Ataque quirúrgico directo a los tumores del tallo cerebral.
Presentación de una serie de diez casos.
Autor: Dr. Oramas Mingo, Suez; Viera López José. Institución: Hospital Clínico Quirúrgico Docente "Miguel Enríquez". Ciudad Habana. Cuba. Email: laeducs@infomed.sld.cu Introducción Material y Método Resultados y Discusión Conclusiones Bibliografía Enviar Comentarios INTRODUCCION Los tumores del tallo cerebral predominan en la infancia y el adulto joven; No obstante pueden afectar a pacientes de mayor edad (1) Se ha planteado clásicamente que desde el punto de vista clínico cursan con una sintomatología neurológica abigarrada donde priman las afecciones de nervios craneales en combinación con síntomas y signos sensitivos y motores. La hidrocefalia tiende a ser tardía; sin embargo pudiera ser el debut del mismo. (2). El ataque quirúrgico directo a estos ha constituido un reto para el neurocirujano, lógicamente por la localización del mismo y las probables secuelas post quirúrgicas; Sin embargo desde los trabajos de Epstein son más los que se lanzan de forma racional a esta "aventura" con el único objetivo de lograr una mayor sobrevida y en ocasiones la cura definitiva de estos pacientes. (3). El objetivo de nuestro trabajo consiste en presentar una serie de diez pacientes a los cuales se les realizó el abordaje quirúrgico directo con un porciento variable de resección de la lesión lo cual junto con su naturaleza histológica constituyeron los dos aspectos que más influyeron en la duración y la calidad de la sobrevida. MATERIAL Y METODO Se presentan diez pacientes intervenidos de tumores
de tallo cerebral desde Junio de 1989 hasta Junio de 1999, el rango de edades fluctuó de
siete años a cuarenta y dos años con una media de 22,9 años. Hubo una distribución
similar por sexos. Los síntomas y signos fueron: A todos los pacientes se les sometió a una
craniectomía de fosa posterior; Colocados en decúbito prono. A dos de ellos se les
practicó un abordaje presigmoideo y a ninguno se les colocó una derivación ventrículo
peritoneal (D.V.P) previa, ya que nos trazamos como objetivo restablecer la
circulación de liquido cefalorraquideo (L.C.R) a través del IV ventrículo. En dos casos
esto resultó fallido y fue necesario en un segundo tiempo quirúrgico colocar una D.V.P. Desde el punto de vista histológico nos enfrentamos con: Pudimos en cuatro casos realizar una exéresis
macroscópica total y fueron aquellos pacientes donde el tumor era monosegmentario y
había un componente exofítico importante, similar a lo que reportan otros colegas (4) Se realizó exéresis parcial en cinco casos y en
uno solo pudimos tomar muestra para biopsia; pues cuando manipulábamos el tumor se
producían alteraciones del ritmo cardíaco lo que nos impidió una cirugía más
agresiva. En dos casos como ya se ha citado se colocó una
D.V.P. en un segundo tiempo quirúrgico. En nuestra serie pudimos realizar una exéresis macroscópica total a cuatro pacientes que eran portadores respectivamente de una malformación críptica, la cual se considera curada, un astrocitoma grado I pontino con cinco años de evolución y buena calidad de vida, un gliobastoma multiforme que tiene solo ocho meses de evolución, al cual sometimos posteriormente a teleterapia y un astrocitoma grado II el cual tiene cinco años de evolución con buena calidad de vida. Como se pude apreciar en todos los casos excepto en el glioblastoma multiforme se trataban de lesiones benignas, lo que justificaba el riesgo del proceder más agresivo que a la larga ha repercutido en una mayor sobrevida con buena calidad. En el resto de los pacientes se practicó una exéresis parcial, subtotal y en un caso solo biopsia (ver Tabla 1).Esto dependía en primer lugar de la facilidad para realizar el proceder, y en segundo lugar de la histología; pero el primer aspecto fue determinante siempre que encontrábamos un adecuado plano de clivaje y no se producían alteraciones transoperatorias resecábamos tanto tumor como fuera posible sin mirar la histología dada por la biopsia por congelación. No tuvimos ninguna muerte quirúrgica; aunque ya han fallecido dos pacientes: Uno portador de un astrocitoma anaplásico mesencefálico a los tres años de la cirugía y otro de un gioblastoma multiforme prácticamente al año de operado. Tampoco tuvimos ninguna complicación post operatoria; pues al igual que refiere el profesor Epstein algunos signos pre existente se acentuaron en el post operatorio inmediato, pero con el empleo de corticosteroides y con el tiempo los mismos mejoraron, hasta que en el caso de los dos fallecidos se llegó a la fase terminal con la declinación neurológica lógica.(5). Cuando comparamos nuestros resultados, a pesar de lo relativamente limitado de nuestra serie, con las de otros autores que han trabajado estas complejas lesiones consideramos que los mismos son satisfactorios y equiparables. Al igual que ellos nuestro proceder quirúrgico se cimentó en la microcirugía, no utilizamos otros medios tales como el láser o aspirador ultrasónico porque no lo poseemos.(6,7,8). En el pre y post operatorio se utilizaron los corticosteroides a dosis terapéuticas y en todos loas casos se utilizó antibiótico profilaxis. Nosotros con nuestra discreta experiencia, abogamos siempre que sea factible y razonable teniendo en cuenta las características imageneológicas de la lesión y el status neurológico del paciente por una cirugía lo más radical posible que conlleve, en ocasiones con el complemento oncológico, a una más larga sobrevida con una mejor calidad de vida. Creemos que el mito de inoperabilidad de los tumores del tallo cerebral ya ha sido superado y podemos con satisfacción mostrar, al menos tres pacientes, (9,10) los cuales consideramos curados, pues presentan sobrevidas prolongadas y en resonancias magnéticas post quirúrgicas no se evidencian signos de recidiva tumoral. CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
TABLA 1 PRESENTACION DE LA SERIE
TABLA 2 DISTRIBUCION POR EDADES.
TABLA No 3 DISTRIBUCION POR SEXO
TABLA 4 SINTOMAS Y SIGNOS MAS FRECUENTES.
TABLA 5 TIPO DE EXERESIS PRACTICADA.
|
Si desea contactar directamente
a los autores, hágalo por email a: laeducs@infomed.sld.cu |