Rona V(1),
Ruíz-Marcellán C(1),
Torán N(1), Aso C(2),
Lucaya
J(2),
Gallego S(3),
Vera J(2) y Piqueras
J(2).
Departamentos de Anatomía Patológica(1)
y Radiología(2)
y Oncología(3)
Pediátricas.
HMI - Vall d'Hebron Hospitals
Barcelona - España
Palabras clave: Miofibromatosis, congénita, fibromatosis, pediatria
Introducción.
En el período neonatal
la miofibromatosis congénita es un proceso de evolución generalmente
favorable que plantea el diagnóstico diferencial con otras neoformaciones
mesenquimales y cuyas manifestaciones clínicas dependen de la localización,
profunda o superficial, así como de los órganos afectados.
Presentamos un caso de afectación subcutánea y muscular en
un recién nacido que, por clínica y técnicas de imagen
(tomografía computada y ecografía), fue orientado como una
tumoración multifocal, probablemente una fibromatosis (miofibromatosis)
o xantogranulomatosis.
Historia Clínica.
Recién nacido varón que presentaba en el período neonatal inmediato múltiples nódulos subcutáneos, de consistencia firme y adheridos a planos musculares profundos, de 1-3 cm de diámetro, localizados en cuero cabelludo, cuello, axilas, dorso, extremidades inferiores y una masa glútea izquierda de mayor tamaño.
Se realizó estudio por
ecografía y eco-doppler (fig.1)
de lesiones superficiales y se practicó una primera biopsia de una
lesión axilar. Se completó el estudio por imagen con una
tomografía computada toraco-abdominal para despistaje de lesiones
adicionales (fig. 2).
La biopsia de un segundo nódulo adyacente permitió establecer
definitivamente el diagnóstico de la lesión. La evolución
posterior demostró la ausencia de afectación visceral, la
involución completa de la lesión glútea y la regresión
paulatina de las demás lesiones con aparición de focos de
calcificación.
Figura 2 Estudio
por tomografía computada (TC) abdominal y pélvica. (Seleccione
para ver la imagen a 800x600).
Anatomía Patológica.
La lesión subcutánea
biopsiada inicialmente fue interpretada genéricamente como un tumor
mesenquimal con patrón de hemangiopericitoma, pero no se pudo catalogar
definitivamente debido a la presencia de necrosis extensas (figs.
3a,b).
En la segunda biopsia se obtuvo un nódulo de 1.5 x 1 cm, denso, de color pardo claro homogéneo al corte. En las improntas citológicas se obtuvo células redondas, alargadas o monocitoides, de citoplasma acidófilo y cuyos núcleos presentaban cromatina nuclear densa. Se observaban focos de células con aspecto fibroblástico. La imagen, tras fijación en formol, mostraba una proliferación mesenquimal intramuscular con células uniformes y patrón vascular focal que sugería un hemangiopericitoma y otras áreas menos densas, fasciculadas, con células de aspecto fibroblástico. Se observó la típica distribución zonal, con patrón maduro miofibroblástico en la periferia (fig. 4a) y patrón vascular central (fig. 4b). La lesión no infiltraba el músculo adyacente, del que se hallaba bien delimitada. El estudio inmunohistoquímico fue negativo para las citoqueratinas, positivo para la vimentina y la actina de músculo liso, con patrón en nidos perivasculares, negativo para la desmina, el EMA y el S100, y débilmente positivo para CD68. El índice mitósico fue de 25/10 campos de gran aumento (figs. 5a,b).
Figura
5 (a,b). Estudio histológico de la segunda biopsia. (Seleccione
imagen para ampliarla).
Fig. 5a.
La zona sólida de la fig. 4a muestra
células redondas, monocitoides o alargadas, con eosinofilia y discreto
pleomorfismo (400 aumentos).
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Fig.
5b. Celularidad menor que en la periferia y componente colágeno
con mitosis (400 aumentos).
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La miofibromatosis congénita
fue descrita por Stout en 1954 (1).
Se trata de una tumoración generalmente multinodular, aunque más
recientemente según el Instituto de patología de las fuerzas Armadas
(AFIP) son dos veces más frecuentes las formas solitarias (2).
La histogénesis ha sido muy discutida como reflejan la diversidad de
denominaciones que ha recibido. Actualmente se considera el término de
miofibromatosis más adecuado ya que los datos histológico en microscopía
óptica y electrónica son más sugestivos de origen muscular
liso y que, a diferencia de la fibromatosis agresiva, no infiltra musculo esquelético.
En el período neonatal no ofrece dudas con respecto al diagnóstico;
por el contrario, en los primeros años de vida plantea el diagnóstico
diferencial con la neurofibromatosis, que se caracteriza por la presencia de
manchas "café au lait" y la historia familiar, y se diferencia de la
fibromatosis juvenil hialina, entidad rara que suele afectar niños mayores
de 2 años y que cursa con nódulos subcutáneos y deformidad
articular. La presencia de necrosis y mitosis no es sugestiva de malignidad,
un hallazgo que es propio de los tumores de partes blandas infantiles. La miofibromatosis
congénita suele curar tras excisión de los nódulos cutáneos
o músculo-esqueléticos aunque algún tumor, incluso de gran
tamaño puede evolucionar a la regresión espontánea. La
localización visceral asociada, sea esta pulmonar, cardíaca o
gastrointestinal condiciona la clínica y la evolución en los casos
de miofibromatosis congénita generalizada.