Autor: Dr. Ernesto Moro
Rodríguez y Dr. Enrique Niembro de Rache
Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos y Hospital General
Universitario ¨Gregorio Marañón¨. Madrid (España)
Historia Clínica:
* Varón de 21 años que ingresa en cuidados
intensivos por hipoxia y sospecha de hemorragia pulmonar.
Se trata de un paciente varón de 21 años de edad, fumador.
Desde hace 2 meses refería episodios de disnea y hemoptisis de pequeña intensidad
ocasionales. El día del ingreso presentó disnea, dolor torácico, fiebre de 38° y
esputos hemoptoicos, palidez, estertores crepitantes pulmonares, y hepatomegalia. No
había adenopatías cervicales, axilares o inguinales. En las exploraciones
complementarias se descubre hipoxia, (pO2 55,FiO2 0.21), infiltrados alveolares
bilaterales difusos en la Rx de tórax, adenopatías mediastínicas, anemia microcítica
intensa (Hb 4.4, VCM 69, 419000 plaquetas, 12400 leucocitos, 85S,3C,10L,2M. Coagulación
normal:PTT 25', AP 73%, fibrinógeno 538), microhematuria y función renal normal (Cr
1.03, ura 33).
Estudios inmunológicos: ANA, anticuerpos
antimúsculo liso, antimitocondriales, antimembrana basal glomerular, factor reumatoide e
inmunocomplejos circulantes fueron todos negativos. C3 183,C4 23, y FB 58 proteína C
reactiva 64, Aslo 174. Fibronoscopia sin lesiones transbronquiales. Ecocardiograma sin
alteraciones.
Datos microbiológicos: HIV, marcadores del virus B
de la hepatitis, hemocultivos (excepto 2/3 con Staph coagulasa negativo en la última
semana), cultivo de secreciones bronquiales, urocultivo, serología de Legionella,
citomegalovirus, Herpes virus, Epstein-Barr e IFD a legionella en secreciones bronquiales
todos negativos.
En una muestra de esputo aparecen BAAR
que no se confirman posteriormente. A pesar de que hay dudas de la pertenencia de la
muestra a este enfermo se hace un tratamiento antituberculoso hasta el exitus.
Se sospecha sobreinfección por la
presencia de fiebre y leucocitosis elevada realizándose tratamiento con varios regímenes
antibióticos sin resultados.
Glomerulonefritis: durante los primeros días
presentó microhematuria, proteinuria (1.5 gr/día), posteriormente aparecen cilindros
hemáticos y progresivamente insuficiencia renal parenquimatosa que precisa diálisis
peritoneal (el 19º día desde el ingreso).
Bioquímica: úrico 4.5, colesterol 137,
triglicéridos, bilirrubina total 2,4 (directa 1,4), GOT 17, GPT 23, fosfatasa alcalina
124, LDH 272.
Anemia: Fueron necesarias transfusiones de hematíes
en múltiples ocasiones (25 u. en los 27 días de estancia). Frótis de sangre periférica
(a los 11 días del ingreso): anisocitosis marcada con abundante microcitos hipocromos.
Reticulocitos 5.3%, haptoglobina 11, sideremia 122, transferrina 107, ferritina >1000.
Coombs directa e indirecta negativa. Resto de series normales.
Fallece a los 27 días de ingreso tras bradicardia.
Discusión:
Esta entidad fue reconocida por primera vez Goodpasture en
1919 en un paciente de diez y ocho años de edad que padeció de forma aguda hemoptisis y
hematuria, poco después de recobrarse de una gripe.
Desde entonces este tipo de patología, sin ser muy
frecuente, ha quedado bien tipificada y se han sucedido numerosos trabajos que han buscado
esclarecer su patogenia y su tratamiento más adecuado.
Si bien han sido muchos los progresos que nos han permitido
comprender mejor este síndrome, sigue sin determinarse de forma concluyente su
etiopatogenia, pese a que diversos agentes, como la inhalación de hidrocarburos
volátiles o el virus de la gripe, han sido estrechamente implicados.
