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Acidemia se define como una disminución en el pH sanguineo (o
un incremento en la concentración de H+) y alcalemia como una elevación
en el pH sanguineo (o una reducción en la concentración de
H+ ). Acidosis y alcalosis se refieren a todas las situaciones que tienden
a dismiuir o aumentar el pH, respectivamente. Estos cambios en el pH pueden
ser inducidos en las concentraciones plasmáticas de la pCO2
o del bicarbonato. Las alteraciones primarias de la pCO2 se
denominan acidosis respiratoria (pCO2 alta) y alcalosis respiratoria
(pCO2 baja). Cuando lo primario son los cambios en la concentración
de CO3H- se denominan acidosis metabólica (CO3H-
bajo) y alcalosis metabólica (CO3H- alto). Con sus respectivas
respuestas metabólicas y respiratorias que intentan mantener normal
el pH. La compensación metabólica de los trastornos respiratorios
tarda de 6 a 12 horas en empezar, y no es máxima hasta días
o semanas después, y la compensación respiratoria de los
trastornos metabólicos es más rápida, aunque no es
máxima hasta 12-24 horas. Las caracteristicas de las alteraciones
ácido-base y sus respuestas compensadoras se describen en la Tabla
1.
En este capítulo nos vamos a centrar en las alteraciones metabólicas.
2.1. ACIDOSIS METABOLICA:
Se debe al aumento de la [ H+ ] bien por aumento exógeno o endógeno
de ácido, por disminución de la excreción de H+, por
pérdidas anormales de bicarbonato o bien por una mezcla de los factores
anteriores.
Las acidosis respiratorias se dividen según la presencia o ausencia
del anion gap aumentado.
Anión gap = [ Na+] - ( [Cl-] + [CO3H-] )
El anión gap es la diferencia entre los aniones plasmáticos
que habitualmente no se miden (proteínas, sulfatos, fosfatos y ácidos
orgánicos como lactato y piruvato) y cationes plasmáticos
que habitualmente no se miden (K+, Ca2+, Mg2+). El
anion gap normal es entre 8 - 12 mEq/l (9)
El incremento del anion gap puede producirse por el aumento de
los aniones no medidos (administración de soluciones que contengan
albúmina, administración de carbenicilina, sulfatos, fosfatos)
o bien por un descenso de los cationes no medidos (magnesio, calcio, potasio).
El anion gap bajo puede encontrarse en situaciones con disminución
de los aniones no medidos (hipoalbuminemia reduce 2.5 mEq/l el anion gap
por cada 1g/dl de disminución de la albúmina (10)),
o aumento de los cationes no medidos (hiperpotasemia, hipercalcemia,
hipermagnesemia, , intoxicación por litio, mieloma múltiple,
artritis reumatoide). Un anion gap excesivamente bajo puede reflejar artefactos
del laboratorio (hipernatremia, intoxicación por bromo o fármacos
que contengan bromo como la piridostigmina, y la hiperlipemia marcada).
En estas situaciones el paciente puede no tener el anion gap alto en situaciones
que habitualmente lo producen (11).
2.1.1. Acidosis metabólicas con anion
gap elevado.
La etiología se describe la siguiente
tabla 2.
Patofisiología
Insuficiencia renal: El anión gap elevado en pacientes con insuficiencia
renal es un hallazgo tardio y refleja una reducción importante en
la velocidad del filtrado glomerular. Si la función glomerular y
tubular declinan en paralelo se produce una acidosis metabólica
con anión gap elevado, sin embargo si es más predominante
la disfunción tubular ocurre una acidosis metabólica sin
anión gap elevado (12). Cuando la velocidad
de filtrado glomerular cae por debajo de 20 a 30 ml/min, las sustancias
anionicas que normalmente son filtradas (incluyendo sulfatos y fosfatos)
son retenidas (13). Por tanto la capacidad
de los túbulos para secretar hidrogeniones no se relaciona necesariamente
con la retención de aniones no medidos.
Aunque el anión gap puede ser normal o estar aumentado, generalmente
es raro que esté por encima de 23 mEq/l y el bicarbonato por encima
de 12 mEq/l en pacientes con insuficiencia renal no complicada. Es necesario
buscar un segundo desorden del equilibrio ácido-base cuando la concentración
de anión gap es más alto o de bicarbonato más
bajo de las cifras indicadas.
Acidosis láctica: Es la causa más común
de acidosis de los pacientes en UCI. La mayoría de los autores la
definen como acidosis metabólica con un nivel de ácido láctico
por encima de 5 mmol/l. Dividiéndolas en dos tipos hipóxica
(tipo A) y no hipóxica (tipo B) (Tabla
3). El lactato es un producto normal de la glicolisis anaerobia (14,
15, 16).
