Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Artículo nº 790. Vol 4 nº 10, octubre 2004.

Autor: Juan Carlos Montejo González
http://remi.uninet.edu/2004/10/REMI0790.htm

Colocación de sondas naso-enterales a pie de cama

Artículo original: Foote JA, Kemmeter PR, Prichard PA, Baker RS, Paauw JD, Gawel JC, Davis AT. A randomized trial of endoscopic and fluoroscopic placement of postpyloric feeding tubes in critically ill patients. JPEN 2004; 28: 154-157. [Resumen] [Artículos relacionados Medline]

Introducción: La colocación de una sonda naso-enteral es el único método para mantener la nutrición enteral en pacientes que no la toleran por vía gástrica. No obstante, el procedimiento para la inserción de sondas transpilóricas (endoscópico, radiológico o de otra índole) puede ser difícil de aplicar en situaciones concretas, debido a la existencia de problemas “de infraestructura” (falta de disponibilidad de la técnica), o a la dificultad para el traslado del paciente desde la UCI hasta otras localizaciones en las que deba realizarse la técnica de inserción. La valoración de los resultados ligados a la aplicación de técnicas para el paso de sondas transpilóricas “a pie de cama” cuenta con repercusiones importantes en la rutina clínica.

Resumen: Los autores llevan a cabo un estudio prospectivo y aleatorizado para comparar los resultados de la inserción de una sonda nasogástrica con un método endoscópico frente a otro método radioscópico, en 43 pacientes con indicación de nutrición enteral ingresados en una UCI quirúrgica. Ambas técnicas se realizaron “a pie de cama”, empleándose un endoscopio digestivo convencional o un arco de radioscopia. Los resultados indicaron la equivalencia de ambas técnicas respecto al tiempo requerido para la colocación de la sonda (unos quince minutos) y el número de procedimientos con éxito (94%-96%). No se apreciaron complicaciones con la técnica radioscópica, en tanto que la técnica endoscópica se asoció con una frecuencia de complicaciones del 15% (epistaxis de leve intensidad al colocar la sonda gástrica una vez colocada la sonda transpilórica). Los autores concluyen que ambos métodos pueden ser realizados con seguridad y precisión “a pie de cama” en pacientes críticos.

Comentario: A pesar de la sencillez del estudio y del pequeño tamaño de la muestra, los datos indican que ambas técnicas son factibles e incorporables indistintamente a la rutina clínica. Un empleo más extendido de las mismas pudiera contribuir al mantenimiento de la nutrición enteral en los casos con intolerancia gástrica repetida.  No obstante, las limitaciones impuestas por la normativa de equipos radioscópicos en nuestro medio pudieran limitar el uso de éste método “a la cabecera” del paciente. El método endoscópico no cuenta con este problema, lo que podría ser una ventaja a favor de su empleo. Sin embargo, como indican también los autores, la elección de un método debe adecuarse a las condiciones concretas de cada entorno de trabajo, teniendo en cuenta, como factor de primer orden, la disponibilidad de la técnica y la experiencia alcanzada con su aplicación.

Juan Carlos Montejo González
Hospital Doce de Octubre, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu. Octubre 2004.

Palabras clave: Nutrición enteral, Sonda transpilórica, Inserción endoscópica, Inserción fluoroscópica.