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Capítulo 10. 12. Intoxicaciones y picaduras
de animales
4. ENVENENAMIENTOS POR INVERTEBRADOS
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4. 1. INSECTOS Las hormigas son menos agresivas que el resto de himenópteros al ser menos móviles, al menos que no se moleste su hábitat. La más peligrosa de ellas es la roja de la especie Solenopsis, de las que existen ejemplares en Europa, habiendo sido importadas de Estados Unidos, son las "hormigas de fuego" (Solenopsis invicta de la costa del golfo de México y Carolina del Sur y Solenopsis ricliteri, en zonas del Misisipi y Alabama), propias de Sudamérica desde donde se han extendido a otras zonas. Producen picaduras múltiples, originando lesiones múltiples. Cada picadura produce una pápula característica, que en 24 horas forma una pústula estéril de 2-4 mm de diámetro y finalmente una escara. Su veneno contiene alcaloides de la piperidina. Es frecuente la infección secundaria por estreptococo, para lo que se administra antibiótico. La muerte en el hombre es rara y se debe a cuadros de hipersensibilidad con signos locales y sistémicos. A los que desarrollan estos cuadros habrá que desensibilizarlos con extractos totales de hormigas. En la Península Ibérica hay una hormiga venenosa, roja, la hormiga roja chica (Myrmica rubra laevinoides), que tiene una aguijón abdominal, pero sus picaduras son poco serias 25. Las hormigas gigantes (Paraponera clavata), propias de los bosques de América Central y Sudamérica, son llamadas "falofas" y "tucandeiras", miden hasta 3 cm y poseen un fuerte aguijón por el que inoculan un veneno potente, que origina dolor local y ampolla con cierto grado de necrosis en el lugar de la picadura. Aparece además linfadenopatía regional, escalofríos y fiebre que puede durar varios días. En Asia hay diversas especies de hormigas de fuego como la del género "sima", frecuentes en la India , o como la Tetraponera rufonigra de Malasia. Todas ellas al picar causan dolor y edema. Aunque el peligro mayor son las reacciones anafilácticas por sensibilización al veneno. Hay una "hormiga gigante o elefante", pero carece de aguijón y su mordedura es poco importante. En Australia hay hormigas "bull-dog" con aguijón venenoso y con potentes mandíbulas. A pesar de que su picadura no reviste gravedad, por su alta frecuencia mueren todos los años más personas en EEUU y Europa que por mordedura de serpientes, como consecuencia de la sensibilización al veneno y una reacción anfiláctica. La muerte puede venir, también, por picadura de cientos de miles de insectos individuales, como la Apis mellifera (abeja de la miel) que vive en grandes colonias. Las abejas asesinas de Brasil son muy agresivas, pudiendo atacar a hombres o animales. El aguijón en el caso de las abejas solo lo poseen las obreras, no existiendo en machos o zánganos. Es similar para avispas y hormigas, consta de un estilete y dos lancetas, el estilete envaina parcialmente las lancetas y entre los tres encierran el canal del veneno. Al picar la abeja el aguijón es clavado perpendicularmente, las lancetas se mueven hacia adelante, alternativamente, agrandando la herida por punción del estilete, y bombeando el veneno hacia el interior de la herida. A diferencia de avispas y hormigas, el aguijón de abejas está arponado y queda clavado en la piel tras la picadura, no pudiendo extraerlo el insecto a menos que desgarre parte de su intestino distal, lo que suele causar su muerte posterior 26. No se sabe con seguridad la composición del veneno, posee mediadores de la inflamación, pero no sabemos con certeza si tiene histamina, serotonina y cininas. Fosfatasa ácida, fosfatasa alcalina, lisolecitina que daña las células. Contiene acetilcolina que media la desgranulación de mastocitos, una toxina llamada apimina, hialuronidasa que destruye las uniones celulares y hasta doce proteinas antigénicas pero no enzimáticas la melitina, capaz de romper las membranas celulares. Los síntomas duran pocos minutos, a veces horas, incluyen dolor local, prurito, eritema y ligero edema. A veces hay náuseas, vómitos, dolor abdominal, fiebre, síncopes y convusiones 27. Son graves los casos con múltiples picaduras. Las abejas cuando se sienten amenazadas liberan sustancias odoríferas de alarma que atraen a sus compañeras mas próximas. Estas picaduras masivas son graves, fatales si superan las 20-30 picaduras, causando edema generalizado, lesiones ampollosas y purpúricas, colapso cardiovascular e insuficiencia renal aguda por mioglobinuria que origina necrosis tubular. La mayoría de casos mortales se deben a hipersensibilidad alérgica, tras una primera picadura sensibillizante. Las reacciones pueden agruparse en 3 grupos 28, 29, 30: 1. Reacciones anafilácticas inmediatas. Aparece a los pocos minutos de la picadura un cuadro de prurito generalizado, urticaria, rinorrea, lagrimeo, tos, sensación de cuerpo extraño en faringe, broncoespasmo, edemas laríngeo, angioedema o shock anafiláctico. La muerte se produce por obstrucción de las vías respiratorias o por shock. 