Siguiendo el informe clínico transcrito más arriba, el
paciente en cuestión, de 21 años de edad y previamente sano, cursó inicialmente con un
cuadro de dos meses de evolución, en el que destacaban principalmente episodios de disnea
y ocasionales esputos hemoptoicos.
Con tan sólo los dos signos iniciales, un diagnóstico
diferencial general a considerar incluiría: Tuberculosis pulmonar, bronquiectasias,
embolismo pulmonar, fallo cardiaco congestivo, neumonía, endocarditis, absceso pulmonar,
edema pulmón y carcinoma de pulmón.
Haciendo un diagnóstico diferencial de exclusión, en base
a la edad del paciente y al hecho de que con anterioridad a estas manifestaciones se
encontraba sano, podríamos descartar los diagnósticos de: Bronquiectasias (en sus
variedades congénitas, y las que concurren con asma bronquial atópico, o con fenómenos
infecciosos necrosantes), embolismo pulmonar (al ser una patología propia de pacientes de
mayor edad en relación con la formación de trombos en el sistema venoso profundo de
extremidades inferiores), endocarditis y fallo cardiaco congestivo (al no haber enfermedad
cardiaca previa y no tratarse adicto a drogas por vía parenteral o alcohólico crónico),
y carcinoma pulmonar (en base al hecho de que las neoplasias pulmonares en adultos
jóvenes son poco frecuentes. Rovairo y col. en 1985, sobre una serie de 1514 casos de
neoplasias pulmonares evaluaron una incidencia del 10% de estos tumores entre los 11 y 45
años de edad, considerándolos como raros antes de los 20 años)
Según estas consideraciones el paciente padecería un
cuadro neumónico, una tuberculosis pulmonar (que no puede descartarse todavía en
nuestros días pese a que se estime que declina cada año su incidencia en España a
cifras entre 6-8% según Durán R.1987), un absceso pulmonar (por un supuesto aspirado
bucofaríngeo, o por infección pulmonar debida a K. penumoniae, bacilos entéricos gram
negativos, S. aureus o anaerobios) o edema pulmonar (siempre en consideración dada la
larga lista de causas no cardiogénicas que lo ocasionan, incluyendo una forma
neurogénica, exposición a agentes tóxicos ambientales o espontáneos, infecciones
pulmonares difusas, broncoaspirados, etc.).
El cuadro que motiva el ingreso del paciente refleja, sobre
los dos signos iniciales de disnea y hemoptisis se añade la presencia de dolor torácico,
fiebre de 38º, palidez, estertores crepitantes, hepatomegalia, hipoxia, infiltrados
alveolares bilaterales difusos en la Rx de tórax, adenopatías mediastínicas, anemia
microcítica intensa y microhematuria.
Sobre esta clínica pueden considerarse todavía el
diagnóstico diferencial que incluría: Neumonía, Tuberculosis pulmonar, y edema de
pulmón. Descartando el absceso pulmonar ante la imagen radiográfica de infiltración
alveolar difusa.
En base al diagnóstico radiológico la ocupación de
espacio alveolar difusa bilateral puede ser edematosa, purulenta o hemorrágica. Los
diagnósticos de tuberculosis pulmonar y neumonía (que en este caso dado sería
bilateral), bajo la imagen radiológica descrita, se ponen en entre dicho. Tras esto: Se
comienza a establecer una sospecha de hemorragia pulmonar.
El diagnóstico diferencial de las hemorragias pulmonares
difusas ha sido bien estudiado por Albela S.M. y colaboradores en 1985. Este autor
clasifica las hemorragias pulmonares en los siguientes grupos:
* GRUPO 1. Hemorragia pulmonar con
glomerulonefritis y anticuerpos anti-MBG.
ENFERMEDAD DE GOODPASTURE CLASICO
* GRUPOS 2. Hemorragia pulmonar con
enfermedad renal sin anomalía inmune.
