Capítulo 10. 11. Intoxicación por plantas y setas

1. INTOXICACION POR PLANTAS


La ingesta de plantas produce entre el 1-2 % de todas las intoxicaciones; la mayoría son accidentales y en el 85 % de los casos afectan a niños menores de 6 años 1. Afortunadamente suelen ser poco graves. Menos del 0.5% requieren ingreso hospitalario y raramente son vistos en UCI 2,3. Las muertes por ingestión de vegetales tóxicos suponen menos del 0.2 % de las muertes en intoxicados agudos.

La orientación diagnóstica de estas intoxicaciones puede ser complicada cuando el afectado no refiere el antecedente de ingestión de plantas. La infrecuencia de esta urgencia, junto a la habitual falta de conocimientos de botánica por parte de los médicos, suele dificultar la identificación de la planta y la valoración de su potencial toxicidad. Contribuye a ello la existencia de diversos nombres populares y locales que aportan los pacientes y que no suelen figurar en los libros junto al nombre botánico.

La importancia de la ingestión de un vegetal determinado dependerá de diversos factores: toxicidad potencial de la planta ingerida, parte de la misma que se tomó, cantidad y forma de preparación (cruda o cocinada). Conviene obtener datos en relación al tiempo transcurrido entre la ingestión y la aparición de los primeros síntomas y sobre la naturaleza de éstos, así como sobre la cantidad y la parte de la planta ingerida (hojas, frutos, raíces etc) 5. Si la identificación de la planta no es posible se requerirá ingreso hospitalario, observación y tratamiento de soporte tras la realización de vaciado gástrico y administración de carbón activado, ya que hay plantas potencialmente mortales.

Es difícil clasificar los varios centenares de especies venenosas que existen en nuestro medio. De las distintas posibilidades para agruparlas (componentes venenosos, grupos botánicos, etc.) hemos escogido la clasificación por los síndromes que producen. Debe tenerse presente que una misma planta puede poseer más de un tóxico, y afectar por lo tanto de forma simultánea a varios sistemas 6, 7.

1. 1. PLANTAS CON AFECTACIÓN GASTROINTESTINAL

Es sin ninguna duda el síndrome más frecuente. Su intensidad puede variar desde una ligera irritación de la mucosa oral a un severo cuadro gastroenterítico. Las diarreas y más especialmente los vómitos, pueden reflejar en muchas ocasiones simplemente la intolerancia local a un producto extraño e irritante y contribuyen a la expulsión del tóxico. Si estos no se produjeran, deben considerarse el vaciado gástrico y la administración de carbón activado.

Como ejemplo de especie responsable de síndrome gastroenterocolítico tenemos: la hiedra o Hedera helix, que contiene varias substancias tóxicas (alfa y beta hederina, hederagenina y hederosaponinas A,B y C) en todas las partes de la planta; produce síntomas gastrointestinales, midriasis y posible hemólisis. En el caso improbable de una intoxicación es suficiente el tratamiento sintomático y de soporte.

El tártago o ricino, Ricinus communis, posee en sus semillas una potente toxina citolítica, la ricina, y una serie de glicéridos, entre los que destaca la ricinoleina, principio activo del aceite de ricino. Si se degluten enteras, la intoxicación es de escasa o nula gravedad. Por el contrario, una sola semilla masticada ha resultado mortal en algún caso. Los primeros síntomas aparecen entre una y tres horas después de la ingesta, y consisten en sensación urente en boca, acompañada de náuseas, vómitos y diarreas. En los casos en que se masticaron, se añaden signos neurológicos (somnolencia, estupor, desorientación, convulsiones), cianosis, hipotensión arterial, hemorragias, hemólisis, hematuria y finalmente oliguria e insuficiencia renal. Como tratamiento se procurará eliminar las semillas ingeridas, por inducción del vómito con Ipeca, o con lavado gástrico. A continuación se administrarán catárticos salinos. Es necesario un importante aporte de líquidos.

