Glositis eosinofílica.
M. L. Rico Morales, E. Salinero Paniagua, F. J. Pérez Rodriguez, I. Peligros Gomez, A. Calvo de Mora, M. Bodoque Cano(*), A. Pozo López.
Departamento de Anatomía Patológica y
Servicio de Otorrinolaringología(*)
Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
[Título] [Introducción] [Material y Métodos] [Resultados] [Iconografía] [Bibliografía]
La miositis eosinófila afecta a pacientes con un amplio rango de edad, situándose la media en la cuarta década y muestra una ligera predilección con varones.
Clínicamente cursa con episodios en la mayoría de los pacientes recidivantes de mialgias, calambres y engrosamientos musculares. Afecta con más frecuencia a la musculatura de extremidades, sobre todo inferiores, con algunos casos descritos de afectación del cuello y músculos de la cabeza (masetero y temporal). En la literatura revisada no hemos encontrado ningún caso de afectación lingual.
Como alteraciones analíticas se ha descrito la presencia de eosinofilia periférica y un aumento de la VSG, CPK y aldolasa. La presencia de FR y ANA en más infrecuente. En nuestro caso, el paciente sólo presentó eosinofilia y aumento de la VSG, con unos valores normales de CPK y aldolasa y ausencia de autoanticuerpos.
En la etipatogenia se ha invocado un mecanismo tóxico, con antecedentes de ingestión de tranilast (usado en el tratamiento del asma), sulfisoxazol, penicilamina, cimetidina, fenitoína y etanol. También se ha relacionado con el asma y la deficiencia de Ig G3. Nuestro paciente tenía una historia asmática, pero no estaba en tratamiento con tranilast.
Tras descartar principalmente infecciones parasitarias, debe
hacerse el diagnóstico diferencial con una serie de entidades.
La vasculitis de Churg Strauss se distingue de la miositis
eosinófila por la presencia de vasculitis necrotizante y
formación de granulomas extravasculares. La miositis eosinófila
asociada a la ingesta de triptófano cursa clínicamente con
mialgias severas; en esta entidad y en el Sindrome del aceite
tóxico, la miositis se acompaña de neuropatía y lesiones
subcutáneas esclerodermiformes. Otra enfermedad en que se
encuentra la asociación de miopatía con alteraciones
esclerodermiformes es la fascitis eosinofílica. El angioedema y
urticaria con eosinofilia periférica puede confundirse
clínicamente, pero la biopsia muscular pone de manifiesto la
ausencia de alteraciones. Por último, no debe confundirse con la
miositis nodular localizada, que afecta a grandes grupos
musculares y no cursa con eosinofilia ni aumento de CPK;
histológicamente el infiltrado no contiene eosinófilos y las
fibras musculares se encuentran hipertrofiadas, anguladas y con
variaciones de tamaño.