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El equilibrio ácido-base requiere la integración de tres
sistemas orgánicos, el hígado, los pulmones y el riñón.
En resumen, el hígado metaboliza las proteínas produciendo
iones hidrógeno ( H+ ), el pulmón elimina el dióxido
de carbono ( CO2 ), y el riñón generando nuevo
bicarbonato ( H2CO3 ).
De acuerdo con el concepto de Brönsted-Lowry, un ácido
es una sustancia capaz de donar un H+;y una base una sustencia capaz de
aceptarlo (1).
Por tanto, la acidez de una solución depende de su concentración
de hidrogeniones [H+]. En el plasma normal la concentración de [H+]
es de 40 nmol/l. Para no utilizar estas unidades tan pequeñas, Sorensen
propuso el concepto de pH, que es el logaritmo negativo de la concentración
de [H+] expresada en mol/l. Por tanto la acidez se mide como pH.
El pH del plasma normal es -log 0.00000004 = 7.3979 (aprox. 7.40).
El pH plasmático se refiere habitualmente a la relación entre
las concentraciones de bicarbonato/ácido carbónico.
El CO2, en presencia de anhidrasa carbónica (AC),
se hidrata de la siguiente forma:
CO2 + H2O <------>
CO3H2 <---------->
H+ + HCO3-
En el plasma donde no existe anhidrasa carbónica, casi todo
el ácido carbónico está disociado en CO2
y H2O, y la concentración del ácido carbónico
es muy escasa ( 0.003 mmol/l). Sin embargo esta pequeña cantidad
está disociado en CO3H- y H+, lo
cual explica el porqué aumenta la acidez cuando aumenta el CO2
en el plasma.
La concentración normal de bicarbonato en el plasma es 24 mmol/l.
Si aplicamos la fórmula de Henderson - Hasselbach al sistema
bicarbonato/ácido carbónico:
HCO3-
pH = pK + log ------------
H2CO3
el pK a 37ºC tiene un valor de 3.5, luego:
pH = 3.5 + log (24/0.003) = 3.5 + log 8000 = 3.5 + 3.9 = 7.4 que es
el pH normal del plasma arterial. Como la concentración de
H2CO3 es tan pequeña y es dificil de medir,
habitualmente se recurtre a incluir en la fórmula el CO2,
aprovechando que su concentración es proporcional a la de H2CO3.
Por lo tanto la ecuación sería:
HCO3- (mmol/l)
pH = pK + log ------------------------------------
CO2 disuelto(mmol/l) + H2CO3
La concentración real de ácido carbónico en el
plasma es tan pequeña que la podemos ignorar. La concentración
de CO2 disuelto en el plasma es proporcional a su presión
parcial por la constante de solubilidad del CO2 en el agua,
que a 37ºC tiene un valor de 0.03, expresándola en mmHg; por
tanto:
HCO3-
pH = pK + log ------------------------
pCO2 x 0.03
Dado que el valor del pK del sistema bicarbonato/ CO2 a 37ºC es
de 6.1, el bicarbonato normal del plasma arterial es de 24 mmol/l, y la
pCO2 arterial normal es de 40 mmHg, el pH de la sangre arterial normal
será:
pH = 6.1 + log (24/1.2) = 6.1 + 1.3 = 7.4
En condiciones normales las concentraciones de bicarbonato y el CO2
disuelto están en proporción 20/1, y siempre que esta proporción
se mantenga el pH será 7.4.
Si se quiere expresar la acidez de los líquidos corporales en
términos de [H+], en nmol/l ó nEq/l, a partir del bicarbonato
y la pCO2, se emplea la siguiente fórmula:
pCO2 (mmHg)
24 x 40
[H+] ( nmol/l ó nEq/l ) = 24 ------------------
= ------------- = 40
HCO3- (mEq/l)
24
La relación entre el pH y [H+] es la siguiente:
pH 6.7 6.8
6.9 7.0 7.1 7.2
7.3 7.4 7.5 7.6
7.7 7.8
[H+] 200 160 125 100
80 63 50
40 32 26
20 16
El medio interno ha de mantener un pH dentro de unos límites
fisiológicos de 7.35 y 7.45. En el organismo existe una producción
continua de ácidos: 1) 50 - 100 mEq/día de “ácidos
fijos”, procedentes básicamente del metabolismo de los aminoácidos
que contienen sulfuro (metionina, cysteina) y aminoácidos catiónicos
(lisina y arginina). Aunque los hidratos de carbono y las grasas son normalmente
metabolizadas a productos finales neutros, en circunstancias anormales
(como puede ser la hipoxia, donde la glucosa se metaboliza a H+ y lactato
o en el déficit de insulina donde los triglicéridos se metabolizan
a H+ y beta - hidroxibutirato) pueden servir como carga de ácidos;
2) 10000 - 20000 mEq/día de “ácido volátil” en forma
de CO2. Estos ácidos han de ser eliminados del organismo,
pero los procesos de eliminación de los “ácidos fijos” son
lentos; sin embargo el organismo dispone de medios para defenderse de forma
rápida de la acidez que actúan coordinadamente. La primera
línea de defensa: los buffers; la segunda línea: la regulación
respiratoria; y la tercera línea: la regulación renal. (1,
2)
Un BUFFER es un sistema formado por un ácido débil y una
sal fuerte de dicho ácido, que funciona como base. En los líquidos
corporales, tanto extra como intracelulares, existen buffers cuya misión
es amortiguar, es decir, disminuir los cambios de acidez de una solución
cuando a ésta se le añade un ácido o un álcali
y conseguir, por lo tanto, que el pH de la solución cambie
lo menos posible; su efecto es prácticamente inmediato. Lo ideal
es que un buffer tenga la misma cantidad de sus dos componentes (ácido
y base), para amortiguar tanto un ácido como una base.