La acidosis D-láctico, generalmente implica una producción
exógena e introducción en el paciente, puesto que los humanos
no podemos producir la isoforma D-láctico. Se han descrito en síndromes
de intestino corto por sobrecrecimiento de bacteriano, y también
en los líquidos de hemodiálisis y diálisis peritoneal,
así como el Ringer lactato contiene esta forma racémica.
D-lactato es neurotóxico y cardiotóxico (17).
Cetoacidosis: Ocurre por sobreproducción hepática
de acido-acético y beta-hidroxibutírico debido a la disminución
en la utilización de glucosa por una deficiencia absoluta o relativa
de insulina (18). También puede darse
en los alcohólicos desnutridos que no han bebido en los últimos
días con vómitos, en donde la alcoholemia es nula o muy baja,
así como glucemia normal o baja, en dónde el acúmulo
de cuerpos cetónicos se debe a la liberación de ácidos
grasos libres desde el tejido adiposo por una lipolisis activa como consecuencia
de la disminución de los niveles de insulina con aumento del cortisol
y de la hormona del crecimiento (19). Puede
existir acidosis láctica concomitante.
Rabdomiolisis: La destrucción muescular masiva es una
causa importante de acidosis metabólica con anion gap elevado. Puede
confirmarse por la elevación sérica de creatinfosfokinasa
(CPK), aldolasa y mioglobina. Las causas de la rabdomiolisis puede ser
por lesión muscular directa, por circunstancias no traumáticas
asociadas con un aumento del consumo de oxígeno muscular (ejercicio
severo, delirium tremens, convulsiones, golpe de calor, hipertermia,
sindrome neuroléptico maligno), disminución de la producción
de energia muscular (hipopotasemia, hipofosfatemia, hipotermia, cetoacidosis
diabética, deficits encimáticos genéticos), disminución
de la oxigenación muscular (trombosis o embolismo arterial, oclusión
vascular por compresión, shock, intoxicación por CO), infecciones,
toxinas , alcoholismo y drogas de abuso. La complicación más
frecuente de la rabdomiolisis es el desarrollo de fracaso renal agudo,
por efecto tóxico directo de la mioglobinuria, potenciado
por la deshidratación y la acidosis, junto con un aumento de las
resistencias vasculares renales y la reducción del flujo sanguineo
cortical, ambos factores debidos a la reducción del volumen sanguineo
circulante, y contribuyen a la reducción de la velocidad de
filtrado glomerular y al desarrollo de fracaso renal agudo (20).
Ingesta de salicilatos: la alteración del equilibrio ácido-base
más frecuentemente alterada es la alcalosis metabólica por
estímulo directo del centro respiratorio medular. La acidosis metabólica
pura es rara, lo más frecuente es una mezcla de alcalosis respiratoria
con acidosis metabólica con anion gap elevado (por acúmulo
de acido salicílico, lactato y cetoácidos) (21,
22).
Ingesta de metanol y etilenglicol: Requieren un diagnóstico
precoz puesto que la hemodialisis puede ser vital. La historia clínica,
los hallazgos clínicos y la existencia de una acidosis metabólica
con anion gap aumentado junto con gap osmolar elevado nos deben hacer
sospechar el diagnóstico.
El gao osmolar es la diferencia entre la Presión osmótica
medida por el laboratorio y la calculada usando la siguiente fórmula
(23):
glucosa BUN
P osmótica calculada (mOsm/kg) = 2 x Na + -------- + ---------
18
3
Normalmente, la P osmótica medida es < 10 mOsm/kg mayor
que la P osmótica calculada. Cuando el gap osmolar es mayor a esta
cifra indica la presencia de alguna sustancia osmóticamente activa
no habitual en el plasma, como el etanol, cetonas, lactato, manitol, etilenglicol,
metanol.
En un paciente con acidosis metabólica con anion gap y osmolar
elevados, en el que no se identifica ni etanol, ni lactato ni cetonas,
deberemos sospechar intoxicación por etilenglicol o metanol
(24).
Ingesta de paraldehido y tolueno son muy raras.
2.1.2. Acidosis metabólicas con anion
gap normal (Hiperclorémicas)
Las causas se enumeran en la tabla
4. El descenso de bicarbonato plasmático es reemplazado por
un aumento del nivel de cloro plasmático para mantener la electroneutralidad.
Patofisiología
A. Administración de ácidos y cloro: Las soluciones
de aminoácidos son una fuente común de ácido clorhídrico
(ClH). La generación de acidosis metabólica es más
frecuente en pacientes con insuficiencia renal.
La administracición oral de colestiramina, que es una resisna
de intercambio iónico no absorbible empleada en el manejo de la
hipercolesterolemia, e intercambia su cloro por el bicarbonato endógeno,
produciendo acidosis metabólica.
