Quick-Clot, o la excusa de tomarte en mis brazos
Saludos a todos.
La portada de diversos
periódicos, como
La Razón del 30 de marzo, en que un médico de los Marines sostiene a
una niña herida en sus brazos, lleva a considerar la posición del
estamento sanitario en la encrucijada de los conflictos bélicos de nuestra
maltrecha humanidad. A vuelapluma, muestra el calor humano que nunca podrá
ser sustituido por ningún fármaco de última generación.
Hace años que las tropas
norteamericanas nos enseñaron el uso de la morfina en la batalla: ¡marine
herido! ¡morfina puesta!; en algunos medios, nuestros médicos acuden a los
domicilios en ocasiones, con ... ¡nolotil! (lo siento, Europharma).
Dicho sea de paso, ¿hos
hemos dado cuenta de que el modelo paramédico norteamericano parece haber
evolucionado hacia la presencia de médicos en el lugar?.
Busquemos en Google:
doctors on scene...
El mejor tan sólo lo será
si es capaz de curar más y mejor... Así, para no dejar de ser curiosos,
echadle un ojo a un comentario de
Frank Hursey quien, tras cortarse accidentalmente mientras se afeitaba
a finales de los 80, sentó las bases para un producto anticoagulante
denominado QuikClot,
recientemente aprobado por la FDA. Aunque parecen haber descubierto la
piedra de Rosetta, recuerdo que hace ya muchos años la medicina china
utiliza el denominado "polvo de Yunan" como anticoagulante externo en
heridas.
¿Estaremos realmente
hablando de una nueva forma de abordar el trauma? La embolectomía iv es
hoy una realidad, pero, como soñar es barato, ¿tendremos algún día
herramientas procoagulantes por vía iv capaces de ser dirigidas y
activadas tan sólo en el foco de hemorragia?
Y, aún más, ¿seremos
capaces de continuar abrazando más niñas entre la barbarie?
Yo lo acepto.
Alfredo Serrano Moraza
Emergencia Médica
©REMI,
http://remi.uninet.edu.
Mayo 2003.
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