Las espirales de Curschmann habitualmente se observan en el esputo de pacientes con enfermedades bronquiales crónicas. Eventualmente han sido descritas en líquido pleural, peritoneal, en extensiones cervico-vaginales y en lavados peritoneales. Nosotros presentamos dos nuevas localizaciones todavía no referidas en la literatura: líquido sinovial y orina. El líquido sinovial procedía de la rodilla de un paciente con enfermedad gotosa. La orina de un enfermo con antecedentes de carcinoma transicional de vejiga de bajo grado y cistitis crónica glandular de repetición. Las espirales de Curschmann son una mezcla compleja de mucinas neutras y ácidas, sulfatadas y no sulfatadas. Su aparición en lugares tan distintos sugiere mecanismos de formación diferentes entre sí, con origen tanto en mucinas epiteliales como en mucinas conectivas.
Curschmann's spirals, citopatología.
Las espirales de Curschmann fueron descritas en 1.883 en pacientes con asma(1).
Son estructuras mucoides cilíndricas habituales en el esputo de pacientes con
enfermedades bronquiales crónicas como bronquitis o asma. Sin embargo, estas
estructuras también han sido descritas de forma excepcional en otras localizaciones,
tales como en frotis cervicovaginales(2-5)
y en derrames o lavados pleurales y peritoneales(6--7).
Los estudios histoquímicos demuestran que su composición es compleja, con un
eje central rico en mucinas neutras y en mucinas ácidas sulfatadas y no sulfatadas,
rodeado por un manto fibrilar de mucinas neutras y ácidas no sulfatadas(8).
Presentamos espirales mucoides en líquido sinovial y orina, dos fluidos en los
que no se ha descrito este hallazgo en la literatura científica.
El líquido sinovial procedía de un varón de 81 años con antecedentes de enfermedad gotosa, que refería la aparición de una tumoración dolorosa en cara anterior de rodilla izquierda de dos meses de evolución y sin traumatismo previo. Con la sospecha clínica de bursitis prerrotuliana se practicó centesis, obteniendo 25 cc de líquido ambarino turbio. El líquido se procesó mediante citocentrifugado, secado al aire o fijación con acetona y tinción mediante las técnicas de Giemsa y Papanicolaou. El estudio del material fijado y teñido con el método de Papanicolaou demostró una única pero bien formada espiral de Curschmann en el contexto de una inflamación crónica (figura 1) y los frotis secados y coloreados con el Giemsa presentaron cristales aciculares birrefringentes de ácido úrico en número moderado.
La orina correspondía a un varón de 62 años, intervenido hacía 5 años de un carcinoma de células transicionales de grado 2 (T1, N0), con posterior instilación endovesical de Mitomicin. En la evolución posterior se detectaron varios episodios de cistitis crónica glándular. La orina fue procesada mediante citocentrifugado, fijación de los frotis con acetona y tinción mediante los métodos de Giemsa y Papanicolau. Al igual que en el caso anterior, encontramos una espiral mucoide bien constituida de pequeño tamaño y en el contexto de un leve proceso inflamatorio crónico (figura 2 y 3).
Las mucinas o mucopolisacáridos son glucoconjugados de gran complejidad, aunque básicamente constituidas por polisacáridos que contienen hexosamina y están unidos de forma covalente a una proteína. Inicialmente se clasifican en mucinas neutras y ácidas. Las ácidas a su vez se subclasifican en sulfatadas o no sulfatadas (carboximucinas). Las sulfomucinas poseen ésteres oligosacáridos sulfatados que en caso de origen conjuntivo derivan del ácido urónico y de otro tipo si son de naturaleza epitelial. Las carboximucinas o mucopolisacáridos no sulfatados pueden contener ácido siálico (sialomucinas) o ácido urónico (ácido hialurónico); las primeras de origen epitelial y las segundas del conjuntivo(9-10).
La histoquímica puede ayudarnos a diferenciar entre ellas (tabla 1).
Las comunes espirales de Curschman del esputo están formadas por una mezcla de mucinas epiteliales neutras y ácidas, sulfatadas y no sulfatadas (figuras 4-7). En 11 de los 17 líquidos pleurales y peritoneales en los que Wahl6 y Naylor7 encuentran espirales hay evidencia de un adenocarcinoma que sugiere su posible origen epitelial. De igual forma, las espirales que hemos hallado en la orina podrían tener origen epitelial en las células mucosecretoras de la cistitis glandular (figura 3). Sin embargo, en un 35% de los casos de Wahl y Naylor no aparece esta relación con mucinas epiteliales, aunque todos tienen en común el fondo inflamatorio. Naylor7 sugiere que la formación de estas espirales podría estar relacionada con la modificación de las mucosustancias conectivas y el aumento de la permeabilidad mesotelial, secundarias a la inflamación. El líquido sinovial contiene una elevada concentración de ácido hialurónico (mucopolisacárido ácido no sulfatado de origen conectivo). La alteración química de esta mucosustancia, debida la inflamación de origen gotoso, podría explicar la aparición de la espiral hallada en nuestro segundo caso. Sea cual fuere la causa, la modificación de las mucinas tiene como consecuencia una alteración en su plegamiento o configuración tridimensional, motivo por el que adopta esa forma tan particular.