Carlo Urbani: un médico
“La salud y la dignidad son
inseparables en el ser humano; es una obligación estar en contacto con las
víctimas y garantizar sus derechos” (Carlo
Urbani)
Carlo Urbani, médico de la OMS y de Médicos sin
Fronteras fue el primero en alertar, desde Hanoi, de que estaba
apareciendo una nueva enfermedad. Un mes más tarde falleció, a los 46 años
de edad, víctima de la misma enfermedad que ayudó a descubrir y controlar.
Muchas voces están pidiendo que el síndrome respiratorio agudo grave pase
a llamarse enfermedad de Urbani.
El Doctor Carlo Urbani, experto en enfermedades
transmisibles, fue el primero en reconocer el Síndrome Respiratorio Agudo
Grave (SRAG) como una enfermedad nueva. El 28 de febrero de 2003, el
especialista en Enfermedades Infecciosas de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) destinado en Hanoi, fue requerido como consultor para valorar
un paciente con una neumonía atípica, ingresado en el Hospital Francés de
la capital vietnamita. Su perspicacia le llevó a reconocer que podría
tratarse de una nueva y grave entidad clínica e impulsó la pronta
aplicación de estrictas medidas de contención epidemiológica.
El infectólogo, voluntario por convicción, desempeñó un
notable trabajo en el ámbito de la Medicina Tropical, en programas de
cooperación internacional, colaborando con la OMS y la organización
humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) en el control de las enfermedades
de los países más desfavorecidos económicamente. Llevó a cabo programas de
control vectorial en las Islas Maldivas. Fue el primero en documentar la
transmisión de Schistosoma mansoni en Mauritania y su labor fue
decisiva en el control de Schistosoma mekongi en Camboya. Trabajó
intensamente por el acceso a los “medicamentos esenciales”. Su dedicación
desinteresada a la lucha frente a las enfermedades parasitarias en América
Latina, Asia y África, le ha valido el justo reconocimiento de la
comunidad médica internacional. En 1999 fue nombrado presidente de MSF de
Italia, año en que, en nombre de esta organización, recogió el Premio
Nobel de la Paz. En los últimos años residía en Hanoi, para el desarrollo
de los programas de Salud Pública de la OMS en las regiones de Laos,
Camboya y Vietnam.
Su precoz apreciación de que nos hallábamos ante un
nuevo síndrome fue fundamental en el inicio del programa de alerta
mundial, así como en el establecimiento precoz de medidas de control en
Hanoi y, con ello, en la reducción de la adquisición de la enfermedad por
parte del personal sanitario. Hasta su diagnóstico, llevó a cabo una
extraordinaria labor en el Hospital Francés, que había sido clausurado,
siguiendo sus indicaciones, permaneciendo únicamente los afectados de SARS
y los profesionales que los atendían. Allí continuó él también, atendiendo
a los pacientes, recogiendo y procesando muestras de los enfermos y
dedicando un gran esfuerzo a la implantación de las medidas de control
ambiental y de protección personal y a pedir a las autoridades los medios
necesarios para ponerlas en práctica.
El pasado 11 de marzo supo que él mismo había contraído
la enfermedad, a la que finalmente sucumbió, el 29 de ese mismo mes, en
Bangkok, a la edad de 46 años.
Beatriz Sánchez Artola
©REMI,
http://remi.uninet.edu. Abril 2003.
Ir a la cabecera de la página Busque en REMI con Google:
Envía tu comentario para su
publicación |