B. Pérdidas de bicarbonato:
B.1: Pérdidas de bicarbonato gastrointestinales: El contenido
intestinal es alcalino con respecto a la sangre, puesto que el bicarbonato
se añade por las secreciones pancreáticas y biliares y el
bicarbonato se intercambia por cloro a nivel del íleon y colon.
La acidosis metabólica más frecuente por pérdidas
gastrointestinales de bicarbonato es la producida por una diarrea severa,
menos frecuentes son las producidas por las fístulas pancreaticas,
biliares (25). En la ureterosigmoidostomia
se excreta ClNH4 por la orina hacia el colon, con el intercambio
de ClH por bicarbonato.
B.2: Pérdidas de bicarbonato renales:
Nos puede resultar útil calcular el ANION GAP URINARIO (26)
( GAP U = (Na + K) - Cl, es una medida indirecta del NH4+
urinario, cation no medido. En los sujetos normales el GAP U es cercano
a 0. En las acidosis metabólicas de causa extrarrenal , se incrementa
la acidificación renal con valores muy negativos y si la causa es
renal tiene valores muy positivos.
Acidosis tubular proximal (tipo 2): Se debe a una alteración
de la reabsorción de bicarbonato en el túbulo proximal, cayendo
el umbral plasmático de reabsorción del bicarbonato a 18
mEq/l, con pérdida de bicarbonato por orina, como consecuencia el
pH urinario se eleva (pH > 5.3), así como la excreción
fraccional de bicarbonato. Una vez que se estabiliza la concentración
plasmática de bicarbonato a un nivel más bajo, la pérdida
de bicarbonato cesa y el pH urinario puede acidificarse (pH < 5.3).
Esto explica que en las acidosis tubulares proximales el pH urinario puede
ser alto o bajo. La bicarbonaturia asociada con el tratamiento con alcalinos
aumenta la oferta de Na+ a nivel del tubulo distal, por lo que aumenta
la excreción de K+ urinaria y se produce una hipopotasemia (27,
28).
La disfunción tubular proximal puede manifestarse por hipopotasemia,
aminoaciduria, glocosuria, fosfaturia, uricosuria o bicarbonaturia, en
conjunto de estos defectos constituye el síndrome de Fanconi (27)
.
Cetoacidosis: en la fase de recuperación se pierden
cetoácidos en orina que normalmente se metabolizan en el hígado
a bicarbonato. El bicarbonato disminuye a nivel plasmático,
el Cl- se retiene, produciendo una acidosis metabólica hiperclorémica
con anión gap normal, situación clínica sin trascendencia
clínica pero de interés para disminuir el aporte excesivo
de cloro.
Alcalosis respiratoria crónica: con descenso en
la reabsorción de bicarbonato urinario, y descenso del bicarbonato
plasmático, como mecanismo compensatorio. Si el estímulo
para la hiperventilación es corregido bruscamente, la pCO2
vuelve rápidamente a su nivel normal, y sin embargo su mecanismo
compensador renal persiste durante dos días o más, con la
disminución del bicarbonato plasmático, con acidosis metabólica
posthipocápnica que se resuelve espontáneamente.
C. Alteración de la excreción renal de ácidos:
Acidosis tubular distal tipo 1 (hipopotasémica):
La secreción distal de H+ está disminuida por cuatro mecanismos
involucrados en su patogénesis: 1) por un defecto o ausencia parcial
de la bomba de H+ (defecto secretorio); 2) por un gradiente eléctrico
desfavorable para la secreción de H+ (defecto de voltaje); 3) alteración
en la permeabilidad a los H+; 3) insuficiente aporte de NH3
a la nefrona distal (defecto de NH3). El resultado es una insuficiente
acidificación de la orina en el túbulo distal, con disminución
de la acidez titulable y de la eliminación de ClNH4 (pH
urinario > 5.5, generalmente mayor a 6), siendo el pH urinario y
la excreción fracional de Na constantes tanto ante la sobrecarga
de bicarbonato como ante la sobrecarga ácida. Generalmente suele
haber hipopotasemia, ya que en la nefrona distal suele intercambiarse Na-K,
necesario para mantener el balance del Na puesto que H+ no puede secretarse
en respuesta a la reabsorción del Na+. Es frecuente la asociación
con hipercalciuria, hiperfosfaturia, hipocitraturia, nefrolitiasis y nefrocalcinosis
(1, 27, 28,
29).
Acidosis tubular renal distal tipo IV (hiperpotasémica):
está asociado con un deficit o resistencia a la aldosterona, o con
el uso de un antagonista a la aldosterona (espironolactona), tratamiento
con AINES, beta-bloqueantes, inhibidores de la encima convertidora de la
angiotensina, ciclosporina, tras uso crónico con heparina. Una forma
especial de este tipo de ATR es la resistencia a la aldosterona. La hiperpotasemia
es secundaria al deficit de aldosterona, la acidosis se mantiene por la
hiperpotasemia, ya que ésta produce una alcalosis intracelular con
alteración en la generación y excreción de NH4+,
con una capacidad normal para acidificar la orina en respuesta a una acidosis
sistémica (capacidad para disminuir pH urinario <5.5). La acidosis
metabólica generalmente es moderada, la concentración de
bicarbonato está por encima de 15 mEq/l (1,
27, 28).
