Ecocardiografía transesofágica en el trauma
aórtico
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Artículo original: Transesophageal
Echocardiography and Therapeutic Management of Patients Sustaining Blunt
Aortic Injuries. J Trauma 2005, 58: 1150-1158. [Resumen]
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Introducción: Las
lesiones de aorta (LA) se han clasificado en tres grados: grado I: hematoma intramural o
lesión limitada a la íntima; grado II: ruptura subadventicial o
modificación de la forma geométrica de la aorta, y grado III: transección
aórtica con sangrado activo u obstrucción aórtica con isquemia. Los grados
II y III son lesiones mayores. Las LA grado II pueden progresar a rotura de la
adventicia, resultando en muerte súbita en la escena del accidente o en las
primeras horas de ingreso. El tratamiento de los pacientes con LA grado II
permanece controvertido.
Resultados: Los
autores analizan retrospectivamente 24 pacientes diagnosticados de LA por
ecografia transesofágica (ETE). Los pacientes con lesiones grado I fueron
tratados conservadoramente y evaluados con ETE seriados. Los pacientes con
LA grados II y III fueron divididos retrospectivamente en dos grupos: cirugía
de urgencia realizada en menos de 72 horas del ingreso (grupo 1) y cirugía
no urgente (grupo 2). Los resultados del ETE fueron sistemáticamente
comparados con los datos de la aortografia digital. A 13 pacientes (54%) se
les realizó cirugía urgente que confirmó lesión grado III con transección a
nivel del itsmo aórtico. La lesión más frecuentemente encontrada fue lesión
grado II (n = 9): rotura subtotal y contenida por los tejidos de alrededor.
La cirugía de reparación fue diferida por TCE grave, sangrado activo,
hipoxemia grave y sepsis grave. No hubo muertes atribuidas a la rotura de
aorta. Los hallazgos en ETE asociados a LA mayor fueron: diámetro máximo de
aorta torácica lesionada (falso aneurisma) y hemomediastino mayor en el
grupo 1 comparado con el 2. La relación entre el diámetro máximo aórtico (a
nivel del falso aneurisma) y el diámetro de la aorta descendente normal
adyacente fue mayor en pacientes que fueron tratados con cirugía urgente
(1,8 ± 0,4 frente a 1,3 ± 0,2; p< 0,005). Excepto en un paciente la
relación
fue siempre menor de 1,4 en quienes precisaron cirugía diferida. En el grupo
2 la distancia de separación del transductor de la pared aórtica
anteromedial y la distancia entre la pared posterolateral y la pleura
visceral izquierda fue menor de 7,2 mm y de 6,2 mm respectivamente. En
las LA grado I las lesiones superficiales del istmo aórtico consistieron en:
trombo mural, desgarro de la íntima y hematoma intramural. Los ETE seriados
en el grado I y en los pacientes con cirugía diferida no mostraron
progresión de las lesiones.
Comentario: Los
autores encuentran que la ETE en las LA graves grado II
puede aportar datos que permiten diferir la cirugía en pacientes con lesiones
asociadas graves sin aumento de la mortalidad atribuible a la LA. Los
pacientes con formación de grandes aneurismas falsos y hemomediastino o con
obstrucción de la aorta fueron operados de urgencia. A los pacientes que
presentaban pequeños aneurismas falsos y hemomediastino sin obstrucción
aórtica se les realizó cirugía diferida. Este estudio tiene limitaciones al
ser retrospectivo, y por tanto sus hipótesis deben ser comprobadas con
otros estudios realizados prospectivamente.
Encarnación Molina Domínguez
Hospital San Jaime, Alicante
©REMI, http://remi.uninet.edu. Octubre
2005
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Palabras clave:
Traumatismos aórticos, Ecocardiografía transesofágica.
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