Encontramos una pequeña herida sobre la oreja derecha y un hematoma
orbitario izquierdo. Aunque nos parece difícil de creer,
contemplamos la posibilidad de que el paciente haya recibido un
disparo en la cabeza, con entrada en la pequeña herida y sin
evidenciarse salida. Pensamos que el hematoma orbitario izquierdo
podría ser por contusión.
En el TAC realizado en
el hospital se puede observar que, efectivamente, ha recibido un
disparo en la cabeza con la puerta de entrada que sospechábamos pero
con un recorrido sorprendente para el buen estado del paciente. La
bala ha entrado por el hueso temporal derecho, atravesado la fosa
craneal media (se objetivan burbujitas de aire), región supraselar,
sigue por el ala menor del esfenoides (donde también hay pequeñas
burbujas de aire), pasando justo sobre el polígono de Willis, y se
ha alojado sobre el arco zigomático izquierdo. No se produjeron
hematomas de gran tamaño. La extracción de la bala supuso una
pequeña incisión en la piel. En el seguimiento a los 12 días el
paciente se encontraba extubado, sin daño motor ni sensitivo y sin
ningún daño ocular. Únicamente presentaba una ligera desinhibición
atribuible al daño frontal. |