USO DEL METODO EPIDURAL HIDROSTATICO EN LA MEDICION DE LA PRESION INTRACRANEAL EN EL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFALICO GRAVE

 

 

felix m. gutierrez fernandez, Armando Gonzalez Rivera, abilio hernandez García, yoselin santos dominguez, jose e. matamoros diaz, ana rosa estrada ALFONSO

cicg@infomed.sld.cu

Unidad de Cuidados Intensivos

Hospital Universitario "General Calixto García"

Ciudad de la Habana. Cuba

 

 

 

 CIUDAD DE LA HABANA

 2000

 

 

 

 

 

RESUMEN

 

Se explica el método epidural hidrostático que se utiliza por primera vez en nuestro centro y los resultados de su aplicación en 26 pacientes con trauma craneoencefálico severo. Se concluye que este método es relativamente poco invasivo y de gran utilidad para el manejo de estos pacientes. Debe continuarse y ampliarse su uso para obtener una mayor experiencia con este tipo de medio evaluativo.   

 

 

Palabras claves: Método epidural hidrostático, Presión intracraneal, trauma craneoencefálico grave.

 

 

Abstract

 

Objetivos: Evaluar el uso del monitoreo epidural continuo de la Presión Intracraneal  (PIC) en pacientes con trauma craneoencefálico severo,  los ascensos patológicos de la PIC y los factores con valor pronóstico en la evolución de estos enfermos.

 

 

Método: Este estudio se realizó en el período comprendido entre Julio de 1997 hasta Julio del 1999 y para ello se contó con la implantación de esta técnica en 26 pacientes con trauma craneoencefálico severo, ingresados en la Unidad de Cuida­dos Intensivos  (UCI) de nuestro hospital. A todos se le realizó medición de presión intracraneal mediante un broche epidural de plástico colocado a través de un agujero de trépano en el espacio epidural. Se consideró presión intracraneal elevada a los valores por encima de 15 mm Hg. A todos  se les brindo control terapéutico y apoyo nutricional. La posibilidad del trata­miento quirúrgico se tuvo en cuenta cuando el TAC de cráneo mostró una lesión focal con efecto de masa. Se hizo, además, un análisis de los factores pronósticos adversos que influyeron en la evolución  de los pacientes.

 

 

Resultado: Se logró, con el método de medición epidural, el monitoreo continuo de la presión intracraneal en los pacientes con trauma craneoencefálico severo incluidos en el estudio. La medición continua de la PIC es útil para detectar las variaciones patológicas  de la presión intracraneal y poder tomar una conducta terapeútica temprana y consecuente. El método del broche epidural para el monitoreo continuo de la PIC es relativamente poco invasivo y presenta poca incidencia de infección del Sistema Nervioso Central. Hay que considerar la utilidad práctica de los factores pronósticos como expresión de severidad del trauma craneoencefá­lico y como elemento predictivo de la morbimortalidad.

 

 

Conclusiones: La medición  continua de la presión intracraneal mediante el método de broche epidural en el paciente con traumatismo craneoencefálico grave constituye en la actualidad un importante elemento pronóstico en la evolución de estos enfermos. 

 


 

 

INTRODUCCION:

 

 

El trauma craneoencefálico constituye una endemia en los paises desarrollados y en vías de desarrollo. Es la primera causa de muerte e invalidez permanente en la población de edad superior a los 50 años.

 

La presión intracraneal elevada es un factor común en el trauma craneoencefálico severo, diferentes investigadores afirman que sigue siendo un factor adverso para el pronóstico de estos enfer­mos.

 

La hipertensión endocraneana contribuyendo a la disminución de la Presión de Perfusión Cerebral, adquiere tal relevancia que algu­nos autores la consideran como la causa principal de la morbi‑mortalidad de estos pacientes; de ahí la importancia que reviste su registro, pues permite anticipar o modificar la evolución del deterioro neurológico originado durante los grandes ascensos de la presión intracraneal. A través de su conocimiento podemos instituir un tratamiento mas agresivo para su control, podemos valorar la efectividad de la descompresión quirúrgica, observamos el resultado de la acción de fármacos, de la hiperventilación alveolar y del drenaje del líquido cefalorraquídeo. Se evita el riesgo de aplicar  tratamientos en forma insuficiente o excesiva, se controla la repercusión de los procedimientos de atención al enfermo crítico y de otros procedimientos sistémicos sobre el encéfalo.

 

La aplicación de este proceder ha proporcionado abundante infor­mación en relación a la fisiopatología y la clínica de los pa­cientes con trauma craneoencefálico severo y constituye un sistema de advertencia inicial antes de que ocurra el deterioro neurológico.

