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Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Artículo nº S1. Vol 3 / S2, abril 2003

Autor: Eduardo Palencia Herrejón

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Editorial: Síndrome respiratorio agudo grave ("neumonía por coronavirus"), abril 2003

El síndrome respiratorio agudo grave (SRAG), inicialmente llamado “neumonía asiática” y que quizá ya debiera llamarse neumonía por coronavirus, es la primera enfermedad emergente con características epidémicas de alcance mundial del siglo XXI. Retrospectivamente sus primeros casos parecen datar de noviembre de 2002, aunque no se empezó a hablar de ella hasta febrero de 2003.  Oscurecida como noticia, y quizá también como prioridad, por las terribles consecuencias sanitarias de la invasión y devastación de Irak, parece ahora haber ocupado los lugares preferentes en la información al público y la preocupación de las autoridades sanitarias.

El SARS ("severe acute respiratory syndrome") o síndrome respiratorio agudo grave es una enfermedad producida por un coronavirus no conocido previamente en seres humanos ni animales, que al parecer tiene una alta capacidad mutagénica. La sintomatología es la de un síndrome gripal con afectación respiratoria prominente. La mortalidad de la neumonía por coronavirus es probablemente superior al 10%, el doble de lo que se reconoce en los medios de comunicación. Hasta el momento no existe ningún tratamiento de eficacia probada, aunque los casos más graves se están tratando con ribavirina intravenosa (¡no aerosolizada!) y corticoides. Son muchos los enfermos que requieren ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos, donde requieren intubación y ventilación mecánica, y presentan cuadros de SDRA grave, con barotrauma, hipoxemia refractaria y muerte por fallo multiorgánico. La mayoría de los casos mortales se han dado en sujetos de edad avanzada con distintas comorbilidades, aunque también han ocurrido en jóvenes previamente sanos.

Una de las principales características de esta nueva enfermedad es su contagiosidad; los lugares donde se conocen más detalles de los casos diagnosticados hasta ahora son los hospitales de Hong-Kong y Toronto, donde, pese a las medidas de precaución universal tomadas hasta ahora, se han producido casos de contagio entre el personal sanitario. Los médicos, enfermeras y personal auxiliar que atiende a los enfermos presentan por tanto un riesgo elevado de contraer la enfermedad.

En España aún no existe ningún caso confirmado de neumonía por coronavirus, y el único caso probable notificado hasta ahora fue dado de alta hace tiempo y goza de buena salud. Ha habido en casos puntuales señales de alarma que posteriormente no se han confirmado. Sin embargo, la situación puede cambiar en cualquier momento, como ha ocurrido en otros países.

La información que estamos recibiendo los profesionales de la salud sobre el SARS es escasa; probablemente la mayoría hemos recibido más información por la prensa que por notificaciones oficiales o comunicaciones científicas. No sabemos cuál es la actitud a seguir, no existen normas de actuación claras, sino más bien todo lo contrario, ante un caso sospechoso, probable o confirmado.

Después de realizar una búsqueda intensa en las webs del Ministerio de Sanidad y Consumo y el Instituto de Salud Carlos III, la información que hemos encontrado es decepcionante por insuficiente, poco actualizada, confusa, difícil de encontrar y en ocasiones errónea. Con fecha 22 de abril de 2003, el Ministerio de Sanidad y Consumo todavía informa a los ciudadanos de que la “neumonía procedente de extremo Oriente” es de causa desconocida ("en el momento actual no se conoce el agente causal") [HTML]; aparte de esta nota y las notas de prensa [HTML], cuya función es predominantemente propagandística, no hemos encontrado otra información. Por lo que respecta al Instituto de Salud Carlos III, de su formulario de búsqueda solo se recuperan dos documentos PDF, con los procedimientos de toma y envío de muestras [PDF], y un formulario de recogida de datos de casos potenciales de SRAS y de petición de diagnóstico diferencial a realizar en el Centro Nacional de Microbiología para los casos sospechosos [PDF]. Insistiendo en una búsqueda manual por su web, hemos encontrado una hoja informativa de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica [HTML], donde, con una redacción apresurada y un diseño deficiente, se exponen los criterios de definición de casos de la OMS, y algunas normas generales (imprecisas y apenas útiles) sobre el manejo de los casos sospechosos o probables, del tipo “Debe obtenerse radiografías de tórax y hemograma completo” (sic), o  “Hospitalizar con aislamiento o junto con otros casos de SRAG” (sic), que nos resultan muy poco clarificadoras.

