En el momento actual, con un número reducido de técnicas radioactivas y, cada vez más, no radioactivas se pueden detectar diferentes enfermedades hereditarias, la predisposición a padecer ciertas enfermedades y neoplasias, la presencia de agentes infecciosos, alteraciones somáticas genéticas que intervienen en el diagnóstico, pronóstico o respuesta al tratamiento del cáncer y otras aplicaciones. Estas técnicas de biología molecular ya están siendo aplicadas en numerosos Hospitales y Departamentos Universitarios.
En los mencionados capítulos y prácticamente en todas las neoplasias malignas que han sido estudiadas con estas técnicas se ha evidenciado la presencia de una serie de alteraciones genéticas que intervienen en su desarrollo y progresión. Estas alteraciones incluyen: (1) delecciones ADN, (2) translocaciones, (3) amplificaciones, (4) inserción viral y (5) mutaciones puntuales. Estas alteraciones a nivel del ADN pueden detectarse a partir de material fijado en formol e incluido en parafina de una manera retrospectiva. Para aquellos estudios en los que requiramos estudiar la expresión de un gen a nivel de ARNm, muy probablemente necesitaremos material en congelación, ya que resulta muy complicado obtener fragmentos de ARN lo suficientemente largo para la realización de estas técnicas tras la fijación en formol.
Las mayor parte de las neoplasias malignas parece originarse a partir de una única célula transformada. Esta célula antes de dar lugar a una expansión clonal ha sufrido una serie de alteraciones genéticas. Posteriormente, durante la progresión tumoral se añadirán nuevas alteraciones genéticas que alteran la expresión de proto-oncogenes, genes supresores y otros genes que regulan linfomas foliculares. El gen Bcl2, asociado con la apoptosis, se ha relacionado con peor pronóstico y peor respuesta a la quimioterapia. Por ej. se ha demostrado su utilidad para detectar enfermedad residual oculta en el líquido cefalorraquídeo de un paciente tratado previamente con quimioterapia.
- Clonalidad en otros desórdenes hematopoyéticos para tratar de diferenciar procesos proliferativos reactivos de neoplasias. Mediante estudios de clonalidad como la inactivación de uno de los dos cromosomas X en pacientes femeninos se puede determinar la clonalidad de los siguientes procesos:
- Transformación de las Leucemias Agudas Linfoblásticas (LAL): Se han descrito diversas alteraciones genéticas en esta enfermedad. Por ej. reordenamientos en el cromosoma 11q23 se han asociado con peor pronóstico y resistencia a la quimioterapia.
- Transformación en la Leucemia Aguda mieloblástica (LAM): Hay dos tipos de LAM con bases moleculares diferentes: de novo y asociada a síndrome mielodisplásico. Ej.: La translocación 15,17 produce una proteína quimérica que une un factor de transcripción y el gen del receptor de Ac. Retinoico. Este subgrupo de LAM responde a quimioterapia con Ac. Retinoico y antraciclina. Otras alteraciones se asocian con peor pronóstico y respuesta a quimioterapia como t(8,21).