Capítulo 9.5. Patología de la Altura 
 
 
9. APÉNDICES: 

9.1. SISTEMAS DE EVALUACIÓN DEL MAL DE MONTAÑA: 


La evaluación de la gravedad de la situación en un sujeto que está desarrollando un mal agudo de montaña es un problema en gran parte subjetivo. El uso de un cuestionario ha sido eficaz en la evaluación de síntomas subjetivos. Por ello se han hecho, también en esta materia, intentos de desarrollar cuestionarios fáciles de aplicar para individuos sin conocimientos sanitarios, que permitan de algún modo cuantificar la gravedad del problema y la urgencia de tomar medidas agresivas. En 1966, Evans ideó el General High Altitude Questionary (GHAQ) 72. Este cuestionario tenía varias limitaciones en su aplicación, por lo que Kobrick et al., en 1979 propusieron el Environmental Symptoms Questionary (ESQ), con la idea de evaluar, no solo la aparición, sino la gravedad de la exposición a varias condiciones ambientales extremas, entre las que incluían la altura, y las temperaturas extremas 73. Este cuestionario (ESQ I) fue revisado y completado (ESQ II 74 y ESQ III 75 ). ESQ II comprendía 56 ítems, y ESQ III 67, en los que se distinguían puntuaciones separadas para los síntomas cerebrales y respiratorios. Algunos autores mostraron que solamente determinando 14 de los 56 del ESQ II podía evaluarse la aparición de mal de montaña de forma muy correlacionada con la situación clínica. Más recientemente, se ha descrito un ESQ IV 76 con 68 ítems puntuables de 0 a 5. Once de ellos se refieren a síntomas cerebrales, y 12 a síntomas respiratorios y cada ítem tiene factores modificadores. Su utilización, como es lógico es un tanto compleja. Con el fin de definir un cuestionario de más cómoda evaluación, aplicable solamente al mal de montaña, durante el 7th International Symposium sobre Hipoxia, en el Lago Louise, en 1991, se realizó una conferencia de consenso (Consensus on the Definition and the Quantification of Altitude Illness) 77, que se discutió otra vez dos años más tarde en el 8th International Symposium 78 . El método diseñado es relativamente sencillo y parece tener bastante buena correlación con la gravedad del enfermo en los estudios realizados. 

El cuestionario consta de tres partes, una de autodiagnóstico, otra de signos clínicos, y una tercera de signos funcionales, aunque esta tercera parte parece no ser excesivamente necesaria, pues añade poco al análisis de los datos. 

El autodiagnóstico consta de cinco ítems: 

Cefalea  
Síntomas gastrointestinales  
Debilidad o fatiga  
Inestabilidad o vértigos  
Transtornos del sueño  

Cada uno de estos ítems se puntúan del 0 al 3, según : 0 . sin síntomas; 1. Síntomas leves; 2. Síntomas importantes; 3. Síntomas severos. 

Los ítems clínicos son solamente tres: 

cambios en el estado mental: ausencia = 0; coma = 4 

Ataxia: ausencia = 0; imposibilidad de mantenerse en pié = 4 

Edema periférico: no = 0; un solo sitio = 1; varios lugares = 2 

El total podía ir de 0 a 25 puntos. 

La puntuación funcional es opcional, y se refiere a las consecuencias funcionales de los signos y síntomas evaluados (de 0 a 3 puntos). 

Este sistema de puntuación es sencillo, y en experiencias con cámaras hipobáricas, que imitan el ascenso a grandes alturas, ha resultado tener una buena correlación con los sistemas anteriores, con la ventaja de poder ser recogido por cualquier sujeto en unos minutos, al estar lejos de la complejidad de los sistemas anteriormente citados. Es posible que fuera preciso añadirle algún ítem que evaluara síntomas respiratorios, y algunas voces ya se han alzado recientemente en tal sentido 79 por lo que es quizá sea modificado en breve. 
 


9.2. CÁMARAS HIPERBARICAS DE MONTAÑA: 


Tal como hemos visto, la medida más eficaz ante la aparición de síntomas del mal de montaña es el descenso a altitudes más bajas, aunque solamente sean unos cientos de metros. A nadie se le escapa la dificultad que ello representa cuando se tiene que transportar un individuo gravemente enfermo por una orografía accidentada. Por ello se han ideado dispositivos que, siendo transportables, permitan simular un descenso suficiente mediante una presión superior a la atmosférica. 

La primera cámara hiperbárica portátil para el tratamiento del mal de montaña fue el saco ARLON que diseñó Becher en Alemania en 1979. Aunque se fabricó un número escaso de unidades, una de ellas al menos sirvió en el Karakorum para evacuar con éxito a un enfermo con edema pulmonar de altura. Actualmente se dispone de tres modelos de cámara hiperbárica portátil: la bolsa de Gamow, con 6.5 Kg. de peso permite una presión interna aproximada de 14 kPa (2 psi, unos 103 mm Hg) mientras el cajón CERTEC pesa 4.2 Kg. y permite una presión interna de 22 kPa (unos 165 mm Hg). 

Debido a que la presión de trabajo de la cámara es constante, a mayor altura de funcionamiento, el descenso simulado es mayor. Así, en la bolsa de Gamow, a la presión atmosférica hay que sumar 103 mm Hg, y eso corresponde a un descenso simulado cada vez mayor, conforme la presión atmosférica de partida sea más baja, como se ve en los ejemplos de la tabla:III

metros altura real  mm Hg  mm Hg en cámara altura simulada
3000 522 626 1555
4200 449 553 2544
4800 417 521 3028
5700 372 476 3741
6900 320 424 4664
7800 286 390 5335
 
 
Como se aprecia en la tabla, lo que a 3000 m representa un descenso simulado de 1445 m, a los 7800 m representa un descenso de 2465 m. 

Por las propias exigencias del entorno, estas cámaras deben servir en condiciones en que no se disponga de energía eléctrica. El transportar botellas de oxígeno supone asimismo un incremento del peso, por lo que están ideadas para que funcionen mediante un fuelle similar al de los que sirven para hinchar los colchones neumáticos. El fuelle se activa con el pié. Cuando la presión dentro de la cámara ha alcanzado el máximo, se abren unas válvulas calibradas, y el exceso se escapa al exterior. Dado que el individuo está respirando el aire interior de la cámara, es preciso un bombeo de aire frecuente, para renovar el oxígeno del interior.

Una hermana mayor de las dos cámaras anteriores es la cámara CERTEC multipersonal "Jonás". (CERTEC, Sourcieux -les Mines, Francia). se trata de una cámara cilíndrica de 3.5 por 1.4 m fabricada en poliamida recubierta de poliuretano. Dispone de ventanas, permite albergar hasta tres personas, dispone de una exclusa de aire que permite entrar y salir sin perder la presurización, y dispone de compresores de aire eléctricos que pueden mantener presiones entre 0 y 220 mbar, con flujos de aire hacia el interior de 100 L/m. Realmente, más que portátil, es una cámara transportable, ya que aunque pesa 50 Kg., puede ser desmontada en varias partes para facilitar el transporte. Fundamentalmente ha sido utilizada en investigación.