Presentación
Comité
de Honor |
LA PREVENCION DE INFECCIONES NOSOCOMIALES EN LAS UNIDADES DE MEDICINA INTENSIVADra. Mª Victoria de la Torre Prados. Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Universitario Virgen de la Victoria. Málaga
I. IntroducciónI. 1.Definiciones Una infección nosocomial es una infección no presente o en estado de incubación en el momento del ingreso de un paciente en el hospital y que se desarrolla después de 48 horas del ingreso hospitalario, o bien si la infección ocurre tres días después del alta hospitalaria o dentro de los 30 días de la intervención quirúrgica. Aunque la literatura recoge diferentes definiciones el criterio del Control Disease Center (CDC) de Estados Unidos está reconocido como referencia en la literatura científica para definir las clasificaciones de las Infecciones en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) tras haber sido validadas (1-9) . La admisión en UCI de un paciente con signos clínicos de infección puede estar relacionado con tres diferentes situaciones:
Aunque el punto de corte entre ambas -comunitaria y nosocomial- no lo define el CDC, diferentes estudios han apuntado diferentes periodos de tiempo 48, 72, 96 e incluso 120 horas (10). Estas diferencias están justificadas en la diversidad de la respuesta inflamatoria del huésped frente a los mismos microorganismos, lo que explica que según la intensidad de la misma existan diferentes situaciones clínicas que incluye el inicio de los síntomas de infección y la modulación fisiológica del huésped a la cascada de los mediadores inflamatorios, con una evolución satisfactoria de supervivencia o fatal hacia el fallecimiento (11,12). Estudios realizados con pacientes politraumatizados sin recibir tratamiento de antibiótico al ingreso en la UCI desarrollaban infecciones en las vías respiratorias bajas relacionadas con gérmenes transportados por el propio paciente y no adquiridos en UCI: Streptococcus Pnemoniae, Haemophilus Influenzae y Staphilococcus Aureus en los días 3, 4, 5 e incluso en el úndecimo día después del ingreso en la Unidad, (13,14).
I. 2 Clasificación según estado de colonización del paciente Con el objeto de profundizar en la relación entre los días de estancia en UCI, los microorganismos (MO) y el desarrollo de la infección adquirida en UCI se ha propuesto por diferentes autores una nueva clasificación teniendo en cuenta el estado de colonización del paciente (15).
I. 3 Muestras Microbiológicas
I. 4 Patogenicidad de los Microorganismos (16)
I.5 Patogenia de las Infecciones Nosocomiales
La genuina Infección nosocomial sería pues la secundaria endógena y la exógena, ya que la Infección precoz que se desarrolla a partir de gérmenes habituales colonizados en el paciente estarían realmente en fase de incubación antes del desarrollo de la infección. Un intensivista que no realiza estudio de vigilancia en pacientes con perfil de estancia prolongado, asociado a varios factores de riesgo no sabría distinguir entre la Infección endógena secundaria de la exógena, cuando las medidas para controlarlas son diferentes. Las medidas para controlar o prevenir las Infecciones Nosocomiales en UCI son diferentes ajustándonos a la patogenia descrita. La prevención de las infecciones adquiridas en UCI conlleva un correcto conocimiento de las tasas de infección o estudio de vigilancia epidemiológica microbiológica de los pacientes de UCI.
El estudio de la Eficacia del Control de la Infección Nosocomial del Centro de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos sugiere que al menos un tercio de las infecciones nosocomiales pueden prevenirse a través de Programas de Control que incluye (22-29):
II. Epidemiologia y Seguimiento de las Infecciones Nosocomiales en las UCIsII.1 Definición de términos Una terminología especifica relacionada con las INs está igualmente descrita en la literatura: Prevalencia de pacientes infectados: el número de pacientes infectados dividido por el total de pacientes incluidos en la muestra de vigilancia. Prevalencia de infección: es el número de infecciones activas dividido por el número de pacientes estudiados en la muestra. La incidencia de pacientes infectados es el número de pacientes infectados por el número total de pacientes en riesgo durante un periodo determinado. La incidencia de infección es el número de episodios infecciosos dividido por el numero de pacientes estudiados en eun periodo de tiempo determinado. La densidad de incidencia de cada infección incluye en el numerador el número absoluto de la infección analizada y en el denominador: el número de días de riesgo de todos los pacientes ingresados, por mil y el número de días de presencia del factor de riesgo relacionado con la infección, por mil (30,31).