2.1.3. Datos clínicos
No existe ningún signo clínico ni síntoma específicos
de la acidosis metabólica, éstos dependen de la causa que
la haya provocado.
Nos sugiere la existencia de una acidosis metabólica la presencia
de una respiración de Kussmaul (hiperventilación) debida
al estímulo del pH plasmático ácido sobre el
centro respiratorio. Si la acidemia llega a ser más severa aparecem
nauseas, vómitos, cambios del estado mental incluso coma.
En pacientes con acidosis severa (pH < 7.20-7.15) puede observarse
hipotensión debida a una depresión de la contractilidad miocárdica
y a una vasodilatación arterial.
Suele existir hiperpotasemia, con sus signos y síntomas típicos.
2.1.4. Diagnóstico
Puede ser hecho con facilidad ante la presencia de un pH y concentración
de bicarbonato bajos. El cálculo de el anión gap nos sirve
para intentar identificar la causa de dicha acidosis (11).
Es necesario conocer la compensación respiratoria adecuada para
identificar un trastorno del equilibrio ácido-base concomitante
con la acidosis metabólica.
Compensación respiratoria: En una acidosis metabólica
no complicada la compensación respiratoria, como ya se ha comentado
anteriormente, disminuye la pCO2, y la pCO2 esperada
se puede calcular según la siguiente ecuación (30)
: pCO2 esperada (mmHg) = [(1.5 x CO3H-) + 8] +- 2
Si pCO2 está más baja significa que existe
una alcalosis respiratoria concomitante y si es más alto que existe
una acidosis respiratoria simultaneamente.
Cálculo de la variación AG/CO3H-: En
las acidosis metabólicas con anion gap alto no complicadas suele
estar esta proporción entre 1 -2; un valor más bajo
refleja un aumento AG menor al esperado para el incremento de CO3H-,
como puede ocurrir si hay una pérdida de cuerpos cetónicos
por orina , algunos casos de insuficiencia renal crónica, o bien
la combinación de acidosis metabólica con anión gap
alto y nornal (ésto último puede ocurrir en el caso de una
diarrea en un paciente con insuficiencia reanl crónica). Una proporción
mayor a 2 significa una concentración plasmática de bicarbonato
mayor a la esperada para el aumento del anión gap, reflejando una
alcalosis metabólica sobreañadida (12,
31)).
Con todo lo comentado hasta ahora podemos seguir el siguiente esquema
diagnóstico (gráfico
4).
2.1.5. Tratamiento
Lo principal es reconocer y tratar la causa de la acidosis metabólica,
y sólo si la causa no se puede eliminar o bien si la acidemia es
muy severa debemos de administrar bicarbonato, la pauta de administración
y la via es distinta según se trate de una acidosis metabólica
aguda o crónica (32).
En la acidosis metabólica aguda , cuando el pH disminuye por
debajo de 7.15-7.20 ó bien cuando el bicarbonato disminuya
de 10 - 12 mEq/l , a pesar de pH > 7.15 es cuando debemos comenzar la administración
de bicarbonato, hasta alcanzar un pH de 7.20 y no más, salvo
que la acidosis es probable que se resuelva espontaneamente, como puede
ser una acidosis láctica tras una convulsión.
Para el cálculo del déficit de bicarbonato hasta alcanzar
un pH se 7.20 podemos utilizar la siguiente fórmula:
pCO2 (mmHg)
[H+] ( nmol/l ó nEq/l ) = 24 --------------------------
HCO3- (mEq/l)
A pH 7.20 la [H+] es de 63 nmol/l; por lo tanto habrá que
elevar el bicarbonato plasmático hasta que se consiga dicha
[H+] para la pCO2 que tenga el paciente. Por ejemplo: pCO2
20 mmHg;; CO3H- 6 mEq/l; peso corporal 70 Kg. Como la administración
de bicarbonato suprime en alguna medida el estímulo para la hiperventilación,
se aumenta la pCO2 en 4 -5 mmHg. Por tanto 63= 24(25/ CO3H-)
; CO3H- = 10 mEq/l. De ahí el deficit de bicarbonato
para alcanzar un pH de 7.20 es de 10-6=4 mEq/l.
El déficit de bicarbonato = volumen de distribución x
( déficit ).
El volumen de distribución normal del bicarbonato es aproximadamente
el 50% del peso corporal, pero en las acidosis metabólicas severas
el volumen de distribución aumenta al menos al 70%. Por tanto en
nuestro ejemplo, la cantidad de bicarbonato requerido para aumentar el
bicarbonato de 6 a 8 mEq/l puede ser estimado esgún el siguiente
cálculo: 0.7 x 70 x 4 = 196 mEq de bicarbonato.
