflejo cremastérico, que consiste en la estimulación
de la cara interna del muslo provocando de forma refleja la contracción
del músculo cremastérico y ascenso del testículo,
este reflejo está abolido.
En las exploraciones complementarias, la analítica de orina
es normal, y en el hemograma es frecuente la aparición de leucocitocis
con desviación a la izquierda.
Ecografía: prueba poco específica para el diagnóstico
de la torsión testicular. El patrón hipoecogénico
es el más frecuente, aunque también puede haber hiperecogenicidad
focal o difusa, y esta heterogenicidad estará en función
del grado de evolución en la que se encuentra la torsión
testicular en el momento de la exploración ecográfica.
Ecografía eco-doppler color: Es la prueba diagnóstica
de elección al permitir la visualización de la vascularización
testicular pudiendo distinguir si el flujo circulatorio es normal, ausente
o aumentado. En la torsión lo normal es que esté reducido
o ausente. Tiene una especificidad del 100% y una sensibilidad del 80%,
aunque tiene sus limitaciones en las subtorsiones.
Gammagrafía isotópica testicular con TC 99: Es también
un método sensible y específico, pero del que no siempre
se puede disponer en urgencias. Se verá un área de captación
disminuida o ausente, rodeado de un área de captación aumentada
por la hiperemia reactiva.
El tratamiento de la torsión funicular intravaginal, de confirmarse
el diagnóstico, es la cirugía de urgencia lo más precoz
posible, pues si se interviene antes de las seis horas de comienzo del
cuadro clínico, las posibilidades de recuperación del testículo
están entre un 85 a un 97%, entre las 6 y las 12 horas las posibilidades
bajan a un 70%, a un 20% más allá de las 12 horas y a un
10% si sobrepasa las 24 horas.
Desde el punto de vista académico, todos los autores recomiendan
que se debe realizar un intento de destorsión manual, con inyección
de anestésico local a nivel del anillo externo, primero desrrotando
el testículo hacia afuera en el eje vertical, si esto produce más
dolor, entonces se hará en el sentido contrario, y si la destorsión
tiene éxito entonces debe de ser seguida de la orquidopexia.
La cirugía consiste, a través de vía intraescrotal,
en la destorsión testicular y la fijación de ese testículo
y también del contralateral. Si no hay recuperación de la
isquemia, se procede a la orquiectomía, aunque si hay dudas siempre
se tiende a conservar y si la evolución es hacia la necrosis precisará
posterior cirugía de resección del testículo con colocación
de prótesis de silicona.
En los niños prepuberales habrá que controlar anualmente
la posible aparición de atrofia testicular que puede aparecer hasta
en un 60% de testículos recuperados, hasta 2 o 3 años después
de la torsión.
Hasta un 80% pueden experimentar una disminución de la espermatogénesis,
relacionando este porcentaje con el tiempo que ha durado la isquemia testicular.
1. 5. TORSION DE APENDICES TESTICULARES O
HIDATIDES
Las hidatides son restos intraescrotales que no tienen función
alguna, siendo la hidatide de Morgagni la que con más frecuencia
se torsiona (90% de los casos). Las hidatides debido a que son pedículos
pueden sufrir una torsión produciendo un síndrome escrotal
agudo.
Clínicamente, el dolor es menos intenso que en la torsión
funicular y la tumefacción también es menor, localizándose
en la parte anterior del surco interepidídimo testicular, donde
a veces se palpa un nódulo, y generalmente no se acompaña
de náuseas y vómitos.
A la exploración física, se puede palpar una masa entre
testículo y cabeza del epidídimo, pudiendo aparecer una mancha
azul a ese nivel en la piel escrotal, es el signo del punto azul, signo
patognomónico de la torsión de la hidátide.
En las exploraciones complementarias la analítica de orina y
el hemograma no suelen presentar alteraciones. La eco-doppler puede ayudar
al diagnóstico diferencial con la torsión funicular al constatar
el flujo intratesticular normal y el apéndice torsionado. La gammagrafía
la puede distinguir de la torsión funicular no así de la
orquiepididimitis donde también podremos encontrar áreas
de captación aumentada.
Si se tiene la certeza de torsión de hidátide, el tratamiento
será con antiinflamatorios hasta que desaparezcan los síntomas,
pero a veces el cuadro clínico plantea serias dudas con la torsión
funicular por lo que estaría indicada la exploración quirúrgica
urgente, no siendo en estos casos necesaria la orquidopexia contralateral.
1. 6. ORQUITIS Y EPIDIDIMITIS
La inflamación del contenido escrotal plantea un problema de
diagnóstico en el escroto agudo principalmente con la torsión
funicular. La infección aislada del testículo es rara, siendo
más frecuente la presentación en forma de orquiepididimitis.