 

El registro de la presión intracraneal puede ser efectuado a través de diferentes métodos (manómetro de vidrio de Stookey, catéteres tornillo de Richmond, broches, etc), colocando los dispositivos en sitios específicos (epidural, subdural, intrapa­renquimatoso, intraventricular), con el uso de transductores que transforman las variaciones de presión en energía eléctrica.

 

En nuestra Unidad de Cuidados Intensivos, donde la monitorización se hace necesaria durante un periodo de tiempo mas o menos prolongado, y donde los pacientes críticos se encuentran en un ambiente potencialmente sépticos, utilizamos el método epidural del monitoreo de la Presión Intracraneal (PIC) ya que es menos invasivo y nos aporta como principal beneficio su reducido riesgo de infección delo Sistema Nervioso Central.

 

Los cambios en la PIC, que pueden aparecer de forma espontanea u obedecer a causas específicas, son mostrados como ondas de pre­sión, y durante el aumento de la PIC han sido descrito fundamen­talmente tres tipos de ondas.

 

La onda A que también es llamada onda en meseta o Plateau se presentan aisladas o agrupadas en forma de mesetas con amplitud entre 50 y 80 mm  Hg, con una duración de aproximadamente de 20 minutos. Estas ondas son generadas por una dilatación cerebro‑vascular intermitente a nivel arteriolar con un aumento del volumen sanguíneo cerebral. Clínicamente las ondas A se manifiestan por cefaleas, oscurecimiento de la visión, confusión  mental, agitación, coma profundo, hemiparestesias transitorias, hipertonía muscular, aumento de la presión arterial, pulso acele­rado y respiración rápida e irregular.

 

Las ondas B alcanzan una amplitud de 30 a 40 mm Hg y en su pato­genia intervienen también el fenómeno vasomotor y no parece tener vinculación con el daño neurológico; se relaciona con la respiración periódica por disfunción cerebral o pulmonar.

 

Las ondas C tienen amplitud entre 20 y 25 mm Hg y están relacio­nadas con las variaciones rítmicas de las ondas vasomotoras de la presión arterial sistémica.

 

En la actualidad no se concibe un tratamiento adecuado de un paciente con traumatismo craneoencefálico severo sin la medición y registro continuo de la presión intracraneal.

 

 

 

MATERIAL Y METODO

 

Este estudio se realizó en el período comprendido entre Julio de 1997 hasta Julio del 1999 y para ello se contó con la implantación de esta técnica en 26 pacientes ingresados en la Unidad de Cuida­dos Intensivos de nuestro hospital con trauma craneoencefálico severo que reunieron las siguientes condiciones:

1‑Que la lesión principal fuera el trauma craneoencefálico con signos de hipertensión endocraneana.

2‑Que la evaluación neurológica al ingreso presentara una puntuación entre 5 y 8 en la escala de Coma de Glasgow.

3‑Paciente con degradación progresiva de su cuadro neurológico que no requieren cirugía.

4‑Pacientes con Tomografía Axial Computarizada de cráneo con o sin lesiones que no requieran tratamiento quirúrgico.

5‑Pacientes operados con signos de hipertensión endocraneal o degradación neurológica.

 

A todos se le realizó medición de presión intracraneal mediante un broche epidural de plástico colocado a través de un agujero de trépano en el espacio epidural. El funcionamiento de este sistema se basa en una columna hidrostática que trasmite las presiones de la duramadre a un transductor de presiones, colocado extracranealmente,  el cual transforma esta energía en actividad eléctrica la cual es amplificada y mostrada en forma de curvas en un monitor que contenga módulo de presión.

 

Se tomaron todos los datos del paciente incluyendo el mecanismo del trauma, la puntuación en la escala de Coma de Glasgow al ingreso, estudios imagenológicos realizados (Rx de cráneo y tórax, angiografía carotidea, TAC de cráneo), tratamiento médico de urgencia, tratamiento quirúrgico, el comportamiento evolutivo de la PIC y sus modificaciones con las diferentes modalidades terapéuticas.

 

Se consideró presión intracraneal elevada a los valores por encima de 15 mm Hg y todos tuvieron como control terapéutico la hiperventilación alveolar mecánica para obtener una adecuada oxigenación sanguínea y lograr una presión de CO2 en la sangre arterial entre 25 y 30 mm Hg, el mantenimiento de la cama en posi­ción Fowler entre30 y 45 grados, y se utilizó deshidratantes cere­brales como Manitol al 20 % a 0,25 ml/Kg  intravenoso asociado a la furosemida a 0,6 mg/Kg  intravenoso de acuerdo con el ascenso de la PIC. A todos los pacientes se les dio un apoyo nutricional completo por vía enteral, o por vía parenteral   en aquellos pacientes donde existía contraindicaciones del uso de la alimentación enteral. La posibilidad del trata­miento quirúrgico se tuvo en cuenta cuando la TAC de cráneo mostró una lesión focal con efecto de masa (desplazamiento de la línea media por  mas de 5 mm) o sin efecto de masa pero con PIC persistentemente mayor de 25 mm Hg.

