Capítulo 7. 4. Emergencias Urológicas I. 1. Hematurias

4. ANAMNESIS Y EXPLORACIÓN


El interrogatorio del enfermo así como la exploración física aportaran indicios que orienten hacia el probable diagnóstico del paciente así como de las pruebas complementarias que habrá que realizar para confirmar el mismo.
  En relación a la anamnesis es importante precisar la duración, el momento y el tipo de hematuria; así la hematuria que aparece concomitantemente con la menstruación es sugestiva de endometriosis o la presencia de coágulos orienta hacia la existencia de una lesión extraglomerular. Cuando la hematuria se acompaña de polaquiuria, urgencia miccional, disuria o secreción ureteral implica la existencia de un compromiso a nivel vesical o ureteral. La prostatitis suele acompañarse de molestias rectales o perineales. El cólico renoureteral suele estar constituido por la presencia de dolor lumbar, cálculos, obstrucción aguda o riñones poliquísticos; otras veces, el dolor renal suele ser un síntoma más de una enfermedad renal intrínseca como es la nefropatía por IgA o una nefropatía por células falciformes. La pérdida de peso junto a otros síntomas constitucionales puede sugerir la presencia de una neoplasia. Los pacientes con historia ya conocida de nefropatía por IgA o de glomerulonefritis mesangiocapilares en el transcurso de un proceso intercurrente, como una infección de las vías respiratorias o una gastroenteritis, pueden presentar una reagudización de su proceso renal. La presencia de hemoptisis asociada obligaría a descartar una enfermedad con anticuerpos antimembrana basal o una glomerulonefritis lúpica. Otras veces, determinados tóxicos ambientales o microorga-nismos infecciosos pueden asociarse con glomerulonefritis y nefritis intersticiales. Especial interés tiene el recoger en el interrogatorio la presencia de síntomas sistémicos (fiebre, artromialgias, aparición de hematomas con cierta facilidad...) que pueden sugerir el diagnostico de procesos tales como lupus eritematoso sistémico, púrpura de Schönlein-Henoch u otra vasculitis [3, 5, 6]. Es importante recoger los antecedentes personales y familiares del enfermo: fármacos consumidos habitualmente (el uso de anticonceptivos orales se ha asociado con la presencia de dolor lumbar y hematuria, los analgésicos pueden producir una necrosis papilar, anticoagulantes orales, la ciclofosfamida puede producir una cistitis hemorrágica y algunos antibióticos pueden inducir una nefropatía intersticial [5, 6]), viajes a áreas endémicas de paludismo o esquistosomiasis, sordera o defectos oculares (síndrome de Alport), enfermedades de las vías urinarias y/o trastornos de la coagulación.

El examen físico será completo haciendo especial hincapié en el aparato genitourinario. Es importante constatar la presencia de hipertensión, edemas periféricos, fiebre y erupción cutánea (LES),  lesiones mucosas y púrpura palpable (púrpura de Schönlein-Henoch), petequias, soplos o roces cardíacos (endocarditis, uremia), linfadenopatías y hepatoesplenomegalia. Se hará una palpación minuciosa de ambos riñones y de la vejiga, estableciendo el tamaño y la sensibilidad;  debe realizarse un tacto rectal para determinar el tamaño de la próstata así como su consistencia,  sensibilidad  y la posible existencia de tumoraciones, y por último deben revisarse los genitales externos para detectar posibles secreciones, hemorragias o lesiones tumorales [5].