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Capítulo 6. 2. Fluidoterapia
4. MOVIMIENTO DEL AGUA ENTRE LOS COMPARTIMENTOS |
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El agua y los solutos disueltos fluyen entre los compartimentos corporales por difusión, convección o por mecanismos de transporte específicos. Las fuerzas que gobiernan estos intercambios son, principalmente, las presiones hidrostática y osmótica y para, algunos solutos que atraviesan las membranas celulares, las bombas transportadoras. Además, el organismo intercambia a diario con el medio exterior una cantidad de agua y solutos. La fuerza capaz de provocar el paso de agua por una membrana semipermeable
debido a las diferencias en la concentración de los solutos a ambos
lados de ésta, constituye la presión osmótica. La
presión osmótica depende exclusivamente del número
de partículas disueltas ( moles ) por unidad de volumen, con independencia
de su carga eléctrica, peso o fórmula química. El
número total de partículas disueltas constituye la osmolaridad,
si su concentración se expresa por unidad de volumen total de la
solución (moles/L de suero), o en términos de osmolalidad,
si se expresa por unidad de volumen sólo el disolvente ( moles/kg
H2O ). De hecho, la actividad osmótica depende de la osmolalidad,
pero en la práctica, y debido a que las soluciones biológicas
son muy poco concentradas, la diferencia entre ambos valores es pequeña
y ambos términos se utilizan a menudo de forma indistinta. En ausencia
de osmómetro, la concentración total de solutos del suero
puede calcularse con una fórmula sencilla a partir de la concentraciones
de sodio, cloro, glucosa y urea ( los principales solutos del líquido
extracelular ). El siguiente cálculo emplea un sodio plasmático
de 140 mEq/L, una glucemia de 90 mg/dL y un BUN* de 14 mg/dL 4 .
[ glucosa ] [ BUN ] [ urea
]
90
14
= 290 mOsm/kg H2O
La concentración de sodio se duplica para incluir la contribución osmótica del cloruro. La glucemia y el BUN se miden en mg/dL, los factores 18 y 2,8, los pesos atómicos divididos por 10, se emplean para pasar mg/dL a mOsm/kg H2O 4 . Los valores obtenidos por esta fórmula difieren sólo de 1 a un 2 % de los valores obtenidos por osmometría y pueden utilizarse con fines clínicos. * Si se emplea la urea hay que dividir por 6 ( el peso de la urea es 60 ). 4. 1. INTERCAMBIOS ENTRE LOS ESPACIOS INTRACELULAR E INTERSTICIAL. El movimiento del agua es pasivo y depende de las diferencias ( gradientes ) de presión hidrostática y de presión osmótica transmembrana. Las diferencias de presión hidrostática pueden omitirse y, por consiguiente, son los gradientes de presión osmótica los que determinan los movimientos de agua a su través. El espacio extracelular es el más expuesto a variaciones primarias de su osmolalidad, dada su relación más directa con el medio ambiente. Por lo tanto, el grado de hidratación celular depende fundamentalmente de las variaciones de la osmolalidad extracelular. Un aumento de la osmolalidad extracelular por pérdida de agua
(deshidratación ) causa un flujo de agua desde la célula
hasta el espacio extracelular, y ambos espacios experimentan una depleción
de volumen. Un descenso de osmolalidad por hiperhidratación, causa
un flujo de agua hacia el interior de la célula y ambos espacios
experimentan una expansión de volumen.
4. 2. INTERCAMBIOS ENTRE LOS ESPACIOS INTERSTICIAL Y PLASMATICO. Los mismos principios básicos se aplican a la distribución
entre estos dos componentes del espacio extracelular. Con la diferencia
de que la pared de los capilares no constituye una barrera que se oponga
a la difusión simple de la mayoría de solutos que contribuyen
a la osmolalidad del medio extracelular. Sin embargo, es relativamente
impermeable a las especies moleculares más grandes, como las proteínas.
La agregación de estas moléculas dentro del componente
vascular aumenta la osmolalidad y si no existiese una fuerza opuesta, todo
el líquido extracelular pasaría al plasma.
Qf = Kf [( Pc - Pi ) s ( pc - py)] Qf es el flujo total de líquido a través de la membrana capilar; Kf, el coeficiente de filtración de líquido; Pc, la presión hidrostática capilar; Pi, la presión hidrostática intersticial; s, el coeficiente de reflexión; pc, la presión oncótica capilar ( plasmática ) y py, la presión oncótica intersticial. El estudio de esta ecuación revela la presencia de cuatro fuerzas
de Starling coloidales e hidrostáticas que actúan a cada
lado de la pared capilar. La presión hidrostática dentro
del capilar (Pc), es la fuerza dominante que filtra líquido
fuera del espacio vascular. La presión hidrostática intersticial
(Pi) es generalmente negativa, pero se acerca a cero con acumulación
de líquido de edema, y puede hacerse positiva si se acumula
en grandes cantidades. La presión oncótica plasmática
(pc) es la única fuerza de Starling que retiene líquido
dentro del espacio vascular. La presión oncótica intersticial
(py), en cambio, favorece la retención de líquido
en el espacio intersticial. La concentración de proteína
intersticial puede estar diluída por líquido de edema pobre
en proteínas que cruza la membrana vascular. El aumento de Pi
y la reducción de py sirven como asas de retroalimentación
negativa que limitan la formación de edema. Según esto, el
gradiente neto de presión hidrostática (Pc - Pi),
que desplaza líquido a través de la membrana, y el gradiente
neto de presión oncótica, que retiene líquido dentro
del espacio vascular ( pc - pi ), determina el flujo de líquidos
a través de las membranas capilares. Por último, el sistema
linfático sirve de drenaje, demorando la acumulación del
exceso de líquido filtrado. De este modo el aumento de flujo linfático
compensa el aumento de desplazamiento de líquido transvascular.
4. 3. INTERCAMBIOS CON EL EXTERIOR El organismo intercambia agua y electrolitos con el exterior a través
de las vías pulmonar, cutánea, digestiva y renal. En condiciones
normales, las entradas y salidas se equilibran y el balance corporal permanece
inalterado. Se acepta generalmente que si un paciente gana o pierde
una sustancia, tiene un equilibrio positivo o negativo. Si no se producen
cambios significativos, el equilibrio es neutro. Esto a menudo se denomina
“estar en equilibrio”.
Sodio: Las pérdidas de sodio alcanzan unos 30 mEq/día por las heces y el sudor, con una pérdida variable por la orina. En casos de gran privación de agua, los riñones pueden absorber casi todo el sodio filtrado como respuesta al aumento de secreción de aldosterona. La administración aproximada de 1-2 mEq/kg/día de sodio a los adultos o de 1 mEq/kg/día a los niños, no sólo sustituirá las pérdidas obligatorias, sino que suprimirá también la secreción de aldosterona en proporción suficiente para ayudar a las pérdidas de potasio. Si se utiliza ClNa, también se cubren los requerimientos orgánicos diarios de cloruros 6 . Potasio: Las pérdidas diarias de potasio por la
orina y el sudor alcanzan los 40-60 mEq. Por lo general, su sustitución
con 0,5-1,0 mEq/kg/día basta para mantener el equilibrio de este
ión en el enfermo con riñones normales 6
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