II.2 Epidemiologia de las Infecciones Nosocomiales en UCI Los estudios realizados en España (32,33) de Prevalencia de INs está reflejado en la Tabla 1. En esta tabla viene reflejado la prevalencia de las INs adquiridas en UCI como las adquiridas en el Hospital y la distribución de estas infecciones. Son las infecciones respiratorias, las bacteriemias y las infecciones urinarias las más prevalentes en el orden expuesto. Desde 1994 en el Estudio Nacional de Vigilancia de Infección Nosocomial (ENVIN) del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias se cuantifica cada año, durante un periodo determinado, las infecciones adquiridas en UCI en relación al proceso asistencial y a los factores de riesgo, identificando los patógenos más frecuentes con la sensibilidad antimicrobiana, y en relación a estancias inferiores o superiores a 7 días en el caso de NAVM, asi como el uso de antibióticos. En las Tablas 2 y 3 se exponen parte de los resultados del año 2000 (34). En la Tabla 4 se describen los Microorganismos predominantes en las infecciones nosocomiales adquiridas en UCI, según la clasificación basada en los estudios de vigilancia epidemiológica en base a la patogenia anteriormente descrita (10)
III. Politica AntibióticaIII.1 Características de la política antibiótica en UCI Por ello una política antibiótica correcta debe tener en cuenta los MO predominantes según las distintas formas de presentación clínicas y un conocimiento epidemiológico de los patógenos y de la sensibilidad de los mismos en las infecciones de los pacientes en cada Unidad, por lo que herramientas de registro epidemiológico como el ENVIN-UCI es imprescindible para una calidad asistencial en las Unidades de Medicina Intensiva basada tanto en los resultados clínicos como en los costes. Casi la mitad de los pacientes de UCI reciben tratamiento antibiótico. Según los diferentes estudios epidemiológicos realizados en nuestras Unidades, el más reciente publicado ENVIN-2000, muestra que el 53% de los pacientes han recibido uno o más antibióticos durante su estancia en nuestras unidades. La indicación antimicrobiana se distribuye de mayor a menor 44% por infección nosocomial, 31% indicación profiláctica y el 21% ante infección comunitaria. El motivo principal es de forma empírica en un 77% , Tabla 5 (34). El conocimiento de los gérmenes más predominantes en nuestras Unidades relacionados con el tipo de IN hará que nuestro tratamiento empírico sea más adecuado, evitando MO multirresistentes. Queda evidente en primer lugar que la terapia antimicrobiana tiene alta prevalencia en los recursos terapeúticos de nuestras unidades, dentro de un marco empírico y principalmente por una infección nosocomial. La indicación de un antimicrobiano en una UCI debe tener en cuenta aspectos que vienen especificados en la Tabla 6 (35). Se ha demostrado que el uso de antimicrobianos tiene una gran influencia en la aparición de MO multirresistentes, tanto en los patógenos comunitarios como en los de los hospitales (36). En estudios realizados fuera de nuestro pais se ha demostrado que el 50% de los antimicrobianos son utilizados de forma inadecuada (37). En la Tabla 7 se describe las recomendaciones en relación al uso de los antimicrobianos en UCI (35).