2A) Probable no inmune ENFERMEDAD DEL LEGIONARIO Y
HEMORRAGIA PULMONAR UREMICA
2B) Probable inmune GLOMERULONEFRITIS CON SEMILUNAS SIN
EVIDENCIA DE ACS-ANTIMBG O COMPLEJOS INMUNES.
* GRUPO 3. Hemorragia pulmonar con
glomerulonefritis y enfermedad por complejos inmunes.
LUPUS ERITEMATOSO. GRANULOMATOSIS DE WEGENER,
CRIOGLOBULINEMIA, PURPURA HENOCH-SCHÖNLEIN, ENFERMEDADES DEL TEJIDO CONECTIVO,
VASCULITIS SISTEMICAS.
* GRUPO 4. Hemorragia
pulmonar, y complejos inmunes.
LUPUS ERITEMATOSO, GRANULOMATOSIS DE WEGENER, VASCULITIS
SISTEMICAS.
* GRUPO 5. Hemorragia
pulmonar, anticuerpos anti-MBG sin enfermedad glomerular.
ISQUEMIAS VARIANTE DE GOODPASTURE O FORMA INICIAL DEL
SUERO.
* GRUPO 6.
6A.) HEMORRAGIA PULMONAR IDIOPATICA
6B.) DESORDENES DE SANGRADO
6C.) DAÑO ALVEOLAR AGUDO
6D.) MISCELANEA: ASPIRADOS, ESTENOSIS MITRAL, TRAUMA etc.
Durante su ingreso se intenta precisar la etiología,
descartando toda una batería de agentes infecciosos. Tampoco responde a distintos
regímenes antibióticos, instaurados por la presencia de fiebre y leucocitosis elevada,
evolucionando con insuficiencia respiratoria que obliga a su ventilación mecánica. En el
intento de controlar la hipoxemia se provoca un neumotórax bilateral que es drenado, al
tiempo que va desarrollándose un distrés respiratorio que imposibilita su
desentubación.
Los estudios inmunológicos no resultan concluyentes
resultando todas las pruebas realizadas negativas.
La patología cardiovascular y la presencia de lesiones
traqueobronquiales quedan descartadas ante los informes negativos de las pruebas
ecocardiográficas y fribonoscópias. El aspirado del lavado broncoalveolar descubre
macrófagos alveolares cargados de hemosiderina, lo que ayuda a sustentar aún más un
proceso hemorrágico pulmonar encuadrable en los Grupos 6A o 2 de la clasificación de
Albela. Según esta sospecha se hace un tratamiento adecuado a esta patología
(corticoides y sesiones de plasmaféresis), desestimando las biopsias pulmonares o renales
por su agresividad en un paciente comprometido. El día 19 de su ingreso desarrolla una
clara insuficiencia renal que precisa de diálisis peritoneal y el paciente acaba
falleciendo tras bradicardia el día 27 después de su ingreso .
El estudio de la necropsia confirma el juicio diagnóstico
clínico de Hemorragia pulmonar y SDRA. Además, el principal hallazgo con el que se
concluye en estimar que se trata de un Síndrome de Goodpature, es el hallazgo de un
patrón lineal, sin lugar a dudas, de IgG a nivel de la membrana basal glomerular. (Fig.8)
En el caso presentado, sin embargo, hay una discrepancia
evidente entre los hallazgos de inmunofluorescencia encontrados en los espécimenes de la
necropsia y los estudios inmunológicos practicados. La resolución de esta duda parece
difícil dado que ambos datos se contradicen, y no se encuentra razón alguna que lo
justifique. Puestos a aventurarnos cabría pensar que las titulaciones en sangre fueron lo
suficientemente bajas como para dar el test realizado como negativo. Además, esto
explicaría que las lesiones glomerulares encontradas en la necropsia tan sólo alcanzaban
a un 10% de los mismos, mostrando estadios iniciales fibrinoepiteliales de
glomerulonefritis endo-extracapilar sin fibrosis. (Fig.6)
Con respecto a estas discrepancias entre los estudios de
inmmunofluorescencia sobre tejidos y las pruebas en suero, Zimmerman SW and col. en 1971
observaron el hecho contrario, es decir, que en algunos casos de enfermedad pulmonar
hemorrágica, con Acs citotóxicos demostrables en el suero; no se observó la enfermedad
renal. El autor carecía de respuesta a esta evidencia.
