Sobre las puntuaciones de gravedad
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Artículo REMI relacionado:
Palencia E. ¿Son correctas nuestras mediciones del APACHE-2?. [REMI 2005; 5 (8): 886].
Comentarios: [Eduardo
Palencia]
Buenos días a todos aquellos que, a pesar de los
calores, atendemos a los comentarios de la lista. Creo oportuno "tomar la
palabra" con respecto al artículo comentado por nuestro admirado e
incansable Eduardo sobre el APACHE II y sus "defectos".
Ante todo quiero dejar claro que la coincidencia "interobservador"
en la cumplimentación de las estimaciones pronósticas a partir de
cualquiera de los sistemas que se utilicen es bien conocida, lo que no es
óbice para que, de vez en cuando, algún(os) investigador(es) aparezcan con
una constatación que reitera lo ya sabido, sea cual sea la metodología que
se utilice para llegar a esa conclusión.
Dice un proverbio oriental que cuando se pone el dedo
en la llaga, solo los incautos creen que lo importante es el dedo. Y si no
lo dice así, quiere decirlo.
En mi opinión la cuestión de "esas discrepancias" debe
analizarse desde dos perspectivas no mencionadas. La primera es: ¿por
qué?, la segunda es ¿para qué?.
¿Por qué se producen las discrepancias?. Los motivos
pueden ser varios. Imaginemos que el paciente es un coqueto y nos engaña
sobre su edad, pues bien esa es una causa de discrepancia entre dos
posibles observadores con respecto al mismo paciente. Uno sabe la edad
correcta, y otro no.
Comentario del lector: ¡que tontería! Bien, intentemos
no ser tan tontos. Puede suceder que, sin ánimo de ocultar un determinado
dato, lo que exista es desconocimiento. Por ejemplo, paciente en coma,
por.... No hay familia, no se dispone de su historial clínico (otro
hospital, otra ciudad), no conocemos que durante los 6 meses anteriores ha
estado sometido a tratamiento esteroideo a dosis importantes. ¿Cuál será
la influencia sobre la puntuación APACHE?. Quiero con ello decir que las
discrepancias pueden existir con independencia del observador, y ello se
traducirá en una inadecuada estimación del riesgo real de muerte, y como
consecuencia, el análisis local de discriminación del sistema quedará
resentido. Cuanto más pequeña sea la serie, más resentido quedará. ¿Existe
solución a este problema? Mi opinión es que no.
Pero es más grave otro aspecto de la cuestión que se
basa en el modelo asistencial de la Medicina Intensiva en determinados
países anglosajones, cuando lo comparamos con el modelo de ciertos países
europeos. ¿Quién cumplimenta esta información?. ¿Investigadores estables,
personal especialmente adiestrado, metodólogos?. La respuesta es no. Lo
suelen hacer residentes en turno rotatorio de cobertura temporal de
períodos de formación más o menos variables. No deja de ser llamativo que
los estudios europeos no hayan manifestado el hallazgo de discrepancias en
las estimaciones pronósticas, con tanta insistencia como nuestros colegas
transoceánicos. La razón de que la puntuación de la Escala de Coma de
Glasgow, tenga un tan alto nivel de estimación errónea, es que se suele
olvidar que, para su valoración, se debe atribuir el estado de conciencia
que tendría el paciente "libre de sedoanalgesia". Todos los postoperados
en fase inmediata tienen una GCS de menos de 5, que "sorpresivamente"
aumenta al eliminar los fármacos.
Los sistemas informatizados que "capturan" la
información "on line" a partir de algoritmos preestablecidos tiene como
objetivo minimizar el factor humano en esta tarea, pero en nuestro medio
(el propio servicio donde desarrollo mi labor) abordamos la cuestión y
hemos comprobado (pero no publicado) que tras los tres primeros meses de
adiestramiento en el procedimiento, no se detectan discrepancias
importantes en las estimaciones pronósticas (nosotros utilizamos SAPS 2 y
MPM II 0, pero eso es cuestión de detalle). Es evidente que cuanto más
dicotómica sea la variable considerada, menos posiblidades hay de error.
Por eso los sistemas como SAPS, APACHE, SOFA, etc., se resienten más que
los sistemas como MPM.
Pasemos ahora al segundo aspecto, el ¿para qué?.
Vaya por delante que ningún sistema de estimación de
riesgo de muerte, ni en su forma mas simple de evaluación de gravedad, ha
nacido para permitir decisiones individuales. Por eso, los estudio sobre
drotrecogina están erróneamente planteados al establecer un punto de corte
de puntuación de gravedad APACHE (que no riesgo de muerte) para indicar el
uso o no del producto. Es un error táctico, que traduce una inadecuada
comprensión del uso de esas herramientas.
Los métodos para evaluar el riesgo de muerte solo han
demostrado su utilidad en series de pacientes, no en casos individuales.
