La linfangiectasia es un trastorno generalizado de los canales linfáticos que se manifiesta como una enteropatía perdedora de proteínas. Puede ser primaria o adquirida, esta última en relación a condiciones que comprometen el drenaje linfático mesentérico1-8. Los casos primarios se presentan en niños y adultos jóvenes, aunque puede ser desde el nacimiento hasta los treinta años (2,3,5,8). Clínicamente se caracteriza por diarreas y edemas generalizados(2,3,5,8 como en nuestro caso. Otros síntomas que puden encontrarse son esteatorrea, dolor abdominal, fatiga, debilidad, vómitos, obstrucción intestinal por adherencias, derrames de quilo, retardo del crecimiento, linfangitis de miembros inferiores y aumento de las infecciones intercurrentes(2,3,5,6,8). Se ha reportado aumento de la frecuencia de tuberculosis y enfermedades malignas y reticuloendoteliales, posiblemente debido a la linfocitopenia y depresión de la respuesta inmune celular como consecuencia de la pérdida de linfocitos por el intestino1,5,8). Los principales datos de laboratorio son la reducida concentración de proteínas séricas y la linfocitopenia ambos presentes en nuestro caso. Las concentraciones de inmunoglobulinas pueden estar disminuidas así como la transferrina y el fibrinógeno, pero la mayoría de estos pacientes no tienen anemia. La respuesta inmune está seriamente comprometida debido a la pérdida de líquido linfático rico en linfocitos(2,3,5,8) En presencia de función hepática y renal normales, la demostración de las pérdidas intestinales de proteínas, puede realizarse utilizando proteínas marcadas con isótopos radioactivos como Cr-51 ó Tc-99, (7,9) aunque dichas técnicas son engorrosas y no completamente eficaces, por lo que la aclaración de Alfa-1-antitripsina como marcador de enteropatía perdedora de proteínas es considerado ventajoso además de su menor costo y no emplear material radioactivo (8). Por otra parte, los estudios radiológicos del intestino delgado son anormales en estos pacientes, mostrando engrosamiento y aumento de tamaño de las válvulas, aumento de las secreciones, dilatación de asas y segmentos de bario(6,8,10,11) El compromiso del intestino puede ser focal o multifocal, con dilatación de los vasos linfáticos de la mucosa y submucosa, mientra que las vellosidades que las recubran pueden estar distorsionados y se presentan macrófagos estromales asociados con los espacios linfáticos dilatados(2,3,5,6,8) En cuanto a tratamiento, se han ensayado con éxito variable el uso de esteroides, antibióticos y cirugía, así como el empleo de una dieta pobre en grasas o empleando triglicéridos de cadena media que son absorbidos directamente y no a través de los canales linfáticos, permitiendo una mejoría de los síntomas (3,5,7,8). Al respecto resulta llamativa la evolución favorable de este caso con el empleo simultáneo de dieta, esteroides, y antibióticos. Recientemente se han publicado trabajos que documentan el efecto beneficioso del Octreotide (Sandostatín), potente inhibidor de la hormona del crecimiento, glucagón e insulina, así como un marcado efecto supresor de hormonas gastrointestinales incluyendo gastrina, motilina secretina y polipéptido pancreático,(8,12,13) pero no contamos con experiencia al respecto. CONCLUSIONES: Se presentó un caso de Linfangiectasia intestinal diagnosticado en el Servicio de Medicina Interna del Hospital General Docente “Enrique Cabrera”, Cuba. Las manifestaciones clínicas de dicho paciente fueron: edemas, diarreas, dolor abdominal, astenia marcada y pérdida de peso. Además se encontró edema blando de fácil Godet, abdomen globuloso y distendido, doloroso a la palpación; además murmullo vesicular disminuido. Dichas manifestaciones corresponden con las expuestas en la literatura internacional. La respuesta a la terapéutica fue notable debido a la mejoría del paciente. Se trató con Prednisona, Tetraciclina, Albúmina humana y supresión de la grasa dietética, siendo esta misma conducta la que se describe en la literatura extranjera. Luego se le añadió Espironolactona. Hay documentado el efecto beneficioso sobre esta enfermedad del Octreotide (Sandostatín), pero no contamos con experiencia al respecto.
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