Artículo original: Probiotic prophylaxis
of ventilator-associated pneumonia: a blinded, randomized,
controlled trial. Morrow LE, Kollef MH, Casale TB. Am J Respir
Crit Care Med 2010; 182(8): 1058-1064. [
Resumen]
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Introducción: En un reciente estudio observacional
internacional, el 71% de los pacientes ingresados en UCI estaban
recibiendo antibióticos, en un 64% de los casos por infecciones
respiratorias [1]. La neumonía adquirida en ventilación mecánica
(NAV) es una de las complicaciones de los pacientes críticos más
estudiadas y se estima que afecta a un 30% de los pacientes
ingresados en la UCI. A pesar de que su diagnóstico y prevención
son dificultosos [2], esta última es considerada fundamental,
llegando a considerarse la tasa de NAV como un indicador de
calidad. Entre las medidas preventivas de la NAV, los probióticos
pueden formar parte de una estrategia no antibiótica para
mantener el balance microbiano aerodigestivo del huésped. Este
estudio intenta determinar si la administración simultánea,
orofaríngea y gástrica, de Lactobacillus rhamnosus puede reducir
la incidencia de NAV.
Resumen: Se trata de un ensayo clínico doble ciego y
controlado con placebo realizado en un solo centro en 146
pacientes sometidos a ventilación mecánica (VM) durante más de 72
horas, los cuales fueron asignados aleatoriamente a recibir el
probiótico o placebo dos veces al día, en adición a los cuidados
habituales, desde el momento de la intubación al de la extubación
o la traqueostomía. Durante 5 años se seleccionaron 2.871
pacientes, de los cuales solo 146 fueron finalmente reclutados,
debido a los numerosos criterios de exclusión, principalmente una
duración esperada de la VM de menos de 72 horas. El desenlace
principal fue la NAV confirmada mediante cultivo cuantitativo de
lavado broncoalveolar en pacientes intubados más de 48 horas.
Entre los secundarios estuvieron la mortalidad, el tiempo
trascurrido hasta el diagnóstico de NAV, la duración de la VM y de
la estancia en UCI y en el hospital, el consumo de antibióticos y
los gastos. En el análisis por intención de tratar, la incidencia
de NAV fue del 38,4% (IC 95% 27,0-49,8) en el grupo placebo y del
17,8% (IC 95% 8,8-26,8) en el grupo tratado (P = 0,006). Los
pacientes tratados con Lactobacillus tuvieron menos días de
tratamiento antibiótico dirigido a NAV, pero no hubo diferencias
significativas en cuanto a los demás desenlaces.
Comentario: Resulta difícil reclutar un número suficiente
de pacientes para valorar la acción de cualquier medida preventiva
de la NAV en desenlaces clínicamente relevantes, como la
mortalidad o la estancia hospitalaria. Incluso una disminución en
el uso global de antibióticos resulta difícil de probar. Por eso
es importante que cada de uno de estos ensayos cumplan los
criterios de calidad suficientes, en especial con respecto al
diagnóstico de la NAV para que un futuro metaanálisis arroje más
luz. Mientras tanto, los resultados de este ensayo no pueden
generalizarse, considerando especialmente que se ha realizado en
un solo centro, durante un tiempo excesivo y en pacientes muy
seleccionados.