Se recomienda administrar la mitad de lo calculado inicialmente y continuar
con la corrección con futuras gasometrias, si la causa de dicha
acidosis continúa sin resolverse. El bicarbonato puede ser
en forma de bicarbonato sódico al 8,4% 1M (1 cc=1mEq), o bicarbonato
sódico al 1,4% 1/6M (6cc=1mEq).
El bicarbonato infundido se limita en principio al espacio intravascular,
produciendo un gran aumento en la concentración de bicarbonato plasmático,
tardando 15 minutos en equilibrarse con el líquido extracelular
total y de 2 a 4 horas con los tampones intracelulares y óseos.
Por este motivo si realizamos el control analítico poco después
de la administración de bicarbonato podemos sobrestimar sus efectos.
Los riesgos potenciales de la administración de bicarbonato
son la hipernatremia, la hipercapnia, la acidosis intracelular y del LCR,
la sobrecarga de volumen, tetania, alcalosis postratamiento con hipopotasemia
(32, 33).
El carbicarb es una solución equimolar de CO3HNa
y carbonato sódico (CO3Na2), aportando 1 mEq
de Na/ml por cada mol de Carbicarb, no degrandose significativamente a
CO2 y H2O, no aumentando la concentración
de CO2 en la proporción que el bicarbonato puro. Corrige
la acidosis metabólica tan eficazmente como el bicarbonato sódico,
pero sus potenciales ventajas terapéuticas en la acidosis metabólica
severa está por determinar (33).
En la acidosis metabólica crónica observada con frecuencia
en la insuficiencia renal crónica, el objetivo del tratamiento es
mantener la concentración de bicarbonato aproximadamente en 18 mEq/l,
para lo cual se administra bicarbonato oral de 2 a 4 gr al día.
El tratamiento debe iniciarse precozmente para evitar o retrasar la osteomalacia.
El tratamiento de las causas específicas de las acidosis deben
de considerarse en los apartados correspondientes.
2.2. ALCALOSIS METABOLICA
Se debe a una elevación primaria de la concentración
de bicarbonato en el plasma, a una disminución de la [H+], con un
aumento del pH plasmático y un aumento secundario en la PCO2.
La concentración de cloro disminuye para compensar la elevación
de bicarbonato, y el anion gap aumenta en proporción a la severidad
de la alcalosis, casi siempre se observa también una hipokaliemia
(31).
Etiología y Patofisiología
La alcalosis metabólica puede estar generada por mecanismos
renales y extrarrenales, y típicamente se mentiene por una combinación
de ambos que simultaneamente aumentar la acidificación renal y alteran
el volumen extracelular. Estos factores incluyen la deplección de
ClNa, el déficit de K+ y el hiperaldosteronismo. En la alcalosis
metabólica extrarreanal (ej: pérdidas gastrointestinales
de fluidos), ocurren pérdidas de Cl-, Na+, y K+, con aumento del
bicarbonato a nivel del líquido extracelular con una deplección
del volumen de dicho espacio. En la alcalosis metabólica de origen
renal (ej: hiperaldosteronismo primario), existe un aumento del bicarbonato
a nivel del líquido extracelular asociado a un incremento del volumen
del mismo generado por un aumento transitorio de la reabsorcion renal de
Na+ y de la excreción neta de ácido (generalmente de 0.3
a 1 mEq/kg/d).
Las causas se detallan en la tabla
5 . Puesto que el diagnostico diferencial de la alcalosis metabólica
se basa en parte en la magnitud del Cl- urinario, ya que ésto predice
la respuesta al tratamiento con salino o con Cl-, incluimos también
la clasificación basada en estos hallazgos (tabla
6) (34, 35).
2.2.1. Alcalosis metabólicas clorurosensibles
Generación de las alcalosis metabólicas clorurosensibles:
Las dos causas más frecuentes de alcalosis metabólica son
el tratamiento con diuréticos y las pérdidas de secreciones
gástricas (vómito o succión gástrica) (36).
Los diuréticos (tiazidas ó diuréticos de asa) producen
una pérdida de reabsorción de Na+, Cl- a nivel proximal
produciendo una deplección de volumen, lo cual estimula el eje renina-angiotensina,
incrementando en la presentación de sodio a nivel de la nefrona
distal, aumenta la actividad de cotransporte Na-H+, asociado a un aumento
en la eliminación de H +, una reabsorción de bicarbonato,
incrementando también el intercambio a nivel distal con el K.+ ,
produciendo hipopotasemia
La contración de volumen puede jugar un papel en la alcalosis
metabólica observada en la succión gástrica y en el
vómito, y menos comúnmente en algunas formas de diarrea en
las cuales el anión que se pierde predominantemente es el cloro.
