ISSN: 1578-7710

  Al otro lado de la puerta
 

 

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Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Comentario. Vol 2 nº 12S, diciembre 2002.
Autor: Gloria Forés Moreno

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Al otro lado de la puerta

Quiero transmitir una reflexión, fundamentalmente para mi misma y por qué no, para todos los que tratamos con pacientes críticos y SUS FAMILIAS.

Desde nuestra posición de médicos especialistas o super-especialistas, cargados de conocimientos, con “casi” todos los medios y técnicas a nuestro alcance, con la posibilidad de ofrecer a nuestros pacientes todo lo que necesitan para recuperarse... (siempre que sea médicamente posible), desgraciadamente y en muchas ocasiones, hacemos gala de una tremenda falta de humanidad y una gran dosis de prepotencia, también lo podríamos definir como paternalismo, carencia de los más básicos conocimientos de la bioética, miedo a perder el protagonismo o a asumir las consecuencias de nuestras propias decisiones, o quizá simplemente, desinterés por conocer y respetar los valores del paciente y su familia (el objetivo, el medio y el fin de nuestros actos).

Se ha escrito, se escribe y supongo que seguiremos escribiendo y opinando sobre la AUTONOMÍA DEL PACIENTE, sobre la capacidad de decidir sobre su futuro (voluntades anticipadas ¡que bien suena!), sobre el papel de la familia como garante de estas voluntades, sobre el derecho a una INFORMACIÓN VERAZ, sobre la CAPACIDAD Y COMPETENCIA del que tenemos enfrente... Sí, de todo esto escribimos, hablamos, incluso redactamos documentos y capitaneamos conferencias de consenso, pero a la hora de la verdad, cuando el paciente está delante de nosotros y la familia al otro lado de la puerta, hacemos lo que queremos nosotros, lo que NUESTROS valores nos dictan, lo que nos parece más lógico, más oportuno o más recomendable (lo que está indicado) a nuestro parecer, por supuesto, y todo ello dentro del marco más legalista (decisiones colegiadas), para el mejor beneficio del paciente.

¿Y la familia?, “no se puede hablar con ellos”, “no entienden lo que les decimos”, aunque a lo mejor sean médicos, incluso trabajen en unidades como nosotros (pero de otro hospital), quizá sean abogados, economistas, químicos, biólogos, secretarias... “pero sometidos a tan gran tensión”.. ¡no entienden nada!.

Y yo pienso, ¿no seremos nosotros los que no entendemos o no queremos entender de autonomía?, ¿los que no nos sabemos hacer entender?, ¿los que no sabemos cómo plantear una situación difícil?.

Lamentablemente ayer fui familia y me sentí mal al otro lado de la puerta, ignorada y engañada, seguro que se tomaron las decisiones adecuadas, seguro que ha sido lo mejor para mi familiar, seguro que todos ahí dentro hablaron, valoraron, llegaron a un acuerdo y decidieron. Pero nos sentimos ignorados, porque nadie nos preguntó antes de decidir y os aseguro que había más de uno que podía entenderlo TODO, y engañados, quizá esto fue lo más doloroso, porque no fueron capaces, incluso ante la pregunta directa, de confirmar que lo que se había decidido era limitar el esfuerzo terapéutico.

Yo y todos mis familiares hubiéramos compartido esa decisión como la más acertada, pero no nos dieron la oportunidad. Directamente decidieron mantenernos engañados, de forma gratuita.

Ante la deformación profesional que te induce a mirar, en lugar de la cara de tu familiar, el monitor y las medidas de apoyo farmacológico que se están administrando (minutos antes me habían informado técnicamente acerca de dobutamina, noradrenalina...), vi, con extrañeza y no con discrepancia profesional, que todo eran sueros limpios.

Solo entonces, reconocieron que en decisión colegiada y muchas horas antes se había decidido LET.

Desde mi punto de vista ¡LAMENTABLE!.

Yo he tomado buena nota personal, para que cuando este dentro de la unidad, nadie al otro lado de la puerta se sienta así de defraudado.

Dejemos de escribir tanto y de hablar solo para escucharnos entre nosotros y empecemos a conversar con las familias, a darles la participación que se merecen y a la que creo firmemente tienen derecho.

Gloria Forés Moreno
Hospital Gregorio Marañón, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu. Diciembre 2002.

Enlaces:

  • Ordenes de no reanimar y limitación del esfuerzo terapéutico en las UCIs francesas Ramón Díaz Alersi. REMI 2001; 1 (3): 65.
  • ¿Son competentes para la toma de decisiones los pacientes graves?
    Eduardo Palencia Herrejón. REMI 2001; 1 (9): 158.
  • Estudio internacional sobre directivas de reanimación
    Ramón Díaz Alersi. REMI 2001; 1 (12): 273.
  • Participación de los pacientes críticos en la toma de decisiones asistenciales
    Ricardo Abizanda Campos. REMI 2002; 2 (1): E9.
  • Limitación del esfuerzo terapéutico en las UCI españolas
    Eduardo Palencia Herrejón. REMI 2002; 2 (1): 280.
  • Implicaciones de la denegación del ingreso en UCI
    Eduardo Palencia Herrejón. REMI 2002; 2 (1): 281.
  • ¿Son competentes los familiares de los pacientes críticos para la toma de decisiones?
    Eduardo Palencia Herrejón. REMI 2002; 2 (1): 296.
  • Legislación: Ley 41/2002, que regula la autonomía del paciente y los derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.

Palabras clave: Competencia, Toma de decisiones, Limitación del esfuerzo terapéutico, Etica, Cuidados Intensivos.

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última modificación: 01/07/2007