El síndrome de Goodpasture se suele presentar entre los
16-30 años de edad. Se reconoce que las manifestaciones pulmonares usualmente preceden a
una enfermedad renal evidente. La clínica inicial esta dominada en un 95% por la
hemoptisis, disnea para el ejercicio, debilidad, fatiga, Hb < 12 g/dl, Leucocitosis
> 10.000 mm3, proteinuria, y moldes de células rojas y blancas en el urograma.
La etiología del síndrome de Goodpasture permanece
desconocida, aunque frecuentemente se precede de una infección pulmonar o enfermedad
viral-like. También se ha involucrado con la exposición a hidrocarburos y
administración de Penicilamina (Sternlieb I. 1975)
Rees AJ and col en 1984, demostraron un incremento del
haplotipo HLA-D'33 en estos pacientes, y un ligero incremento en el HLA-B7. Estos
pacientes presentan una más severa enfermedad renal, con concentraciones más altas de
creatinina en suero.
En cuanto a la naturaleza del antígeno que inicia la
producción de anticuerpos en el síndrome de Goodpasture, ha sido objeto de considerables
controversias. El colágeno y antígenos no colagénicos de la membrana o lámina basal
epitelial han sido acusados de ser los antígenos provocadores (Weisland J. and col 1984;
Fish and col. 1984)
Estos estudios sugieren que los antígenos son una
glucoproteina no colagénica polar, componente dell colágeno IV.
Sisson S. and col en 1982, con técnicas inmunoelectrón
microscópicas localizó el antígeno del Síndrome de Goodpasture en la lámina rara
interna de la membrana basal del glomérulo, aunque Yarr M. en 1982 encontró depósitos
mediante el método que empleó, tanto en la lámina rara interna como en la lámina rara
externa.
Wieslander J. en sus trabajo publicado en 1985 en busca de
esta localización estima que el antígeno del Síndrome de Goodpasture se encuentra en la
región globular dominante del colágeno tipo IV. El antígeno del este síndrome se
encuentra secuestrado en una forma hexamérica y no reacciona con el anticuerpo hasta que
este hexámero se disocia y el antígeno se expone.
Encuadrando la glomerulonefritis endo-extracapilar
diagnosticada de la autopsia que hemos presentado dentro de la incidencia de
glomerulonefritis que en el mismo año estudiamos en el servicio de Anatomía Patológica
de nuestro Hospital tenemos que de 88 casos de glomerulonefritis fueron:
19 Cambios mínimos (21.59%)
24 Segmentarias y focales (27.27%)
2 Esclerosis glomerular, focal, segmentaria y global
(2.27%)
16 Extramembranosas (18.18 %)
6 Con proliferación endocapilar (6.81)
17 Con proliferación endo-extracapilar (19.31%)
4 Membranoproliferativas. (4.45%)
Del total de biopsias procedentes de fibronoscopia entre
los años 85 al 90, el diagnóstico de hemorragia pulmonar fue emitido en tan sólo 5
ocasiones. Lo que habla por un lado, de la escasa práctica que el clínico hace de esta
prueba como medio diagnóstico en el síndrome en cuestión, pese a la posibilidad de
poder hacer estudios de inmunofluorescencia; y de otro de la escasa frecuencia del mismo.
Diagnóstico Clínico-Patológico:
Síndrome Neumorrenal (Síndrome de
Goodpasteur).