En contraste, las pérdidas gástricas de H+ es el responsable
primario de la generación de alcalosis metabólica, por cada
mEq de H+ que se secreta se produce una retención de un mEq de CO3H-,
debido a que ambos iones son derivados de la disociación de ácido
carbónico: CO3H2 <--->
CO3H- + H+. Este proceso que normalmente normalmente no conduce
a la alcalosis metabólica, puesto que el ClH que se secreta en el
estómago y entra en duodeno donde estimula la secreción pancreática
de bicarbonato. En el vómito o en la succión gástrica
existe un aumento de la secreción de H+ por el estómago sin
el aumento de la secreción pancreática de bicarbonato, conduciendo
a una retención neta de bicarbonato.
En estados de hipercalcemia las pérdidas renales de H+ y de
K+ pueden contribuir a la alcalosis metabólica y a la hipopotasemia.
El calcio puede alterar la función tubular y causar nauseas y vómitos,
conduciendo a la deplección de volumen y a un aumento en la
pérdida de H+ y de K+.
En la acidosis respiratoria crónica rápidamente corregida
(generalmente por ventilación mecánica) se puede observar
una alcalosis metabólica, puesto que el aumento de CO3H-
persiste, y es desproporcionadamente alta en relación a la pCO2
nueva, conduciendo a un aumento en el pH.. A esta situación
puede contribuir la deplección de Cl- secundaria a la reabsorción
tubular de bicarbonato.
Mantenimiento de las alcalosis metabólicas clorurosensibles:
La excreción renal de bicarbonato comienza cuando el nivel del
mismo en el plasma está por encima de 25 mEq/l. Por tanto, el mantenimiento
de la alcalosis metabólica cloro-sensible depende de la reducción
renal de la excreción de bicarbonato, aumentando el nivel plasmático
del mismo. Normalmente el Cl- es el anion que más se reabsorbe junto
con el Na+, en estados de deplección del cloro más Na+ llega
al túbulo distal, reabsorbiendose distalmente intercambiandose por
H+ ó K+; la pérdida de H+ con la consiguiente reabsorción
de bicarbonato. La hipercloremia “per se “ produce una disminución
de la eliminación a nivel del túbulo colector de bicarbonato,
manteniendo la alcalosis metabólica.
La hipopotasemia profunda , por una parte intenta compensarse con la
salida de K+ celular al espacio extracelular, lo que se hace en intercambio
por H+, que disminuye del espacio extracelular, provocando alcalosis; por
otra parte, la hipopotasemia aumenta la reabsorción renal de bicarbonato,
cuando su concentración plasmática excede la capacidad de
reabsorción a nivel del túbulo proximal se produce bicarbonaturia,
como el Na+ se intercambia normalmente en el túbulo distal por K+
e H+, si disminuye aumenta la eliminación de H+, produciendose también
alcalosis (37). Cuando la hipopotasemia severa
( < de 2 mEq/l ) impide la reabsorción tubular de Cl- por
un mecanismo desconocido, lo que explica la persistencia de la alcalosis.
En presencia de una deplección de volumen, altas dosis de penicilinas
(incluyendo ticarcilina, carbenicilinas) actuan como aniones no reabsorbibles:
la carga negativa a nivel de la luz tubular facilita la secreción
de H+y K+ , y puede contribuir al mantenimiento de la alcalosis metabólica.
2.2.2. Alcalosis metabólicas clorurorresistentes
El exceso de la actividad mineralcorticoide produce un estímulo
para la reabsorción de Na+ y Cl-, produciendo inicialmente una expansión
del volumen extracelular e hipertensión arterial. A diferencia del
hipermineralcorticismo secundario ( como en la insuficiencia cardiaca ),
aquí no se producen edemas. El exceso de reabsorción distal
de sodio provoca un aumento en la eliminación de K+ e H+ a este
nivel, lo que provoca como en el caso de las clorurosensibles, hipopotasemia
y alcalosis metabólica. Al cabo del tiempo se produce un “escape
de sodio” del túbulo proximal, lo que, además de prevenir
un aumento ilimitado del volumen extracelular, aumenta también la
oferta de Na+ y Cl- al túbulo distal. Como no hay déficit
global de sodio, este aporte extra de Na+ y Cl- al túbulo distal
no se reabsorbe por completo, y parte se pierde por orina. Es posible que
el péptido natriurético auricular liberado en respuesta a
la expansión de volumen, contribuya a este fenómeno (38).
La alcalosis metabólica se mantiene en tanto se mantenga el
exceso de actividad mineralcorticoide, por el aumento de la eliminación
urinaria de K+ e H+, independientemente del volumen extracelular, que de
hecho tiende a estar aumentado. El cloro urinario es más alto que
en las anteriores alcalosis, a lo cual también contribuye la hipopotasemia,
como ya se ha comentado, cuando es severa < 2 mEq/l, impide
la reabsorción tubular de Cl-, por un mecanismo desconocido.
