Anticoagulación
oral durante y después de angioplastia coronaria
Artículo
original: Berg JM, Hutten BA, Kelder JC, Verheugt FW, Plokker HW. Oral
Anticoagulant Therapy During and After Coronary Angioplasty: The Intensity
and Duration of Anticoagulation Are Essential to Reduce Thrombotic
Complications. Circulation 2001; 103: 2042-2047.
En dos estudios multicéntricos se ha encontrado una disminución
significativa de los episodios de reestenosis precoces tras ACTP mediante
el uso de antitrombinas directas (hirudina e hirulog), pero no sobre las
reestenosis angiográficas. Los inhibidores de la glicoproteína IIb/IIIa
tampoco tienen un efecto demostrado sobre las reestenosis angiográficas,
aunque sí sobre las clínicas (estudio EPIC).
En el estudio prospectivo BAAS
(Balloon Angioplasty and Anticoagulation Study) se empleó por primera vez
un dicumarínico antes de la realización de la ACTP (para obtener un
nivel adecuado de anticoagulación durante del procedimiento) que se
continuó durante 6 meses que es el periodo en que se producen la mayoría
de las reestenosis. En el presente artículo los mismos autores estudian
la intensidad y la duración de la anticoagulación como predictores de
las complicaciones trombóticas y hemorrágicas. Se valora además la
relación entre el nivel óptimo de anticoagulación y la estenosis
angiográfica.
Un total de 530 pacientes, el 34% de los cuales recibieron un stent,
fueron tratados con aspirina y dicumarínicos. La mitad de los pacientes
fueron aleatorizados para un seguimiento angiográfico. El INR objetivo
fue de 2.1 a 4.8 durante la angioplastia y los siguientes 6 meses. Los
complicaciones trombóticas fueron la muerte, el IAM, la
necesidad de revascularización y el ACV. Las complicaciones hemorrágicas
fueron ACV hemorrágico, hemorragia mayor extracraneal y pseudoaneurisma.
Se definió la anticoagulación óptima como un INR en el rango objetivo
durante al menos el 70% del periodo de seguimiento. Hubo un 3.2% de
episodios trombóticos precoces y un 1.3 de episodios hemorrágicos, ambos
tipos de complicaciones fueron significativamente menos frecuentes en los
pacientes cuya anticoagulación fue óptima. Finalmente, hubo un 11.6% de
episodios trombóticos tardíos. La anticoagulación óptima fue un factor
predictor independiente de trombosis tardía (riesgo relativo 0.33; 95%
CI, 0.19 a 0.57) y estuvo asociado con una luz mayor del vaso intervenido
(95% CI, 0.17 a 0.42).
Comentario:
resulta curioso un estudio
con este tipo de fármacos en estos tiempos en que los inhibidores de la
actividad plaquetaria se están imponiendo por su mayor seguridad y
comodidad de uso, entre otras cosas. Por otro lado habría que preguntarse
si no es suficiente conformarse con una disminución de las reestenosis clínicas
en vez de plantearse conseguir una mayor luz angiográfica en un vaso, lo
cual quizás no tenga traducción clínica y en cambio exponga al paciente
a un riesgo mayor o, al menos, a una incomodidad mayor.
Ramón
Díaz Alersi
©REMI, http://remi.uninet.edu . Mayo
2001.
Enlaces:
Palabras clave:Aspirina; Dicumarínicos;
Angioplastia coronaria; Stent coronario.
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