Los buffers del compartimento extracelular son los siguientes:
a) Bicarbonato/CO2, en el plasma y líquido
intersticial.
b) Hemoglobina, en los hematies.
c) Proteínas plasmáticas.
d) Fosfato disódico/fosfato monosódico, en plasma,
hematies y líquido intersticial.
En condiciones normales, el sistema bicarbonato/CO2 representa
el 75% de la capacidad buffer total de la sangre, siendo un buffer excelente,
a pesar de estar en relación 20/1, ya que su componente ácido
(CO2) es gaseoso y además muy difusible, lo que permite
una modificación muy rápida de sus niveles mediante la respiración.
Los buffers del compartimento intracelular son cuantitativamente
más importantes, pero no bien conocidos. Aparte del sistema de la
hemoglobina, los más importantes son el del fosfato disódico/fosfato
monosódico y el de las proteinas intracelulares (imidazol). Los
H+ penetran en las cálulas intercambiándose por Na+, K+ y
lactato, y son neutralizados por ellos; este proceso tarda de 2 a 4 horas.
La segunda línea de defensa actúa amortiguando
la acidez o alcalinidad a base de eliminar o retener CO2,
lo que disminuye o aumenta el ácido carbónico, y en consecuencia
la [H+].
En condiciones normales todos los ácidos volátiles producidos
han de ser eliminados por el pulmón en su práctica totalidad.
El CO2 es un gas soluble en los líquidos corporales
y muy difusible, unas 20 veces más que el O2, y tiende
a moverse muy rápidamente de donde hay más a donde hay menos:
tendencia “de escape” del CO2.
El CO2 tisular, procedente del metabolismo, se mueve hacia
el plasma, donde tiene las siguientes posibilidades:
a) disolverse físicamente, de acuerdo con la pCO2
b) hidratarse a bicarbonato, en una mínima cantidad, porque
en el plasma no hay apenas anhidrasa carbónica
c) en su mayor parte, pasar al hematie, una vez dentro del mismo,
una parte se disuelve, otra se hidrata a bicarbonato, ya que en el hematie
hay abundante anhidrasa carbónica, y otra parte se une a la Hb formando
compuestos carbamino. El CO3H2 formado se disocia
en CO3H- y H+; la unión del CO2 a la Hb libera
también un H+. Estos H+ han de ser neutralizados para evitar el
descenso de pH.
Tanto los fosfatos intraeritrocíticos como sobre todo la hemoglobina
pueden aceptar la mayor parte de estos H+. La Hb, al pH normal de la sangre,
tiene predominio de cargas negativas, y por lo tanto se comporta como una
base y puede aceptar H+ en los grupos imidazol de la histidina; el carácter
básico de la Hb aumenta cuando se desoxigena, y por lo tanto acepta
más H+ al mismo pH; la desoxigenación de la Hb ocurre precisamente
en los tejidos, donde debe recoger el CO2 y por tanto aceptar
H+ (efecto Bohr). Este efecto es recíproco: a medida que aumenta
la concentración de H+ dentro del hematíe, la Hb suelta más
facilmente su oxígeno. Por otra parte, la Hb desoxigenada acepta
CO2 en sus grupos NH2 formando compuestos carbamino
(efecto Haldane ); esta unión libera un H+, que es aceptado por
los grupos imidazol. Este efecto es también recíproco, cuando
aumenta la pCO2 dentro del hematíe la Hb suelta también
más facilmente el O2.
