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Capítulo 2. 2. Fallo respiratorio agudo
1. INTRODUCCIÓN |
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Aunque el sistema respiratorio realiza diversas funciones (regulación del pH y temperatura, metabolismo de diversas sustancias, etc) su función principal es la respiración, definida como todos aquellos procesos involucrados en el intercambio de gases entre el medio ambiente y el organismo. El término fallo respiratorio implica la imposibilidad de mantener una captación normal de oxígeno (O2) por los tejidos o una eliminación del anhídrido carbónico (CO2) por los mismos. Hay tres procesos involucrados, y el fallo de alguno de éstos puede conducir al fallo respiratorio: la transferencia de oxígeno a través de la pared alveolar, el transporte hacia los tejidos (influido por el gasto cardíaco), y la eliminación del CO2 de la sangre a la luz alveolar, y de ahí al medio ambiente. El fallo respiratorio es diagnosticado por la gasometría arterial. Debido a que los niveles normales de presión arterial de oxígeno (PaO2) y presión arterial de anhídrido carbónico (PaCO2) dependen de la altitud de donde se viva, de la edad y de ciertos procesos metabólicos, las cifras que conllevan el fallo respiratorio son obviamente arbitrarios. El valor promedio normal de PaO2 en el adulto a nivel del mar es de 95 mmHg, con límites comprendidos entre 80-100 mmHg. La PaO2 teórica se puede calcular mediante la siguiente ecuación (1): PaO2 = 104 - (0.27 x años), con el sujeto sentado. PaO2 = 103.5 - (0.42 x años), en supino. Los valores de PaCO2 oscilan entre 35-45 mmHg. El término de hipoxemia se aplica a valores de PaO2 menores de los normales (menor de 80 mmHg). La hipocapnia viene definida por valores de PaCO2 menores de 35 mmHg, y la hipercapnia por valores superiores a 45 mmHg. Una PaO2 de menos de 60 mmHg o una PaCO2 mayor de 45-50 mmHg indican, por lo general, un serio compromiso respiratorio, hablando, en estas condiciones, de insuficiencia respiratoria. Si sólo se objetiva un descenso de la PaO2, con PaCO2 en límites normales, estaremos ante una insuficiencia respiratoria parcial, y si a la PaO2 alterada se le añade un incremento de la PaCO2 ante una insuficiencia respiratoria global. Según su instauración el fallo respiratorio podrá ser agudo o crónico, y encontrarse compensado o no. En la insuficiencia respiratoria aguda parcial, no compensada, tendremos hipoxemia con PaCO2 normal o disminuida secundaria a la hiperventilación. Podrá existir alcalosis por incremento del pH, con cifras de ión bicarbonato (HCO3-) normales. En la insuficiencia aguda global, no compensada, habrá hipoxemia e hipercapnia, el pH estará descendido (acidosis), y las cifras de HCO3- normales o ligeramente descendidas. En las situaciones de cronicidad podrán existir mecanismos de compensación, principalmente renales, con eliminación de HCO3- (con incremento del pH), o de reabsorción renal de HCO3- (disminución del pH) que normalizarán el pH sanguíneo. Sin embargo, estas alteraciones en el equilibrio ácido-base pueden obedecer a trastornos mixtos (respiratorios y metabólicos). El análisis de los gases sanguíneos ayudará a diferenciar entre las diversas condiciones (2). El término hipoxia se refiere al estado de los tejidos u órganos cuando el aporte de O2 es inadecuado. Implica que las necesidades de O2 de las zonas afectadas no están cubiertas, bien por disminución del aporte, bien por aumento de las necesidades (como ocurre en los estados hipermetabólicos), o cuando la utilización de O2 está perturbada, como es el caso de la intoxicación por cianuro. Es necesario conocer los diferentes mecanismos de un anormal intercambio gaseoso, pues el tratamiento puede variar según las circunstancias. Así, no es lo mismo el tratamiento del fallo respiratorio debido a una reagudización de una severa broncopatía crónica obstructiva con hipoxemia crónica, que los que se aplican a los pacientes con fallo respiratorio agudo con ligera o inexistente enfermedad pulmonar previa. |
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