Predomina en hombres jóvenes sexualmente activos y en ancianos con
infección urinaria pero se puede producir a cualquier edad.
La causa más frecuente de la inflamación del contenido
escrotal es la infección. Así en los jóvenes prepuberales
los gérmenes más frecuentes son las enterobacterias aunque
sobre factores predisponentes como son las malformaciones congénitas
(válvulas uretrales, abombamiento ectópico de un uréter
a vesícula seminal). En el adolescente es causa frecuente la orquitis
en el transcurso de una parotiditis. En los varones jóvenes menores
de 40 años es la causa infecciosa con mucho lo más frecuente,
sobre todo enterobacterias (E. coli, Proteus Mirabilis, Klebsiella
pneumoniae) y gérmenes de transmisión sexual como Neisseria
gonorrheae, Mycoplasma, pero sobre todo la Chlamydia tracomatis,
y cocos gram positivos como estafilococos aureus. Por encima de
los 40 años a la causa infecciosa se suele añadir una obstrucción
urinaria distal, tuberculosis, reflujo urinario posterior a la prostatectomía
transuretral, y la reacción granulomatosa por el tratamiento del
cáncer vesical superficial con bacilo de Calmette Guerin (BCG).
También puede aparecer orquiepididimitis en el curso de la varicela,
fiebre tifoidea, mononucleosis infecciosa, rickettsiosis, brucelosis filariasis,
actinomicosis, sinusitis, osteomielitis, endocarditis y ser secundaria
a cuadros septicémicos por E. coli, Klebsiella, pseudomona,
estreptococo y estafilococo. Una causa no infecciosa es el tratamiento
con amioradona.
Clínicamente aparece dolor escrotal intenso, irradiado a lo
largo del cordón espermático por lo que irradia a ingle e
incluso a abdomen con tumefacción escrotal no distinguiéndose
el epidídimo del testículo, con induración de la piel
escrotal que puede producir hidrocele reactivo con síntomas de infección
urinaria concomitantes y de secreción uretral, además de
afectación del estado general con fiebre que puede llegar a ser
de hasta 40 °C, con escalofríos, acompañado de náuseas
y vómitos.
En la exploración física, el escroto se observa edematoso,
tenso y enrojecido,
el cordón se palpa engrosado y doloroso, siendo muy dolorosa
la palpación, y difícil de distinguir el límite entre
escroto y epidídimo en casos evolucionados. El signo de Prehn, al
elevar el testículo afecto produce mejoría del dolor, es
positivo. La transiluminación del escroto es negativa a no ser que
exista un hidrocele reactivo, en tal caso será positiva.
En cuanto a los estudios complementarios habrá que realizar
analítica de orina, cultivo de orina, y de semen y de secreción
uretral si la hubiere, cultivo de Lowenstein y tinción de Ziehl-Nielsen
tanto en orina como en semen e inmunofluorescencia para Chlamydia, además
de antibiograma. También es necesario realizar hemograma, hemocultivos
seriados, una bioquímica sanguínea que incluya urea, creatinina
e iones.
En el sedimento de orina nos mostrará piuria en la mayoría
de las ocasiones, discreta piuria sin bacteriemia en las ETS y piuria franca
con urocultivo positivo en caso de gérmenes gram negativos, aunque
también podremos encontrar a pacientes con sedimento urinario negativo.
En el hemograma es frecuente leucocitosis con desviación a la izquierda.
La ecografía nos mostrará engrosamiento y edema de las
túnicas escrotales, pudiendo haber o no hidrocele, con epidídimo
engrosado (patrón heterogénico), y un testículo aumentado
de tamaño (patrón hipoecogénico global) o como una
zona hipoecogénica perihiliar.
La eco-dopopler está indicada cuando hay dudas sobre el diagnóstico
diferencial con la torsión funicular, siendo en estos casos muy
útil, y en la orquiepididimitis encontraremos una hipervascularización.
La gammagrafía está indicada para el diagnóstico
diferencial con procesos isquémicos y neoplásicos, es un
método de gran sensibilidad y especificidad,
pero que no se tiene siempre disponible en el área de urgencias.
Se observará un aumento de la captación a nivel testicular
debido a la hiperemia. Si después de todas las pruebas complementarias
existen dudas sobre el diagnóstico, será necesaria la cirugía
para llegar al diagnóstico
definitivo.
El tratamiento consistirá en:
— Medidas generales: reposo en cama durante al menos 5 días
o hasta que ceden los síntomas y utilización de un suspensorio.
— Antiinflamatorios y analgésicos a dosis habituales.
