El Arte de Munch,
conceptualmente, es, ante todo, introspectivo, existencialista. Su
pintura es el vehículo de su angustia y ésta a su vez es la fuente
de aquélla. No en vano recibió la impronta filosófica de Kierkegaard
y Nietzsche. Su comentario sobre la génesis de El grito es
bien elocuente: “Estaba
caminando por un camino con ambos amigos. Se puso el sol. Sentí un
ataque de melancolía. De pronto el cielo se puso rojo como la
sangre. Me detuve y me apoye en una barandilla muerto de cansancio y
mire las nubes llameantes que colgaban como sangre, como una espada
sobre el fiordo azul-negro y la ciudad. Mis amigos continuaron
caminando. Me quedé allí temblando de miedo y sentí que un grito
agudo interminable penetraba la naturaleza".
Su relación,
prematura e incesante, con la enfermedad y la muerte es patente en
su obra. Su madre y después su hermana Sophie sucumbieron a
la tuberculosis. Perdió buenos amigos de forma trágica. Su padre,
médico militar, se tornó taciturno con los años. Su hermana Laura
murió en un centro para "enfermos mentales". En
La niña enferma, tema sobre el que volverá una y otra vez,
la emoción no emana únicamente de la escena, sino también de la
técnica, pues los trazos toscos e incompletos parecen revelar unas
manos temblorosas pero a la vez incisivas, que hubieran pretendido
arañar, más que pincelar, la tela.
Otro leit motiv es
su concepción del amor como fuerza destructiva, desnudamente
revelada en obras como El vampiro y Las cenizas, donde
la identificación de la mujer con el mito de Lilith o Salomé es
clara. En sus cuadros, los amantes viven en soledad la inutilidad
del amor, cuando no se trata de una relación aún más perversa en la
más pura tradición de la “belle dame sans merci”. Munch mismo
descubre su complicada convivencia con el sexo femenino y, como si
Zaratustra en persona le estuviera susurrando al oído, anota:
"La mujer, con sus múltiples facetas, es un misterio para el hombre.
la mujer es al mismo tiempo una santa, una bruja y un infeliz ser
abandonado", pensamiento que no sorprende teniendo en
cuenta su contacto con Strindberg.
Él mismo dejó constancia
de su ánimo sombrío: "Enfermedad, muerte y locura fueron
los ángeles negros que velaron mi cuna y desde entonces me han
perseguido durante toda mi vida". Se ha
debatido mucho sobre la naturaleza del “colapso nervioso” que se le
atribuye. Se ha hablado de temperamento melancólico, de síndrome
ansioso-depresivo, de fobia social, de agorafobia, de neurosis y
hasta de esquizofrenia. Pero decir retrospectivamente es mucho decir
y aunque especuló sobre el sufrimiento de un brote psicótico, parece
que no padeció esquizofrenia. Quizá sólo tuvo un trastorno de la
personalidad, caracterizado por la introversión, así como un
excesivo consumo de alcohol. Sea como fuere, en la última etapa de
su vida pareció reconciliarse con sus espectros.
En El día después podría
verse una autoreferencia a su habituación al alcohol. Sin
embargo, la primera versión de la obra es muy temprana, de
1885-1886. Munch se encontraba en plena inmersión bohemia y, aunque
se movía en círculos "decadentes", el alcohol no era aún un
problema. El lienzo es una representación sensualista y
temprana de su conflicto con lo femenino y con la afectividad en
general. Vemos una actitud lánguida, unas ropas algo
desarregladas y, en primer plano, la bebida y dos vasos como señal
de que en la estancia hubo otra persona y la apariencia de un sueño
estuporoso inducido por el alcohol y por la extenuación. Con trazos
libres y tal ligereza de capas que da la sensación de contemplar una
acuarela, dibuja soledad y quizá abandono.
Bibliografía y enlaces:
-
Munch Museet.
-
-
Jonathan Wright Miller.
Edward Munch. The Frieze of Life. The Rolland Collection of
Films and Videos on art. Vídeo sobre la vida y obra del artista.
Formato: .ram. Idioma: inglés. Duración: 26:41 m.
-
Heller R. Munch: His life and work. Chicago: University of
Chicago Press, 1984.
-
Psicologia e psicopatologia dell'espressionismo: Edvard
Munch. Noto Campanella, P.
Milán: Librería Cortina, 1989.
-
Howe J, ed. Edvard Munch. Psyche, symbol and expresión. McMullen
Museum of Art, Boston College. Chicago: University of Chicago
Press, 2001.
-
Tøjner PE. Munch in his own words. Munich: Prestel Verlag, 2003.
Beatriz Sánchez Artola
©REMI, http://remi.uninet.edu.
Junio 2003.
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