El narciso, Narcissus pseudonarcissus, es una planta cuyos bulbos se han confundido con cebollas, produciendo vómitos severos, dolor abdominal y diarrea. El tratamiento es sintomático y de soporte.

Existe un grupo de plantas que contienen oxalatos; algunas de ellas son utilizadas como alimentos o purgantes, como el ruibarbo o Rheum rhaponticum y las acederas, Rhumex acetosa. Esta última, muy apreciada para la elaboración de sopas, puede ser confundida con sus congéneres Rhumex conglomeratus y Rhumex crispus, que son mucho más ricas en ácido oxálico, en especial la segunda. Precisamente por ingestión de esta falsa acedera se registró un caso mortal a finales de los ochenta en Barcelona 8. Otras plantas con oxalatos son decorativas, como las de la familia Araceae, Dieffenbachia, Philodendron, Caladium, Alocasia(Figuras 1y 2) y están presentes en numerosos hogares y lugares comunes.

La ingesta abundante de las consideradas comestibles puede provocar alteración hepática, renal y cardíaca por depósito de cristales de oxalato cálcico insolubles, formados tras la reacción del ácido oxálico absorbido con el calcio plasmático; los casos graves se acompañan de hipocalcemia y acidosis metabólica. El tratamiento es sintomático y de mantenimiento. Por otro lado, el solo intento de masticación de hojas de aráceas decorativas da lugar a irritación orofaríngea, disfagia, náuseas, vómitos y, en casos extremos puede aparecer shock. Para la irritación orofaríngea típica de la Dieffenbachia (caña muda) es útil el dar a chupar trocitos de hielo.

1. 2. PLANTAS CON AFECTACIÓN CARDIOVASCULAR

Algunas plantas comunes de jardín contienen substancias digitálicas que han sido responsables de intoxicaciones graves e incluso de muerte. En algunos casos la intoxicación se ha producido al beber el agua de un jarro que había contenido las flores, o tras la ingestión de infusiones. Inicialmente se presentan síntomas gastrointestinales que se siguen de trastornos de la conducción cardíaca y arritmias severas. Entre las plantas causantes de este síndrome encontramos: la adelfa, baladre, llorer rosa o Nerium oleander(Figura 3), la convallaria, mugueto o Convallaria majalis(Figura 4) y la digital, lirio de los valles o Digitalis purpurea(Figura 5). Todas las partes son tóxicas pero en especial las flores. Otra planta con marcada acción cardiotóxica es el tejo o Taxus baccata y el principal tóxico en un alcaloide llamado taxina.

Las manifestaciones más frecuentes son digestivas y puede causar convulsiones, depresión de conciencia y respiratoria, pero sus efectos mortales se deben a la hipotensión, bradicardia y acciones cronotrópica e inotrópica negativas.

El tratamiento es el propio de la intoxicación digitálica, habiéndose llegado a utilizar en algún caso los anticuerpos antidigital 9.

Existe un grupo de plantas liliáceas que pueden producir graves intoxicaciones por su contenido en alcaloides con actividad en el tono vasomotor y la frecuencia cardíaca. Se trata de la ballestera, eléboro blanco o Veratrum album, el eléboro americano, V. viride y V. californicus, y la cebadilla o Schoenocaulon officinalis. La más frecuente en Europa es el eléboro blanco, que crece en prados húmedos de regiones montañosas. Contienen numerosos alcaloides que producen un rápido incremento de la permeabilidad al sodio a nivel de las membranas de las células excitables. Producen descenso de la presión arterial y bradicardia, por un estímulo parasimpático vagal, y es posible que actúen también por otros mecanismos, como la inhibición del sistema simpático, o el estímulo directo de los centros vasomotores. El tratamiento consistirá en vaciado gástrico (jarabe de ipeca o lavado), seguido de la administración de carbón activado y catárticos. Como antídoto se utilizará la atropina.