— Antibióticos:
Empíricamente si no conocemos germen causal, se asocian:
• Netilmicina 150 mg/12 h/vía IM/5 días
• Ciprofloxacino 500 mg/12 h/oral/10 días.
Si conocemos germen:
— Enterobacterias y gonococos:
Ceftriaxona F 1 gr/24 h/I.M.
Amoxicilina-clavulánico 500 mg/8 h/oral.
Quinolonas a dosis habituales
— Cocos gram positivos:
Amoxicilina-clavulánico 500 mgr/8 h
Ciprofloxacino 500 mgr/12 h.
— Pseudomonas:
Aztreonam 2 gr/24 h.
Ciprofloxacino 500 mgr/12 h/oral.
— Chlamydia Teacomatis:
Doxicilina 200 mgr/12 h/oral.
— Evoluciones especiales de las orquiepididimitis
a) Absceso epididimotesticular
Es el resultado de la evolución de una orquiepididimitis aguda
o crónica, no tratada o resistente al tratamiento.
Clínicamente se presenta con un aumento del volumen escrotal
pero lo que destaca es que la piel está seca, fina y descamada,
además del intenso dolor, mal estado general con fiebre alta y escalofríos,
náuseas y vómitos lo que puede desembocar en un cuadro septicémico.
El absceso puede drenar espontáneamente o formar un piocele.
Ecográficamente la imagen es de un epidídimo y un testículo
desestructurado con imágenes hiperecoicas de necrosis e imágenes
hipoecoicas en zona que corresponden a zonas de fibrosis.
El tratamiento es la orquiepididimoectomía.
b) Absceso de la pared escrotal
Es la infección de los folículos pilosos y/o glándulas
sudoríparas. La causa puede ser secundaria a infecciones del conducto
deferente tras vasectomía, a instrumentación de la uretra
infectada, a infecciones sistémicas, siendo los gérmenes
más frecuentes las enterobacterias (E. coli, proteus, Klebsiella).
Clínicamente aparece dolor agudo y enrojecimiento y edema de
la piel.
El tratamiento consiste en incisión y drenaje del absceso más
la asociación de antibióticos de amplio espectro.
c) Gangrena peneanoescrotal (Gangrena de Fournier)
Cuadro grave que consiste en la necrosis de la piel peneanoescrotal
que se puede extender hasta la región perineal e inguinal que suele
incidir en individuos inmunodeprimidos, con mayor frecuencia diabéticos,
cuya mortalidad oscila entre un 10-30%, pero que lo desencadena un foco
séptico cercano urológico (sonda permanente, prostatitis,
uretritis, cirugía) o colorrectal (fístula anal, absceso
anal, carcinoma colorrectal).
Los gérmenes causantes más frecuentes son enterobacterias
(Coli y proteus) y anaerobios (Bacteroides fragilis), dando lugar
a una isquemia de la región peneanoescrotal por una endoarteritis
obliterante infecciosa de las arterias pudendas.
Clínicamente hay un aumento del tamaño escrotal con áreas
de necrosis y crepitación por acumulación de gases en el
tejido celular subcutáneo debido al metabolismo anaerobio.
El tratamiento es quirúrgico con desbridamiento de todo el tejido
necrótico de forma amplia, con lavados de agua oxigenada y antibioterapia
que asocia a aminoglucósidos, penicilina G, clindamicina o metronidazol.
Posteriormente una vez remitido el cuadro se pensará en cirugía
reconstructiva.
Se recomienda el ingreso con aislamiento en casos de pacientes inmunodeprimidos.
1. 7. TRAUMATISMOS ESCROTALES
Los traumatismos escrotales se dividen entre penetrantes y no penetrantes.
Los primeros se deben generalmente a proyectiles, arma blanca y astas
de animales. Son poco frecuentes. Los no penetrantes o cerrados, mucho
más frecuentes, se suelen producir en el desarrollo de diversos
deportes (artes marciales, rugby, fútbol...) o de agresiones sin
armas y de accidentes laborales y de tráfico, sobre todo de motocicletas.
En el traumatismo cerrado, el testículo es difícil de
lesionar debido sobre todo a la movilidad más que a su resistencia,
pudiendo haber desde diferentes grados de contusión hasta el más
grave que sería el estallido testicular.
Clínicamente el escroto agudo por traumatismo se caracteriza
por dolor de intensidad variable que puede llegar a producir desde un cuadro
vagal hasta un síncope, con aumento del tamaño del hemiescroto
o escroto por la inflamación testicular y el hematocele que puede
acompañarlo, además de un hematoma escrotal que puede alcanzar
un gran tamaño y equimosis cutánea.
El diagnóstico se basa principalmente en el antecedente traumático.
