Solidaridad con las víctimas del terrorismo
H oy ha sido un día terrible en
Madrid; se ha cometido un asesinato masivo, con casi 200 muertos (muy
probablemente se acabará superando esa cifra) y más de 1.400 heridos.
Hemos sentido un gran dolor, pero hemos percibido la solidaridad de todo
el mundo. Están llegando a REMI-L muchos mensajes expresando esa solidaridad;
queremos agradecer todas las muestras de apoyo recibidas, todos los
ofrecimientos de ayuda que nos están llegando. Gracias, nos ha
reconfortado mucho sentiros cerca.
Eduardo Palencia Herrejón
Hospital Gregorio Marañón, Madrid
Existe una medicina crítica
especialmente difícil: la que se ejerce en el primer momento de
brutalidad. Las neuronas parecen contundidas por la sorpresa de tanto daño
por voluntad de un semejante. El corazón no se sobrepone a la
desproporcionada falta de medios. Los ojos no dejan de constatar dolor y
muerte. Los pies sujetan a nuestro instinto, que clama por huir de aquel
lugar. Es difícil trabajar en esas circunstancias, y desde aquí envío mis
abrazos a los compañeros que volvían con la cara demacrada.
Un beso a todos los que estuvieron allí, no se me
olvidan las anécdotas (Luis intubando a 8, a los que ventilaba con un solo
ambú, Concha administrando las dosis homeopáticas de fentanilo, Mª Angeles
a punto de ser arrollada por el talgo que no frenó, Isabel evacuada por la
policía y dejando solo al paciente recién intubado...). Os recuerdo que la
vida sigue y estáis rodeados de amigos.
Nieves de Lucas García
Samur-Protección Civil, Madrid
Como intensivista que vive en esta ciudad, por encima
del terrible dolor que hoy flota sobre nosotros en este día lluvioso, me
siento orgulloso de ser ciudadano madrileño. Lo único positivo de esta
matanza indiscriminada es ver cómo todos hemos sacado lo mejor de nosotros
mismos para ayudar y socorrer. La solidaridad, la serenidad y la
prudencia, a pesar de la justificable rabia contenida, han sido una tónica
este día.
Particularmente como médicos, aunque en nuestro centro
no tengamos muchos heridos, hemos de sentirnos orgullosos de haber podido
soportar un aluvión de emergencias como nunca imaginamos. A pesar de la
sobrecarga crónica, se ha atendido a los heridos con eficacia en las
condiciones más extremas gracias al esfuerzo de todos los profesionales
sanitarios.
Por encima de los fanáticos irracionales, siempre
prevalecerá la madurez de la ciudadanía de esta ciudad, y junto a ella el
esfuerzo y el oficio de unos profesionales a su altura. Mi enhorabuena a
todos ellos.
Vicente Gómez Tello
Clínica Moncloa, Madrid
Redacción REMI
©REMI,
http://remi.uninet.edu.
Marzo 2004.
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