1. 3. PLANTAS QUE AFECTAN AL SNC.

Numerosas plantas pueden originar trastornos del SNC. Con el incremento del número de toxicómanos en nuestro país, los envenenamientos por especies con efectos alucinógenos han ido en aumento en los últimos años 9. Las más comúnmente usadas, especialmente en forma de infusiones, son las llamadas "plantas tropánicas": la belladona, belladama, tabaco bastardo o Atropa belladonna; el estramonio, higuera del infierno, higuera loca o Datura stramonium y el beleño, adormidera de zorra, flor de la muerte o Hyosciamus albus e H. niger. Las tres producen un cuadro clínico similar caracterizado por sequedad de boca, visión borrosa, midriasis, rubicundez, palpitaciones, taquipnea, agitación psicomotriz, alucinaciones y, a dosis elevadas, incluso coma y paro respiratorio 10. El alcaloide más importante es la L-hiosciamina que se encuentra en todas las partes de las plantas. El tratamiento de elección es la fisostigmina (Antilirium®, Anticholium®), un colinérgico que atraviesa la barrera hematoencefálica. Las dosis iniciales a utilizar serán para un adulto de 1 a 2 mg IV lento (entre 2 y 5 min), y para un niño de 0.2 a 0.5 mg IV lento (en 5 min), que pueden repetirse cada 15-30 min.

Algunas plantas se caracterizan por su efecto estimulante sobre el SNC, de aparición rápida tras la ingesta y en general precedida de sintomatología digestiva. La clínica suele ser de taquicardia, ansiedad, irritabilidad, rigidez muscular, temblor, alucinaciones y más raramente convulsiones. El tratamiento es sintomático, con utilización de benzodiacepinas o barbitúricos para controlar las crisis convulsivas, recordando que el vaciado gástrico mediante inducción de vómito debe realizarse solo si el intervalo asistencial es muy corto, debido al riesgo de broncoaspiración.

Entre las plantas con potencial psicoestimulante se encuentran el roldón, emborrachacabras, hierba zapatera o Coriaria myrtifolia, arbusto frecuente en la zona mediterránea y cuyo fruto de color negro brillante puede ser confundido facilmente con las moras, lo que ha dado lugar a intoxicaciones sobretodo infantiles 11.

La acacia de las carreteras, robinia o Robinia pseudoacacia, es un árbol que puede encontrarse en parques, jardines urbanos, carreteras o bosques. La intoxicación se produce fundamentalmente por ingesta de la corteza, lo que pueden hacer los niños como sustituto del regaliz. La clínica es de tipo digestivo y solo en los casos de ingesta importante aparecen las manifestaciones de hiperexcitabilidad y aumento del tono simpático 12.

La cicuta, Cicuta maculata, es una planta de la familia de las umbelíferas, a la que pertenece también el perejil común. Es conocida también como perejil lobuno, fonoll de bou y cañaleja, y su consumo accidental es debido a que se la confunde con el perejil y el hinojo, de los que se diferencia sin embargo por su olor fétido desagradable. Todas las partes de la cicuta son tóxicas, pero en especial las hojas, las raíces y los rizomas. Contienen un alcaloide alifático insaturado, la cicutotoxina, y un derivado piperidínico, la coniina, que son potentes tóxicos del sistema nervioso central: producen parálisis rápidamente progresiva, trastornos de la sensibilidad, convulsiones y muerte por parada respiratoria; se asocian trastornos del ritmo cardíaco e inicialmente síntomas digestivos. El tratamiento es sintomático y de soporte.

Otras plantas con afectación del SNC son el jazmín o Gelsemium sempervivens, que produce un cuadro de debilidad muscular, convulsiones e insuficiencia respiratoria que cede con la administración de atropina, y el acónito, Aconitum nepellus, que además tiene una marcada acción cardiotóxica. El tratamiento es sintomático y de soporte.