Hay que valorar el estado de la uretra por la presencia de hematuria
o uretrorragia. La palpación es difícil por el dolor y la
tumefacción. La transiluminación es negativa.
La ecografía es de gran utilidad para poder valorar el estado
de las estructuras intraescrotales, las túnicas estarán más
o menos aumentadas de tamaño, con hematocele, el epidídimo
puede estar engrosado o no y se apreciará la afectación o
integridad del testículo.
La eco-doppler en principio tiene que ser normal salvo en traumatismos
que afecten a la irrigación testicular.
El tratamiento dependerá del grado de la lesión:
Contusión con nula o mínima afectación testicular,
y que haya integridad de las túnicas vaginales y de la uretra el
tratamiento consistirá en antiinflamatorios, frío local y
suspensorio hasta que desaparezcan los síntomas.
Contusión con afectación testicular, sin estallido, y/o
con afectación de las túnicas vaginales y/o hematocele precisa
la cirugía para intentar conservar la gónada.
En la rotura testicular está indicada la orquiectomía,
pues la mayoría de las veces el tratamiento conservador da malos
resultados y se sigue de la pérdida del testículo.
En heridas abiertas, con integridad del testículo, se hará
limpieza y desbridamiento, sutura y drenaje, si el cierre primario es posible,
si no lo es, se procede al enterramiento del testículo en el muslo
con reconstrucción secundaria y plastia escrotal.
1. 8. TUMORES TESTICULARES
Los tumores testiculares suelen debutar con la aparición de un
nódulo aislado, generalmente indoloro o poco doloroso, con consistencia
firme y dura a veces con la superficie irregular, sin participación
de la pared escrotal.
Al evolucionar pueden producir sensación de pesadez escrotal
con hidrocele reaccional que suele ser pequeño y con poca tensión,
y que a veces dan dolor punzante a nivel del cordón espermático.
Pero a veces, menos del 10% de las veces, pueden de butar como un síndrome
escrotal agudo por necrosis y hemorragia intramural.
En el examen físico, generalmente nos puede orientar diagnóstico
pero podemos encontrar signos físicos que nos plantean el diagnóstico
diferencial por lo que es la ecografía escrotal, de una sensibilidad
del 100%, la técnica que nos llevará al diagnóstico
del tumor testicular dentro del escroto agudo. La TAC y los marcadores
tumorales serán los métodos a utilizar para la localización
y extensión del tumor testicular. No precisa tratamiento urgente.
1. 9. HIDROCELE
El hidrocele lo constituye la acumulación de líquidos
entre las capas visceral y parietal vaginal.
Puede ser esencial, generalmente a consecuencia de alteraciones de
la presión hidrostática vascular y puede ser secundario a
procesos inflamatorios agudo y crónicos del testículo y epidídimo
o a procesos que alteran el drenaje venoso o linfático.
Es causa frecuente de masa escrotal, que puede afectar tanto a niños
como a adultos, siendo en los niños secundario a procesos que aumentan
de forma brusca la presión intraabdominal (estreñimiento
y tos). El diagnóstico diferencial en los niños es con la
hernia inguinal.
El derrame aparece de forma progresiva e indolora, sin signos inflamatorios.
La presentación brusca está relacionada con hidrocele reactivo
que se produce en el seno de una torsión funicular, epididimitis,
traumatismos y tumores testiculares por lo que se plantea el hidrocele
dentro del síndrome escrotal agudo.
El diagnóstico es a veces sencillo cuando se palpa una masa
intraescrotal quística, redonda, lisa y no dolorosa que se transilumina.
El tratamiento es: punción-evacuación y esclerosis con
quinacrina o
bien tratamiento quirúrgico radical que consiste en la exeresis
de la túnica vaginal. No precisa tratamiento urgente.
1. 10. VARICOCELE
Es la dilatación varicosa de las venas espermáticas y
del plexo pampiniforme testicular.
Hay un claro predominio de varicoceles del lado izquierdo (80%), debido
a las diferencias anatómicas entre ambos lados, que hacen que la
vena espermática izquierda sea de 8 a 10 cm más larga que
la derecha.
Se da con más frecuencia en individuos que trabajan de pie.
Clínicamente se presenta como sensación de pesadez del
escroto, algo doloroso a la palpación, ésta habrá
que realizarla de pie pues en decúbito
supino puede desaparecer, palpándose una masa de venas dilatadas
por encima del testículo, que aumentará de volumen con las
maniobras de valsalva.
El diagnóstico será confirmado por la eco-doppler. El
tratamiento será quirúrgico pero no será preciso la
intervención urgente.
1. 11. PAUTA DE
ACTUACION DEL SINDROME ESCROTAL AGUDO
|