III. 2 Política Antibiótica y Resistencia Bacteriana en UCI La resistencia es más prevalente en los patógenos nosocomiales, en unidades clínicas con más uso de antimicrobianos y en situaciones de brotes o epidemias donde los pacientes que han recibido antibióticos tienen más probabilidad de infectarse por gérmenes resistentes. Las infecciones por MO resistentes se asocian a más morbilidad, mortalidad y coste de tratamiento (38,39) . En la Tabla 8 se expone las estrategias de prevención y control de las resistencias a los antimicrobianos. Dentro de las estrategias para evitar este problema está descrito: un control estricto de los antimicrobianos, combinación de agentes y rotación de los antibióticos (40). La aparición en los últimos años de MO multirresistentes a los antibióticos conmumente utilzados ha conllevado a la búsqueda de nuevos antibióticos (Quinupristin-Dalfopristin y Linezolid) y a la recuperación de otros ya olvidados (colistina y fosfomicina). En la tabla 9 viene resumida el problema de la multirresistencia (41) Sin embargo en España en relación a Estados Unidos nuestro problema se centra en existencia de cepas de Staphylococcus Aureus y Epidermidis Metil resistente, Streptococcus pneumoniae resistente a la penicilina en relación a los Gram positivos; respecto a los Gram Negativos Acinetobacter Baumannii, Klebsiella con Espectro Ampliado de Beta-Lactamasas, Pseudomonas y Enterobacterias productoras de betalactamasa. Una serie de cicunstancias conllevaría si tiene impacto o no en la política antibiótica de la Unidad la presencia de gérmenes multirresistentes (42). La presencia de patógenos como Staphylococcus Aureus Metilcilina Resistente, Stenotrophomona maltophilia, Pseudomona Aeruginosa y Cándida Albicans no tendría impacto en la política antibiótica si se aisla en un paciente muy grave con varios factores de riesgo y de forma aislada. Si la aparición de gérmenes multirresistentes no es aislada sino en forma de brote epidémico aislándose en dos o más cultivos de la misma especie de patógenos (Acinetobacter Baumannii, Klebsiella con Espectro Ampliado de Beta-Lactamasas, Enterococo Faecium, Staphylococcus Aureus MR) los pacientes se pueden colonizar rapidamente e independientemente de la severidad de la enfermedad de base el paciente puede desarrollar una evolución tórpida. En estas circunstancias la presencia de MO multirresistentes si tiene impacto en la política antibiótica (Tabla 9). El tratamiento con cefalosporinas de tercera generación puede desarrollar cepas productoras de beta-lactamasas en el caso de Pseudomonas aeruginosas y de las Enterobacterias, fallando el tratamiento con estos antibióticos por lo que es necesario realizar restricción del uso de estos antimicrobianos.
III. 3. Descontaminación Digestiva Selectiva Se han publicado varios metaanálisis desde 1991 a 1999 sobre Descontaminación Digestiva Selectiva (DDS), el más rigurosos publicado en British Medical Journal estudia datos de 5.727 pacientes de 33 ensayos clínicos. En 16 ensayos que cumplieron el protocolo completo, con antibióticos locales y sistémico y medidas asociadas universales para evitar transmisión de patógenos exógenos, la mortalidad disminuyó así como las complicaciones infecciosas en vías respiratorias bajas. Es necesario comprobar la eficacia del tratamiento con vigilancia microbiológica que descarte contaminación con gérmenes aeróbicos Gram negativos y con Staphylococcus Aureus de la via digestiva. Esta terapia antibiótica estaría indicada como prevención de INs en pacientes gravemente enfermos con inmunodepresión, con estancias prevesibles prolongadas, con ventilación mecánica de larga duración, traumatismos o quemados severos y ante la situación de brote epidémico con MO multirresistentes (43). La Tabla 9 expone las indicaciones.
IV. La identificación de los factores de RiesgoDiferentes estudios han identificado factores de riesgo independientes, destacando el grado de severidad de la enfermedad de base especificado por escalas de gravedad ampliamente conocidas como el APACHE II/III. Una estancia prolongada, la ventilación mecánica y el uso de accesos vasculares terapéuticos. Las Unidades con más de 10 camas y escasa dotación de personal conlleva al mismo tiempo mayor riesgo de infección nosocomial. En la Tabla 10 se describen estos estudios. La presencia de varios factores de riesgo en un paciente conlleva alto riesgo de INs por lo que la vigilancia con estudios con muestras de colonización en estos pacientes es importante, La aparición de signos clínicos de infección puede conllevar una política empírica antibiótica más ajustada al perfil microbiológico obtenido con anterioridad. No obstante conociendo estos factores la primera medida sería realizar medidas de intervención que disminuyeran la estancia de los pacientes. protocolos de destete en ventilación mecánica que disminuyeran la duración de la VM, y la mayor implantación de Ventilación Mecánica No invasiva (VMNI), ya que estos factores han supuesto una menor incidencia de Neumonía Nosocomial (49)0
IV.2 Prevención de las Infecciones locales nosocomiales IV.2.1 Neumonías asociadas a Ventilación Mecánica Varios factores han sido relacionados con menor incidencia de NAVM. La elevación de la cama a 45º, la alimentación intermitente con sondas flexibles de pequeño calibre, aspiración subglótica en los pacientes intubados orotraquealmente, la menor duración de la ventilación mecánica y aspiración d de las secreciones traqueobronquiales con sistemas estériles. Los circuitos de los respiradores deben cambiarse cada 48 horas (50). Recientemente Task Force en NAVM (51) ha propuesto medidas para prevenir estas neumonías quedando resumidas en la Tabla 11.
