Capítulo 10. 9. Intoxicación por productos de limpieza

1. INTRODUCCIÓN


No debemos perder de vista que una de las características que definen nuestra civilización es la enorme variedad de productos químicos con los que de modo continuado y a lo largo de toda nuestra vida nos ponemos en contacto, tanto en el hogar, como en el trabajo e incluso cuando desarrollamos nuestro ocio. Ello explica la frecuencia con que especialmente en la primera infancia, por las características normales del desarrollo psicomotor del niño, se producen accidentes tóxicos en cuanto se dan circunstancias adicionales de falta de atención, olvidos o imprudencias. Es por ello que la ingestión accidental de sustancias cáusticas es un problema sanitario importante, con una mayor incidencia en los primeros años de la vida.

La ingestión de ciertas sustancias químicas da lugar a lesiones hísticas en los puntos de contacto tales como orofaringe, esófago, estómago y duodeno. Estas sustancias cáusticas incluyen ácidos y álcalis, ingredientes comunes en detergentes, productos de limpieza e industriales, siendo los ácidos concentrados y álcalis con pH entre 10.5 y 14 altamente corrosivos. El tratamiento de la esofagitis cáustica sigue siendo controvertido, particularmente la administración de corticosteroides. Desde que Spain y colaboradores (1) en la década de los 50 comprobaron que su administración disminuía la respuesta
inflamatoria en ratones, su uso se extendió como base del tratamiento de la esofagitis cáustica y han sido múltiples los trabajos publicados sobre sus efectos con resultados contradictorios.

Esta disparidad se extiende a otras medidas terapéuticas como la utilización de antibióticos o la colocación de una sonda nasogástrica.