Quimioprofilaxis antituberculosa secundaria en corticoterapia

Consiste en la protección mediante fármacos de una persona ya infectada para evitar que desarrolle la enfermedad. La prueba de la tuberculina (Mantoux) es el único método aceptado para el diagnóstico de la infección tuberculosa. Con 2 UI de PPD RT-23 o equivalente, la lectura se hace a 48-72 h y se considera la prueba positiva cuando la induración es ³ 5 mm para los sujetos no vacunados y ³ 15 mm para los vacunados con BCG. Es importante su realización antes de iniciar el tratamiento con corticoides pues estos fármacos son causa de anergia tuberculínica.

Con carácter general la quimioprofilaxis está indicada de forma absoluta en personas portadoras de lesiones fibróticas pulmonares (excluye calcificaciones y paquipleuritis) con reacción tuberculínica ³ 5 mm que no hayan sido tratadas con anterioridad y que no tengan evidencia clínica o bacteriológica de enfermedad activa (1).

No existen datos publicados sobre la incidencia de tuberculosis en pacientes con ACG o PMR tratados con corticoides, aunque se piensa que dosis ³ 15 mg/día de prednisona durante más de 3 semanas pueden ser un factor de riesgo y una indicación relativa de quimioprofilaxis en los pacientes infectados (2). Un caso particular son los pacientes infectados pero con prueba de tuberculina £ 5 mm por debilitamiento de la sensibilidad, situación que ocurre en las personas > 65 años no vacunadas con BCG y que se confirma cuando una segundo Mantoux realizado a los 7-10 días del primero es ³ 5 mm (³ 15 mm si vacunación previa con BCG) (efecto booster) (3).

La quimioprofilaxis secundaria se aplica durante 6 meses y una sola vez en la vida del individuo. El fármaco de elección es la isoniacida y se administra a dosis de 300 mg/día. Las complicaciones de este tratamiento son más frecuentes en personas mayores de 50 años. Son muy frecuentes las elevaciones de transaminasas, pero salvo síntomas asociados o elevación importante (x5), no obligan a suprimir el fármaco.


Referencias