Cuando la Hb se desoxigena, cada gramo puede aceptar 0.043 mmol de
H+, y por cada mmol de Hb que se desoxigena se cede a los tejidos 1 mmol
de O2. Como el cociente respiratorio normal es de 0.8, se genera
metabólicamente 0.8 mmol de CO2, que al hidratarse dentro
del hematíe mediante la anhidrasa carbónica, producen 0.8
mmol de CO3H- y 0.8 mmol de H+; como se ha comentado, cuando
1 mmol de Hb (16.1 g) se desoxigena, puede aceptar 0.053 x 16.1 = 0.7 mmol
de H+ sin que cambie el pH. Es decir que 0.7 mmol de los H+ producidos
al hidratarse el CO2 dentro del hematíe pueden ser aceptados por
la Hb desoxigenada y solo 0.1 mmol de H+ por cada mmol de Hb (alrededor
de 4 mmol/l ) deben ser amortiguados por los otros buffers. Por esta razón,
la sangre venosa es solo ligeramente más ácida (0.04 U pH
en condiciones normales) que la arterial.
La producción contínua de bicarbonato dentro del hematíe
hace que su concentración aumente progresivamente; al alcanzar
cierto nivel sale al plasma, intercambiándose por el Cl- y agua
(efecto Hamburger), por lo tanto parte del CO2 se transporta
en la sangre venosa en forma de bicarbonato plasmático, por esta
razón el bicarbonato de la sangre venosa es ligeramente más
alto (alrededor de 1 mEq/l) que el de la sangre arterial.
En el pulmón aumenta la PCO2 del eritrocito, difunde
CO2 hacia el plasma, aumentando la pCO2 , debido
a su gran capacidad de difusión, el CO2 atraviesa
la membrana alvéolo - capilar y se elimina con el aire espirado.
La ventilación alveolar está exáctamente regulada
para que la pCO2 alveolar y en consecuencia la arterial, para
que se mantenga en unos 40 mmHg; si la pCO2 arterial aumenta
de esta cifra aumenta la ventilación alveolar y por lo tanto
la eliminación de CO2, y al contrario.
Cuendo la producción de CO2 aumenta, aumenta en consecuencia
la ventilación alveolar si el pulmón puede responder adecuadamente,
con lo que no se desarrolla hipercapnia ni acidosis respiratoria. Si el
pulmón no responde, o si disminuye la ventilación alveolar
por otras causas con una producción normal de CO2, el
CO2 se va acumulando, y cuando se saturan los mecanismos buffer,
aumenta la pCO2 y el ácido carbónico produciendose
la acidosis respiratoria (2).
La tercera línea, la regulación renal:
Normalmente se producen H+ entre 50 y 100 mEq/día, aunque en
condiciones patológicas pueden producirse hasta 500 mEq/día,
que se neutralizan con los buffers extra e intracelulares, pero han de
ser eliminados por el riñón, ya que el pulmón no excreta
H+ (3).
El riñón contribuye al balance ácido-base
regulando la excreción de H+ en tanto que la concentración
de CO3H- permanezca dentro de límites apropiados. Esto
involucra dos pasos básicos:
A) La reabsorción tubular del bicarbonato filtrado en el glomérulo:
Todo el bicarbonato plasmático (4.500 - 5.000 mEq/día)
se filtra en el glomérulo. Si el pH de la orina es < 6.2, no
hay nada de bicarbonato en la orina, lo que indica que se ha reabsorbido
todo en el túbulo. Cuando el pH urinario es > 6.2 aparece el bicarbonato
en la orina. La reabsorción tubular de bicarbonato aproximadamente
el 90% se realiza en el túbulo proximal, en los primeros milimetros
de este segmento. Parece estar mediada por el incremento en el número
de cotransportadores Na+/ H+ (4), el restante
10% restante se reabsorbe en segmentos más distales, en los túbulos
colectores medulares más externos.
La reabsorción de bicarbonato por el túbulo depende de
varios factores:
1. De la cantidad de bicarbonato presente en el túbulo
que es practicamente lineal hasta un nivel de 24-25 mEq/l, si es inferior
a este nivel el bicarbonato plasmático todo se reabsorbe en el túbulo.
A partir de dicho nivel, el que se reabsorba más o menos depende
de los siguientes factores.
2. Nivel de pCO2, si aumenta en el plasma, y en consecuencia
en la célula tubular, aumenta la concentración de H+ aumentando
su eliminación por los mecanismos que se describirán posteriormente
y en consecuencia se reabsorbe más bicarbonato; y si disminuye,
se reabsorbe menos.
3. Grado de repleción del volumen extracelular, su expansión
disminuye la reabsorción proximal de bicarbonato y su contracción
aumenta la reabsorción de bicarbonato.
4. Nivel de mineralcorticoides ( y en menor medida de glucocorticoides);
si está aumentado, aumenta la reabsorción de bicarbonato;
y si está disminuido, disminuye.