Síndrome de Bartter es una causa rara alcalosis metabólica
en mujeres jóvenes típicamente normotensas o ligeramente
hipotensas. Si la alteración primaria es una alteración en
la reabsorción de ClNa en el túbulo proximal, el asa de Henle
o una alteración en la reabsorción de K+ en el túbulo
distal aún no se ha resuelto. Existe una deplección de volumen
lo cual estimula el sistema renina-angiotensina-aldosterona, aumentando
la secreción de K+ e H+ a nivel distal. Así mismo hay un
aumento en la produción de prostaglandinas a nivel renal lo cual
incrementa la síntesis de renina y subsecuentemente de aldosterona,
aunque no parece ser la causa primaria.
Estados edematosos ( insuficiencia cardiaca congestiva, cirrosis
con ascitis) se asocia la alcalosis metabólica al tratamiento
con los diuréticos de asa y las tiazidas, así como con los
vómitos. En estos estados existe una disminución del volumen
de sangre arterial efectivo con lo cual se produce un hiperaldosteronismo
secundario.
Manifestaciones clínicas
La mayoria de los pacientes con alcalosis metabólica no tienen
manifestaciones clínicas.
La afinidad de la hemoglobina por el oxígeno está incrementada
por la alcalosis, motivo por el cual la extracción de oxígeno
por los tejidos periféricos está disminuida (efecto Bohr),
motivo por el cual se puede exacerbar los efectos de la hipoxemia cerebral
y coronaria. Además la alcalosis provoca vasoconstricción
cerebral con reducción de la perfusión cerebral. Todo ésto
explica las manifestaciones neurológicas: cefaleas, confusión,
agitación, incluso convulsiones y coma. A nivel de la circulación
coronaria, la limitación del aporte de oxígeno por el efecto
Bohr, además de un efecto variable de disminución del flujo
coronario por la alcalemia puede exacerbar anginas de esfuerzo (39)
, y anginas de Prinzmetal (40) o desestabilizar
pacientes con angina estable. La alcalemia aguda en pacientes críticos
se ha demostrado que produce una variedad de arritmias cardiacas, siendo
mas susceptibles los pacientes con enfermedad cardiaca subyacente,
en tratamiento con digital . La hipopotasemia, la hipomagnesemia ( la alcalosis
metabólica produce una pérdida renal de Mg 2+
), y la hipocalcemia (la alcalemia induce una reducción en la concentración
plamática de Ca 2+ ionizado) también tienen efecto
arritmogénico.
La hipocalcemia, hipopotasemia y el efecto directo de la alcalemia
en la función neuromuscular se manifiestan por irritabilidad neuromuscular,
calambres, espasmos, sacudidas y tetania.
Como el mecanismo de compensación de la alcalosis metabólica
es la hipoventilación, con aumento de la pCO2, cuando
este aumento es severo puede producirse una hipoxemia, agravando una hipoxemia
preexistente. La corrección de la alcalosis metabólica debe
tenerse en cuenta en el destete de la ventilación mecánica
de los pacientes con acidosis respiratoria crónica.
En un estudio prospectivo reciente ha encontrado una mortalidad
cercana al 50% cuando el pH excedia de 7.6 (41).
Diagnóstico
La determinación del pH, el bicarbonato y la pCO2
nos permitirán realizar el diagnóstico de alcalosis metabólica.
Para orientarnos en la causa de dicha alcalosis nos ayudaremos en la determinación
plasmática del Cl-, del K+, de Ca 2+, del cloro urinario,
así como una adecuada historia clínica y examen físico.
El cloro urinario es útil para diferenciar estas alteraciones,
está por debajo de 15 mEq/l en paciente hipovolemicos, bien
por péridias gastrointestinales o bien por diuréticos (cuando
el efecto del diurético ha pasado). Mientras que el cloro urinario
está por encima de 15 mEq/l, por efecto del diurético, en
el sindrome de Bartter y en la hipopotasemia severa, así como por
aumento mineralcorticoide.
Para distinguir trastornos mixtos tendremos en cuenta que el aumento
del pH de la alcalosis metabólica produce un aumento compensador
de la pCO2. En general, la pCO2 aumenta 0.7 mmHg
por cada 1 mEq/l de elevación del bicarbonato plasmático,
con una tolerancia de +5. La identificación de una pCO2
mayor o menor al calculado según la fórmula anterior sugiere
la presencia de una acidosis respiratoria o una alcalosis respiratoria,
respectivamente, sobreañadida. Teniendo en cuenta que este mecanismo
de compensación es autolimitado, ya que la propia hipercapnia
y si por la hipoventilación se desarrolla hipoxemia severa ( <
50 mmHg), ambas son estimulantes del centro respiratorio, disminuyendo
o anulando la respuesta compensadora. Además si existe hipopotasemia,
la compensación respiratoria es menor o inxistente, ya que la hipopotasemia
tiende a compensarse con la salida de potasio intracelular que se intercambia
por H+, éste fenómeno ocurre tambien en las células
del centro respiratorio, produciendose una acidosis intracelular
relativa, lo que también tiende a estimular al centro respiratorio.