Se estableció como criterio para descontinuar el monitoreo cuando los valores de PIC permanecían normales durante mas de 24 horas.

 

Se hizo un análisis de los factores pronósticos adversos que influyeron en la evolución  de nuestros pacientes, considerándose como de mal pronóstico aquellos que acumulan 4 o mas factores adversos, y de mejor pronóstico los que presentan tres o menos factores.

 

Estos factores adversos son:

1‑Baja puntuación en la escala de Coma Glasgow al ingreso (<8 puntos).

2‑TAC de cráneo con resultados patológicos.

3‑PIC mayor de 15 mm Hg.

4‑Signos clínicos de lesión de tallo cerebral.

5‑Alteraciones hemodinámicas.

6‑Lesiones asociadas.

 

 

 

 

 

ANALISIS Y DISCUSIÓN

 

Este estudio estuvo determinado por algunos inconvenientes im­puestos por nuestra diaria labor asistencial, por tanto; no siempre contamos con la posibilidad de ingreso en nuestra Unidad de Cuidados Intensivos para todo paciente con traumatismo cra­neoencefálico severo; al inicio del estudio, en nuestro hospital existían dificultades en el departamento de Tomografía Axial Computariza­da por lo que este estudio era realizado en otras instituciones restándole rapidez al proceso de definir una conducta terapéutica temprana; y el número de los dispositivos para la monitorización es escaso.

 

No existió dificultad ni complicación quirúrgica en la inserción del broche epidural dentro del craneo debido a la sencillez del método y su fácil manipulación.

 

Del total de casos estudiados se le realizó TAC a 21 pacientes y en todos ellos se encontraron alteraciones. En 9 de estos pacientes el examen imagenológico mostró signos focales de proce­so expansivo intracraneal por lo que fueron intervenidos quirúr­gicamente de forma inmediata. En 3 traumatizados la TAC de cráneo mostró lesiones focales sin efectos de masa ni despla­zamiento de la línea media, y los 9 pacientes restantes presen­taron lesiones difusas.

 

 Cinco de los pacientes operados presentaron valores de PIC entre 20 y 25 mm Hg de manera persistente, a pesar del tratamiento impuesto, y a esto se asociaron alteraciones hemodinámicas, signos clínicos de lesión de tallo cerebral y otras lesiones traumáticas  por lo que se consideraron de muy mal pronóstico y fallecieron. Los otros cuatros  pacientes que recibieron intervención quirúrgica de urgencia presentaron menos factores adversos y fueron egresados vivos a pesar de tener momentos en que la PIC fue mayor de 40 mm Hg. De los pa­cientes no operados siete fallecieron y diez egresaron vivos , este resultado también se relacionó con el número de factores pronósticos adversos.

 

En relación con la medición de la PIC se encontró que los pacien­tes fallecidos y de evolución mas tórpida mantuvieron una presión intracraneal persistentemente elevada a pesar del tratamiento impuesto, los otros enfermos de mejor evolución el ascenso de la PIC pudo ser rápidamente controlados.

 

Analizando la edad de los traumatizados se comprobó que los 12 pacientes mas jóvenes (entre 14 y 25 años) ingresaron con la menor puntuación en la escala de Glasgow y  presentaron las cifras de PIC mas altas, sin embargo fueron los que sobrevivieron. Esto concuerda con otros trabajos internacionales donde se expresa que a igualdad de gravedad en el traumatismo craneal, mayor será la posibilidad de recuperación y menor  la mortalidad a menor edad.

 

El tiempo promedio del monitoreo de la PIC fue de 5,3 días, con el tiempo mínimo de 2 días y el máximo de 11 días; la disconti­nuación de este monitoreo se hizo luego de 24 horas en que la PIC se mantuvo dentro de cifras normales.

 

La incidencia de infección relacionada con este método fue nula, coincidiendo con los estudios realizados por otros autores.

 

 

CONCLUSIONES

 

1‑ Se logró, con el método de medición epidural, el monitoreo continuo de la presión intracraneal en 26 pacientes con trauma craneoencefálico severo.

2‑ La medición continua de la PIC es útil para detectar las variaciones patológicas de la presión intracraneal y poder tomar una conducta terapéutica temprana y consecuente.

3‑  El método del broche epidural para el monitoreo continuo de la PIC es relativamente poco invasivo.

4‑  El método presenta poca incidencia de infección del Sistema Nervioso Central.

5‑  Hay que considerar la utilidad práctica de los factores pronósticos como expresión de severidad del trauma craneoencefá­lico y como elemento predictivo de la morbimortalidad.

 

 

BIBLIOGRAFIA

 

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