* Bibliografía.-
- Albela SM. and col. Diffuse Pulmonary Hemorrhage: A
Review and Classification. Radiology 154:289-297,1985
- Beirne G.J, and col. Idiopathic Crescentin
Glomerulonephritis. Medicine 53:346-381,1977
- Briggs W. and col. Antiglomerular Basement Membrane
Antibody mediated Glomerulonephritis and Goodpasture's Syndrome. Medicine 58:348-361,1979
- Durán R. Tratamiento de la Tuberculosis Pulmonar.
Información Terapéutica de la Seguridad Social Vol 11 Nº 1:8
- Fish and col. Detection in Fractions Prepared from
Collagenase Digests of Human Glomerular Basement Membrane. Clin Exp Immunol 1984; 55:58-66
- Goldstein J. and col. Intrapulmonary Hemorrhages and
Immune Complex Glomerulonephritis Masquerading as Goodpasture's Syndrome. Hum Pathol
17:754-757,1986
- Goodpasture E.W. The Significance of Certain Pulmonary
Lesions in Relation to the Etiology of Influenza. Am J Med Sci 158:863, 1919
- Klassen J and col. Evolution of Membranous Nephropathy
into Anti-glomerular-basement-membrane Glomerulonephritis N Eng J Med 290:1340-1344,1974
- Kondo Nobuo Immunopathological Studies of an Autopsy Case
with Goodpasture's Syndrome and Systemic Necrotizing Angiitis. Acta Pathol Jpn 36(4):595-
604, 1986
- Ming-Jiang Wu and col Vasculitis in Goodpasture's
Syndrome. Arch Pathol Lab Med 104:300-302,1980
- Morita T., Susuki Y., Churg J. Structure and Development
of the Glomerular Crescent. Am J Pathol 72: 349-360,1973
- Morrin P. and col. Rapidly Progressive
Glomerulonephritis. A Clinical and Pathological Study. Am J Med 65/446-460
- Rees AJ and col. The Influence of HLA-linked Genes on the
Severity of Anti-GBM Antibody-mediated Nephri-tis. Kidney Int 1984, 26:444-450
- Rosenblatt S. and col. Treatment of Goodpasture's
Syndrome with Plasmapheresis. Am J Med 66:689-696, 1979
-Rovairo and col. Chest 87:456-459,1985.
- Salvidio G. Good Therapeutical Response of Goodpasture's
Syndrome with Severe Renal Failure. Nephron 52:285,1989
- Sisson S. and col Localization of the Goodpasture Antigen
by Immunoelectron Microscopy. Clin Immunol Immunopathol 1982;23:414-429
- Sternlieb I. and col. D-Penicillamine Induced
Goodpasture's Syndrome in Wilson's Disease. Ann Int Med 82:673-676,1975
- Walker R. and col. Clinical and Morphological Aspects of
he Management of Crescentic Antiglomerular Basement Membrane Antibody (Anti-GBM) Nephritis
Goodpasture's Syndrome. Q J Med 54:77-89, 1985
- Weislander J. and col Isolated of the Specific Glomerular
Basement Nephritis Antigen Involved in Goodpasture Syndrome. Proc Natl Aced Sci USA 1984;
81:1544-1548.
- Wieslander J. Physical and Immunochemical Studies of the
Glomerular Domain of the Type IV collagen. J Biol Chem 1985;260:8564-8570.
- Whitworth J.A. and col. The Significance of
Extracapillary Proliferation. Clinicopathological Re-view of 60 Patients. Nephron
16:1-19,1976
- Wilson B. Goodpasture's syndrome Associated with
Influenza A2 Virus Infection. Ann Int Med 76:91-94 1972
- Yamamoto T. and Wilson B.C. Binding of Anti-Basement
Membrane Antibody to Alveolar Basement Membrane after Intratracheal Gasoline Instillation
in Rabbits. Am J Pathol 126:497-505,1987
- Yarr M. and col The Goodpasture-like Syndrome in Mice
Induced by Intravenous Injections of Anti-type IV. Collagen and Antilaminin Antibody. Am J
Path 1982;107:79-91
-Zimmerman SW and col. Goodpasture's Syndrome with Normal
Renal function. Am J Med 1971; 66:163-171.
|