Capítulo 10. 7. Intoxicaciones por rodenticidas

4. RODENTICIDAS ORGANICOS


4. 1. ESTRICNINA

La estricnina es un alcaloide de la nuez vómica o haba de San Ignacio que se utiliza como rodenticida y adulterante de algunas drogas (heroína, cocaína) (36).

La intoxicación por estricnina produce estimulación del sistema nervioso central en forma de rigidez, hiperreflexia, convulsiones tetánicas y opistótonos, sin afectarse el nivel de consciencia (37, 38). Junto a ello se objetiva hipertermia severa, rabdomiólisis, mioglobinuria y acidosis metabólica. La muerte se produce por insuficiencia respiratoria (36, 38). Si el paciente no fallece se recupera espontáneamente en unas 6 horas.

El tratamiento es sintomático, y se basa en las medidas de descontaminación del tubo digestivo, en el tratamiento de las convulsiones y en el apoyo ventilatorio (36).

4. 2. ANTIVITAMINAS K

Los antagonistas de la vitamina K son los rodenticidas más utilizados en la actualidad (1, 15). Debido a su uso en los hogares no son raros los casos de intoxicación doméstica por rodenticidas de este grupo, particularmente en niños (5, 6, 39).

Los compuestos antivitamina K pueden ser derivados de la 4-hidroxicumarina o de la indano-1,3-diona (difacinona, clorfacinona, pindona, valona); a su vez los derivados de la hidroxicumarina pueden ser de primera generación (warfarina, coumaclor, coumafuril) o de segunda generación o superwarfarinas (brodifacoum, difenacoum) (40). El más común de todos ellos es la warfarina (22).

Estas sustancias actúan uniéndose al receptor proteico que tienen la membrana de los hepatocitos para la vitamina K, impidiendo la incorporación de ésta al interior de la célula hepática y por consiguiente de la síntesis de factores de coagulación que dependen de ella (II, VII, IX y X) (41).

La ingesta oral de antivitaminas K ocasiona inicialmente naúseas y vómitos; después de un intervalo libre de 36-48 horas se puede iniciar una diátesis hemorrágica en forma de petequias, epistaxis, gingivorragias, hematuria y riesgo de hemorragias internas (42, 43); estos trastornos son habitualmente leves (1). La intoxicación grave se produce por dosis repetidas o por dosis únicas masivas (mayores de 15 g) (22).

El diagnóstico de la intoxicación por rodenticidas antivitaminas K es clínico (1). La determinación del tóxico específico puede tener interés forense (44).

El paciente debe ser vigilado durante 48-72 horas, controlando el tiempo de protrombina cada 12-24 horas (1, 40). En caso de que la ingestión haya sido por compuestos de vida media larga (como el brodifacoum) el riesgo puede ser de hasta varias semanas (45, 46).

El tratamiento consiste en la descontaminación gastrointestinal (vaciado gástrico, carbón activado y catárticos) si el agente se ingirió en las últimas 3-4 horas (22). El antídoto de este grupo de rodenticidas es la vitamina K.

Existen 3 tipos de vitamina K. La vitamina K1 o fitomenadiona (comercialmente Konakion) es la más empleada. Para actuar precisa unirse a los receptor proteicos de la membrana de los hepatocitos, por los que posee una elevada afinidad. Por ello esta forma de vitamina K es la de elección en estos intoxicados. La dosis habitual es de 100 mg cada 6 horas. En intoxicaciones leves y moderadamente graves se administrará por vía oral. En intoxicaciones graves se utilizará la vía intramuscular (riesgo de hematomas en el sitio de la inyección) o intravenosa (disuelta en suero fisiológico y administrada muy lentamente). En intoxicaciones por antivitamina K de vida media larga se aconseja mantener el tratamiento durante uno o dos meses (41). La vitamina K2 es una forma producida por bacterias. La vitamina K3 o menadiona (comercialmente Kaergona) es una provitamina. El hecho de que sea una forma inactiva y su escasa afinidad por los receptores de la membrana de los hepatocitos desaconseja su uso en estos intoxicados (41).

Si existe un cuadro hemorrágico grave o si el tiempo de protrombina es inferior al 10% se administrará, además de vitamina K, plasma fresco (1).