5. Nivel de K+ plasmático, si eatá bajo, aumenta
ligeramente la reabsorción de bicarbonato problamente por estímulo
de la producción de renina - aldosterona. La hipopotasemia genera
“per se” alcalosis metabólica.
B) La regeneración del bicarbonato gastado en la neutralización
del ácido fijo, mediante la eliminación de H+:
1. Se alcanza mediante la secreción de H+, con dos mecanismos
diferentes, en el túbulo proximal cotransporte Na-H+, y en los tubulos
colectores por un mecanismo de transporte activo primario, con un transportador
especifico denominado adenosintrifosfatasa transportadora de iones hidrógeno
(H+-ATPasa), manteniendo la electroneutralidad por la secreción
concurrente de Cl- (5)(Gráfico
1 ). Este último mecanismo puede aumentar la concentración
de de hidrógeno en la luz tubular hasta 900 veces, que puede disminuir
el pH del líquido tubular hasta 4.5, que es límite inferior
de pH que se mide en la orina, en contraste con el incremento de tres a
cuatro veces que puede ser obtenido en los túbulos proximales.
En condiciones normales, la velocidad de secreción de
hidrogeniones es del orden de 3.5 mmol/min y la velocidad de filtración
de bicarbonato es de 3.46 mmol/min, es decir la cantidad de ambos iones
es practicamente la misma, neutralizandose en la luz tubular. Por tanto
la excreción directa de H+ libres, es mínima de 0.1 mEq/día
como máximo.
2. Así pues, para eliminar el exceso de hidrogeniones
por la orina, se debe combinar este ión hidrógeno con tampones
intratubulares:
I. Como “acidez titulable” (Gráfica
2):
a) en forma de fosfato: HPO4= + H+ = H2PO4-; este sistema
tiene un pK de 6.8, y por tanto es activo entre 7.3 y 6.3 de pH.
b) en forma de creatinina: es cuantitativamente poco importante,
su interés es por tener un pK de 4.8, y poder actuar en los rangos
bajos del pH urinario(6).
II. Como amonio: El túbulo renal sintetiza amoniaco
a partir de la glutamina a partir de una de las siguientes vías:
(7, 8)
glutamina: 3CO2 + 2NH4+ + 2HCO3
- ;
glutamina: ½ glucosa + 2NH4+ +
2HCO3 -
Una vez formado, el bicarbonato vuelve a la circulación
sistémica a través de la vena renal (Gráfica
3). Si el amonio no se excreta a la orina y retorna a la circulación
sistémica, se metaboliza en el hígado donde se metaboliza
a urea consumiendo bicarbonato. Por tanto, dos mecanismos regulan la producción
de bicarbonato renal de la amoniogenesis renal: 1) el balance de distribución
del amonio entre la circulación sistémica y la orina; y 2)
la velocidad de producción de amonio renal. La producción
de amonio puede estar influida por factores al margen del estado ácido-base,
como son la masa renal reducida, cambios en el volumen circulante, alteraciones
en el potasio y calcio (1).
El amoniaco es un gas, que difunde con facilidad hacia la luz del túbulo,
dónde se combina con los H+ procedentes del H2CO3,
que se han intercambiado previamente por Na+, formando amonio: NH3
+ H+ = NH4+, que es un catión, muy poco difusible a través
de la membrana de la célula tubular (no existe transporte activo
de amonio), por lo que queda “atrapado” en la luz tubular, eliminándose
con la orina. De esta forma se eliminan normalmente 20 a 40 mEq/día
de H+, pudiendo incrementarse hasta 250 mEq/día ó más
en las acidosis metabólicas severas (8).
Este mecanismo es fundamental en los niños pequeños, en los
que el mecanismo de acidez titulable está poco desarrollado.
Mediante estos mecanismos, por cada H+ que se elimina por la orina,
se retiene, y se reabsorbe, un bicarbonato. En la acidosis se excretan
H+ por el riñón, tanto los procedentes de ácidos fijos
como del ácido carbónico, es decir, tanto de la acidosis
metabólica como respiratoria. En el caso de que el bicarbonato se
hubiera gastado previamente en la neutralización del ácido
fijo, esto supone regenerar el bicarbonato gastado; en el caso de la eliminación
de H+ procedente del ácido carbónico, la reabsorción
secundaria de bicarbonato supone elevar el bicarbonato plasmático
por encima de sus niveles normales, que es lo que ocurre en la compensación
metabólica de la acidosis respiratoria crónica. En la alcalosis
, tanto metabólica como respiratoria, se retienen H+al mismo tiempo
que se excreta el bicarbonato, que desciende en el plasma.
La cantidad neta de H+ excretados en orina es igual a la
cantidad de H+ excretados como acidez titulable y NH4+
menos cualquier H+ añadido por la pérdida de CO3H-
urinario.
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