Francisco Javier Carmona Monge. Diplomado en Enfermería. Licenciado en Psicología. |
Luis Javier Sanz Rodríguez. Licenciado en Psicología. |
Dolores Marín Morales. Diplomada en Enfermería. Licenciada en Psicología. |
El síndrome de burnout es una situación que experimentan algunos profesionales de instituciones cuyo objeto de trabajo son personas, y que se caracteriza por un agotamiento emocional debido a una implicación excesiva en su trabajo, llegando a ser ineficaces para el desempeño adecuado de su actividad laboral. El objetivo principal de este trabajo es conocer si existe una relación significativa entre diferentes variables sociodemográficas (edad, sexo, estado civil, tener o no tener hijos y tiempo en su actual puesto de trabajo) y el síndrome de burnout, así como la dirección de dicha relación en el caso de que esta exista. Asimismo, queremos determinar las relaciones entre el síndrome de burnout y los diferentes tipo de respuestas ante el estrés (cognitiva, conductual, vegetativa y emocional) que pueden manifestar los sujetos. | |
El grupo de individuos participantes en nuestro estudio está compuesto por 30 personas (6 hombres [80%] y 24 mujeres [20%]) profesionales sanitarios, siendo 9 de ellos auxiliares de enfermería y 21 diplomados en enfermería. Tabla 1 - Variables sociodemográficas de los sujetos participantes en el estudio. Tabla 2 - Variables sociodemográficas de los sujetos participantes en el estudio II. |
Para la evaluación del síndrome de burnout se empleo el Maslach Burnout Inventory (MBI) en su adaptación española realizada por Seisdedos. Este cuestionario lo componen 22 ítems que se valoran con una escala tipo Likert con siete niveles, que va desde 0 (nunca) hasta 6 (todos los días). Las tres subescalas han alcanzado valores de fiabilidad a de Cronbach aceptables (alpha = 0.90 para el agotamiento emocional, alpha = 0.79 para la despersonalización y alpha = 0.71 para la realización personal en el trabajo). |
Se utilizó un diseño cuasiexperimental ex post facto retrospectivo. La variable dependiente sería la presencia o no de un patrón habitual de reacción ante situaciones estresantes evaluada mediante el MBI así como las características de esta respuesta. |
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Del total de 98 cuestionarios entregados fueron devueltos a los investigadores un total de 30, lo que supone un porcentaje de respuesta del 30.61% (el cual resulta similar al de otros estudios realizados sobre burnout o estrés laboral en profesionales de la enfermería). La única variable sociodemográfica continua incluida en el estudio fue la edad de los sujetos. Las correlaciones entre esta variable y las dimensiones del MBI no fueron significativas en ningún caso. Los valores r de Pearson fueron r=0.055 para la correlación con el agotamiento emocional; r=-0.030 para la correlación con la despersonalización; y r=-0.116 para la correlación con la realización personal en el trabajo. Para las variables sociodemográfico de carácter discreto se realizaron además comparaciones de diferencias de medias en las tres dimensiones del MBI. Las puntuaciones medias obtenidas por la muestra en las dimensiones del IRE-32 fueron las siguientes de x=1,167 (Dt=1,091) para la dimensión cognitiva; x=2,167 (Dt=1,4404) para la dimensión conductual; x=1,233 (Dt=1,2229) para la dimensión emocional; x=4,4333 (Dt=2,5688) para la dimensión vegetativa. En la tabla 5 aparecen las correlaciones entre las dimensiones del IRE y las dimensiones del MBI. Como podemos observar se encuentran relaciones significativas entre las dimensiones cognitiva y conductual del IRE con la dimensión de cansancio emocional del MBI. La dimensión puntuación total del IRE también correlaciona de manera significativa con esta dimensión del MBI. |
Tabla 3 - Correlaciones entre dimensiones del MBI y las variables demográficas. Tabla 4 - Valores de la media en las dimensiones del MBI en función de las variables sociodemográficas y valores t-test para las diferencias de medias. Tabla 5 - Correlaciones entre las dimensiones del MBI y del IRE-32. |
A la vista de los datos obtenidos, la relación de las puntuaciones en el MBI con las características sociodemográficas de los sujetos no alcanza la significatividad estadística necesaria para considerar que estas ejercen un efecto modulador sobre el síndrome de burnout. Tan sólo en el caso del estado civil de los sujetos aparece una correlación significativa con la dimensión cansancio emocional del MBI (aunque, sin embargo, el valor t-test para la diferencia de medias no resultó significativo). Las explicaciones que se han intentado ofrecer para determinar el por qué de estas diferencias señalan que lo que influye en el síndrome de burnout no es el hecho del estado civil sino el apoyo socioemocional recibido por parte de la pareja y la calidad de las relaciones. Hay que tener en cuenta que cada vez más frecuentemente la existencia de una relación de pareja estable no implica el matrimonio, lo que podría explicar tanto la fragilidad de esta correlación como la existencia de algunos estudios que no han obtenido diferencias significativas. Por ello, resultaría necesario modificar la variable estado civil por la de presencia o ausencia de pareja estable en próximas investigaciones. Respecto a las puntuaciones obtenidas en el IRE-32, tal y como hipotetizamos un mayor nivel de burnout está relacionado con un mayor número de respuestas ante situaciones de estrés. En concreto, la respuestas cognitivas y conductuales así como la puntuación total obtenida en el IRE-32 correlacionan positivamente con la dimensión de cansancio emocional del MBI. La conclusión más importante que se desprende de este trabajo es que las variables de corte sociodemográfico tienen un efecto mofulador muy pequeño sobre el síndrome de burnout. Probablemente variables de tipo motivacional o factores como el ambiente laboral inciden de una manera más directa sobre el estrés laboral asistencial. La repercusión que tiene el síndrome de burnout sobre los profesionales sanitarios es algo que debe ser tenido en consideración ya que es un factor que puede predisponer a un gran deterioro tanto en la atención a los pacientes como en las relaciones laborales y extralaborales de los sujetos. Por todo ello, es necesaria la realización de nuevos estudios enfocados en la comprensión de los mecanismos etiológicos de este síndrome, así como de las variables que lo modulan para de esta forma poder intervenir en su prevención o tratamiento adecuado en el caso de que este problema aparezca, ya que en la medida que se i!
mplanten programas adecuados para afrontar el síndrome de burnout y sus consecuencias se conseguirá una mejora sustancial en la calidad de vida laboral de los sujetos así como un aumento de la salud de los profesionales de la enfermería. |
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Alvárez L, Fernández L. El síndrome de "Burnout" o el desgaste profresional (I): revisión de estudios. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría 1991; 11:257-265. | |
Octubre 2000. |
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