IV.2.2 Infecciones relacionadas con catéteres La Bacteriemia relacionada con catéteres es posible que no condicione mayor mortalidad, aunque si incrementa notablemente los costes y la estancia hospitalaria. Por ello todas las medidas diseñadas para prevenirlas incidiran de forma favorable en estas dos variables. En la Tabla 12 se aprecian todas las recomendaciones según grado de evidencia que se recogen en la literatura publicadas por el CDC de EEUU (52-53).
IV.2.3 Infecciones relacionadas con sondaje uretral La infección del tracto urinario es la más común de las infecciones nosocomiales en los hospitales. Son muchos los estudios realizados sobre la importancia de la infección urinaria relacionada con el sondaje vesical (IURSV) dentro de las infecciones nosocomiales, y aunque los porcentajes varían de un estudio a otro, lo que sí es cierto es que todos los autores coinciden en que la infección urinaria es la más frecuente de las infecciones nosocomiales. En las UCI ocupa el tercer lugar debido al ascenso de las bacteriemias primarias y de las IRDIV. Con las medidas higiénico-sanitarias adecuadas se podrían evitar un 30% de las complicaciones infecciosas. Se calcula un 0.5-4% la mortalidad relacionada con bacteriemia secundaria. Otros riesgos importantes de considerar son la edad, la severidad de la patología, la duración del sondaje, la función renal, el cuidado del personal encargado de la manipulación de la sonda (enfermero, auxiliar, médico). Los gérmenes invaden el tracto urinario por vía ascendente ya sea de fuente endógena (flora intestinal/flora uretral del paciente) o exógena (microorganismos del personal sanitario). Los mecanismos de infección pueden ser endoluminales o extraluminales. En el primer caso, los gérmenes progresan por las paredes internas del sistema sonda colector. En el segundo caso, lo hacen por las paredes de la uretra y de la cara externa de la sonda. Se produce después de la primera semana del sondaje. Las bacterias llegan en pacientes sondados al aparato urinario por tres vías que son en el momento del sondaje, a través de la luz de la sonda, a través del espacio que existe entre la sonda y las paredes de la uretra. Cuando las bacterias alcanzan la vejiga se multiplican y se adhieren a la sonda urinaria formando el glicocálix que es una sustancia que les permite una fuerte adherencia, así se van formando colonias a las paredes de la sonda urinaria quedando las bacterias protegidas de la acción de los antibióticos, leucocitos y de la fuerza mecánica del flujo urinario. Con el tiempo, acaban produciendo un proceso inflamatorio de la vejiga con la posterior diseminación a vía ascendente de la infección hasta los uréteres y riñones, provocando pielonefritis, a veces con bacteriemia. Incluso en ocasiones pueden formarse cálculos o lesiones crónicas de vejiga y riñones. Recordemos que las infecciones urinarias nosocomiales son asintomáticas en el 70-90% de los casos. Los microorganismos más frecuentemente aislados en las infecciones urinarias son los Gram negativo y Enterococcus derivados de la flora intestinal (Escherichia Coli, Proteus Mirabilis, Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella). El número de microorganismos es mayor cuanto mayor es el tiempo del sondaje vesical. Los pacientes en tratamiento antibiótico tienen especial riesgo de infectarse por microorganismos multirresistentes. Entre ellos: Pseudomona aeruginosa, Serratia marcense, Providencia stuarti, Staphilococcus coagulasa negativo, Cándida albicans. Las medidas preventivas más importantes de las IRSV son el uso del sistema cerrado de drenaje, la Inserción aséptica del sondaje y criterios claros de indicación y duración del sondaje (Tabla 13)
V. Higiene del personal sanitarioVI. Precauciones Universales
|
|