La exactitud de predicción asumida contiene errores entre 1/5 a 1/10 y eso
es mucho. Los sistemas de predicción son (hoy en día) herramientas para
establecer un control de calidad, en una política de evaluación constante
de la misma, y permiten, sobre todo, las comparaciones lineales en
diferentes periodos de actividad, tanto es así que las comparaciones
transversales no pueden considerarse sin controlar la variabilidad del
case mix atendido. Y hoy, no disponemos de un método fiable para
hacerlo.
Como consecuencia de ello, las decisiones terapéuticas,
siempre individuales, no pueden ni deben apoyarse en este tipo de
metodología. Es importante no perder de vista el objetivo final, la meta,
si no queremos equivocar el camino.
Ricardo Abizanda Campos
Hospital General de Castelló
©REMI, http://remi.uninet.edu.
Agosto
2005.
Palabras clave:
Sistemas de puntuación de gravedad,
APACHE-2, Gravedad, Pronóstico, Pacientes críticos.
Comentario Eduardo
Palencia Herrejón
Agradezco a Ricardo Abizanda sus
comentarios sobre las puntuaciones de gravedad, y aprovecho para decir
aquí, por si alguien no lo sabía, que el Dr. Abizanda es uno de los
mayores expertos mundiales en la cuestión, y que en la actualidad está
trabajando activamente en la nueva versión de la puntuación de gravedad
SAPS, el SAPS-3, que ya ha sido publicada en Internet [1, 2] y que en los
próximos meses aparecerá en la versión impresa de la revista Intensive
Care Medicine. Los interesados pueden visitar la página del SAPS-3
[3].
Siempre he pensado que en esto de la
medicina hay que cuidar mucho el detalle. Y de residente me rebelaba: ¿Si
dicen que es tan importante, por qué demonios no nos explican claramente
cómo tenemos que explorar al enfermo para recoger la puntuación de Glasgow
para el coma?. Porque con el Glasgow pasa igual que con el APACHE [4, 5],
con el agravante de que el Glasgow forma parte de esta puntuación de
gravedad. O con el catéter de Swan-Ganz: ¿Por qué no se han desarrollado
unos estándares de medición para el gasto cardiaco y la presión de
oclusión, de manera que se haga de manera uniforme en todas partes?. Pero
unos y otros al ser interpelados de esta manera miraban para otro lado; y
yo ahora miro de reojo a los residentes, porque estoy seguro de que nos
están reclamando lo mismo que yo pedía entonces, con los mismos
resultados. Y realmente no tiene explicación; imagináos que el piloto de
un avión no emplease protocolos estrictos, o aparatos de medición
perfectamente calibrados (¡cielos, espero que sea así!).
Estoy completamente de acuerdo con Ricardo
Abizanda en que la fiabilidad de la medición se puede mejorar por medio
del adiestramiento de quienes la deben llevar a cabo. Es más, se debe
mejorar. Vamos a hacerlo. Pero para ello, antes, debemos (otra vez el
verbo deber) dejar claro cuáles son los estándares, y hagámoslo igual en
todas partes, porque si no, de nada valdrá el esfuerzo: ¿Cómo puntuamos la
respuesta verbal de la escala de Glasgow cuando el enfermo está intubado?
¿Qué estímulos debemos aplicar para valorar la respuesta motora? ¿Qué
criterio empleamos para distinguir la flexión-retirada (4 puntos) de la
flexión-localización (5 puntos)? ¿Qué hacemos con el enfermo sedado? ¿Cómo
puntuamos la temperatura corporal del enfermo si no empleamos el
termómetro rectal? ¿Qué se hace con la puntuación cuando el enfermo tiene
un paro cardiaco (frecuencia cero, tensión arterial cero, etc.)?. Y muchas
más cuestiones que deberíamos aclarar. ¿Por qué no lo hacemos?.
Eduardo Palencia Herrejón
Hospital Gregorio Marañón, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu.
Agosto
2005.
Bibliografía:
-
Metnitz PGH,
Moreno RP, Almeida E, Jordan B, Bauer P, Abizanda R, Iapichino G, Edbrooke
D, Capuzzo M, Le Gall JR, and on behalf of the SAPS 3 Investigators. SAPS
3: From evaluation of the patient to evaluation of the intensive care unit.
Part 1: Objectives, methods and cohort description.
-
Moreno RP, Metnitz
PGH, Almeida E, Jordan B, Bauer P, Abizanda R, Iapichino G, Edbrooke D,
Capuzzo M, Le Gall JR, and on behalf of the SAPS 3 Investigators. SAPS 3:
From evaluation of the patient to evaluation of the intensive care unit.
Part 2: Development of a prognostic model for hospital mortality at ICU
admission.
-
http://www.saps3.org/
-
Rowley G, Fielding K: Reliability and accuracy of the
Glasgow Coma Scale with experienced and inexperienced users. Lancet
1991; 337: 535-538. [Resumen]
[Artículos
relacionados]
-
Gill MR, Reiley DG, Green SM. Interrater reliability of
Glasgow Coma Scale scores in the emergency department. Ann Emerg
Med 2004; 43: 215-223. [Resumen]
[Artíulos
relacionados]
Palabras clave:
Sistemas de puntuación de gravedad,
APACHE-2, Gravedad, Pronóstico, Pacientes críticos.
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