Tratamiento de la alccalosis metabólica
Generalmente la corrección rápida de la alcalosis metabólica
no es precisa por la falta de efectos adversos debidos al aumento del pH.
Por tanto generalmente hay tiempo para buscar y tratar específicamente
la causa de dicho desorden. Si existe una fuente exógena de álcali
(bicarbonato, citrato, lactato, acetato) lo primero es suspende la fuente
que puede estar exacerbando dicha alcalosis.
a. Alcalosis metabólica clorurosensibles
El remplazamiento de cloro en forma de ClNa, ClK, o ambos es
apropiado para el manejo de las alcalosis con cloro urinario bajo. La administración
de líquidos que contienen cloro con potasio disminuye la alcalosis
permitiendo la excreción renal del exceso de bicarbonato, el sodio
se reabsorbe con el cloro, en vez de intercambiarlo por H+; se incrementa
la concentración de potasio en el plasma, lo cual aumenta el pH
de las células tubulares y reduce la excreción renal de H+.
Los pacientes con succión nasogástrica o vómitos pueden
beneficiarse de anti-H2 o inhibidores de H,K-ATPasa (omeprazol) que disminuyan
la secreción ácida gástrica, además de corregir
el déficit de cloro existente.
El tratamiento de la alcalosis metabólica en pacientes edematosos
es más complejo puesto que el cloro urinario está reducido
dado que la perfusión renal está disminuida, por tanto la
administración de soluciones que contengan cloro no aumentará
la excreción de bicarbonato, ya que el volumen de sangre arterial
efectivo reducido no se corregirá con este tratamiento. Aquí
la administración de inhibidores de la anhidrasa carbónica,
acetazolamida ( 250 mg una o dos veces al día oral o iv), puede
ser útil para la movilización de líquidos
mientras disminuye la reabsorción de bicarbonato en el túbulo
proximal). Cuando el potasio plasmático es bajo, el uso de diuréticos
ahorradores de K como amilorida o espironolactona deben considerarse. La
hemodialisis o hemofiltración con baño bajo en acetato, bajo
en bicarbonato o alto en Cl, puede ser útil ocasionalmente
en pacientes con alcalosis metabólica, sobrecarga de volumen e insuficiencia
renal.
Cuando existe una alcalosis metabólica severa, con sintomatología
neurológica, se debe administrar ClH iv para disminuir la concentración
plasmática de bicarbonato. El ClH se da como una solución
isotónica al plasma 0.15 M ( 150 mEq de H+ y 150 mEq de Cl- por
cada litro de agua destilada). El volumen necesario para reducir la concentración
de bicarbonato plasmática puede estimarse según la siguiente
fórmula: 0.5 x Peso corporal x disminución de bicarbonato
deseada en mEq/l, considerando que el volumen de distribución del
bicarbonato es aproximadamente el 50% del peso corporal total.
Esta solución aunque isotónica tiene un pH muy bajo y
es muy irritante, hay que administrarlo por via central, la mitad
de la dosis calculada se administra en 4 horas y el resto hasta completar
las 24 horas, monitorizando mediante gasometrias cada 2-4 horas (35,
36).
El cloruro amónico y el hidrocloruro de arginina pueden utilizarse
pero teniendo en cuenta sus efectos secundarios como son la encefalopatía
y la hiperkaliemia respectivamente (42).
Alcalosis metabólica clorurorresistentes
En los pacientes con Cloro urinario mayor a 15 mEq/l es bastante improbable
que respondan a soluciones que contengan cloro. En estos casos lo principal
es corregir específicamente la causa, así si existe un aumento
de la actividad mineralcorticoide o un hiperaldosteronismo primario, se
debe realizar una ingesta pobre en sal para reducir la pérdida de
K+, espironolactona (200 a 400 mg al día), o bien si aparecen efectos
secundarios como ginecomastia, impotencia o reducción de la libido
en los varones puede utilizarse amilorida de 5 a 20 mg al día. Así
mismo en el caso del hiperaldosteronismo primario se extirpará el
adenoma causante de la anomalía teniendo en cuenta la gravedad de
la hipertensión arterial y el riesgo quirúrgico (35).
En el caso de hipopotasemia severa suplementos de potasio. En el sindrome
de Bartter el tratamiento más efectivo son los inhibidores de las
prostaglandinas (Indometacina 150 - 200 mg/día) (35).
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