Así las cosas, la Revista Electrónica de Medicina Intensiva va a realizar un esfuerzo por presentar a sus lectores toda la información que sea capaz de recabar, con el mayor rigor y lo más actualizada posible, sobre el SRAG. Dicha información se presentará desde hoy con un formato de número especial, cuyos artículos se actualizarán con toda la frecuencia necesaria, y a la que se irán añadiendo artículos. En la primera página se encontrará siempre una tabla resumen con los datos más actuales de casos nuevos y letalidad a nivel mundial, y una ficha de información rápida sobre la enfermedad. Entre los primeros artículos que presentaremos se encuentran una revisión del tipo de mascarillas existentes para protección del personal sanitario, y las normas recomendadas en otros países para prevenir el contagio en las Unidades de Cuidados Intensivos.

REMI comunicará, cuando existan, las normas y pautas de actuación que las autoridades sanitarias recomienden a los profesionales de la salud. Mientras tanto, las recomendaciones que aquí se presenten serán fruto exclusivo de la investigación y el trabajo personal de sus autores.

Eduardo Palencia Herrerón, Director
Revista Electrónica de Medicina Intensiva
©REMI, http://remi.uninet.edu. Abril 2003.

Normas del copyright: El material de REMI puede ser copiado y distribuido libremente sin modificar, siempre que la distribución sea gratuita y se haga constar el origen y la dirección IP de la que se ha obtenido, de la siguiente forma:

Palencia E. Síndrome respiratorio agudo grave ("neumonía por coronavirus"), abril 2003. REMI 2003; 3 (4S) S1. En: http://remi.uninet.edu/2003/S2/200304S1.htm

Enlaces (comprobados a 22 de abril de 2003):

Instituto de Salud Carlos III

  • Información de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. [HTML]

  • Procedimiento de toma y envío de muestras. [PDF]

  • Formulario de recogida de datos de casos potenciales de SRAS y de petición de diagnóstico diferencial a realizar en el Centro Nacional de Microbiología para un caso sospechoso de SRAS. [PDF]

Ministerio de Sanidad y Consumo

  • Información al ciudadano sobre la "neumonía procedente de extremo Oriente (síndrome respiratorio agudo severo)". [HTML]

  • Notas de prensa. [HTML]

Palabras clave: Neumonía, Síndrome respiratorio agudo grave, Epidemiología, Tratamiento.

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Comentario
Beatriz Sánchez Artola

COMENTARIO AL EDITORIAL

Las mascarillas quirúrgicas, aún las llamadas “de alta eficacia”, sólo protegen y no muy eficientemente, contra la transmisión a partir de secreciones respiratorias (son fluidshield). Son ineficaces para evitar la transmisión aérea o mediante aerosoles del SARS-CoV. A pesar de ello y de que la OMS establece en sus pautas que la protección respiratoria ante un caso sospechoso de SARS debe incluir el uso de respiradores P100/FP3 o P99/FP2 o N95/99/100 o un equivalente local debidamente certificado, las mascarillas quirúrgicas se están incluyendo en el protocolo de actuación de algunos hospitales siguiendo las pautas de las autoridades sanitarias.

No acabo de comprender la afirmación categórica de algunas autoridades de que es poco probable que el SARS arribe a nuestro suelo, ya que ello no es predecible. Pero, independientemente de que España llegue o no a sufrir este problema, la educación y la previsión son responsabilidades que no pueden descuidarse. La información científica y equilibrada, evitando por supuesto el sensacionalismo, nunca genera alarma. La inquietud puede devenir de la falta de moderación, pero, desde luego, nace de la inexactitud y la depreciación injustificada. El vacío informativo es una falta de consideración, hacia la salud de la población en general y del profesional de la sanidad en particular, y un error que puede tener consecuencias nefastas.

A la vista de la carencia de información (y formación) específica por parte de las autoridades locales al personal sanitario, no dejo de pensar en qué significará exactamente la jactancia “todos los sistemas de control están listos y preparados”.

Beatriz Sánchez Artola
 

 


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última modificación: 01/07/2007