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Notas:
Uno de los fundamentos que suele plantearse para indicar la separación entre salud y economía es que la salud es algo tan vitalmente importante que su atención y cuidado deben tener absoluta prioridad. Sin embargo, todos nosotros tomamos diariamente múltiples decisiones que demuestran que la salud no es nuestra principal prioridad. De hecho, nuestro propio comportamiento es uno de los factores que más negativamente afecta la salud. Simplemente pensemos en los efectos que tienen sobre la salud el tabaco, alcohol, obesidad, estrés, falta de ejercicio y conducción temeraria.
Podría aducirse que la salud es lo más importante cuando estamos enfermos, sin embargo, nuestro comportamiento tampoco demuestra que prioricemos la salud aun cuando enfermamos. Así, solamente una pequeña parte de los pacientes sigue de forma adecuada las instrucciones del tratamiento. O que muy pocos pacientes estarían dispuestos a sacrificarlo todo para priorizar la salud. La salud, es por tanto, uno de los factores que tenemos en cuenta a la hora de tomar nuestras decisiones, pero no es de forma continuada el factor que más influencia nuestro comportamiento.