2. Grandes reacciones locales. Con eritema, edema tras la picadura, que son de gran magnitud y persisten mas de un día. 3. Reacciones tardías. aparece una o dos semanas tras la picadura, urticaria, angioedema, artralgias, linfadenopatía, fiebre y proteinuria. Vasculitis y síndrome nefrótico. Además de la abeja común, hay otras especies como la abeja gigante de asia (Apis dorsata), las abejas índias (Apis indica y Apis florea) y la abeja africana (Apis mellifica adansoni). Esta última es la abeja "asesina", gran productora de miel, pero muy agresiva. Warwick E. Kerr introdujo la abeja en Brasil con el propósito de cruzarlas con abejas comunes y así disminuir su agresividad., pero escaparon varias reinas fértiles, y se ha extendido hasta México y Argentina. Puede producir la muerte de una persona, en Brasil y México hay descritos casos fatales. Los abejorros (Bombus, Megabombus y Pyrobombus) son menos agresivos que las abejas y rara vez pican, a menos que se les trate de capturar. La sintomatología de la picadura es idéntica a la producida por la abeja. El veneno de las avispas es muy parecido al de las abejas, aunque con ciertas diferencias antigénicas. La sintomatología es similar. La proporción de reacciones anafilácticas y de accidentes fatales es mayor, lo que debe estar en relación con una proteína, el antígeno-5 ausente en el veneno de abejas. El aguijón de las avispas es liso, no arponado como el de abejas, pudiendo producir varias picaduras sucesivas sin que su aguijón quede clavado y fijo en la piel. Pueden vivir en colonias o avisperos con miles de individuos, o en pequeños avisperos que contienen celdillas hexagonales, son las llamadas "avispas papeleras". En Europa viven muchas especies, todas venenosas, como las avispas papeleras (Polistes gallicus y Polistes dominulus), el avispón (Vespa crabro) y las vespulas. La avispa tigre asiática ataca a quién se acerque a sus nidos, por ello los indígenas hacen tortuosos senderos por la selva para evitarlos. Casi todas las especies tienen coloraciones de advertencia con alternancia de amarillo y negro. 4. 1. 4. Tratamiento de las picaduras por abejas, avispas y hormigas Ante una picadura de abeja, el aguijón ha de ser extraído con cuidado, bien por raspado, o con unas pinzas, pero sin exprimirlo para evitar una mayor inyección del veneno. La aplicación de hielo disminuye el dolor y el ligero edema que se forma. Administraremos un antihistamínico H1 por vía oral y un corticoide i.m. (0,5 a 1 mg/kg peso), no siendo imprescindible salvo en pacientes con antecedentes de reaccciones anafilácticas o grandes reacciones locales. También se pueden utilizar pautas desensibilizantes si estas se han producido. La adrenalina al 1:1.000 por vía subcutánea es el tratamiento de elección en shock anafiláctico o edema laríngeo. El tratamiento de las picaduras múltiples se realiza con antihistamínicos por vía sistémica, corticoides y sueros endovenosos. La necrosis tubular aguda se puede evitar consiguiendo una buena diuresis. Las personas sensibles a las picaduras deben cuidar unas medidas preventivas como no podar setos, no coger flores, no andar con los pies descalzos, no utilizar perfumes ni utilizar colores llamativos, no comer golosinas ni consumir bebidas azucaradas al aire libre, etc. Pueden llevar adrenalina, jeringuillas, e inhalador de epinefrina. Los triatomas se nutren de sangre de vertebrados, su mordedura es venenosa. Tienen sus nidos en las fisuras de paredes de casas y establos. La mordedura es indolora, pero el insecto puede provocar dolor intenso en el lugar de la mordedura si es molestado durante la succión. Puede desarrollar distintas lesiones en el lugar de la mordedura en función de que el huésped haya sido sensibilizado o no. Estas incluye lesiones papilares con un punto central; vesículas pequeñas confluyentes, en ocasiones hemorrágicas, con edema y eritema; lesiones urticariales gigantes y lesiones nodulares o bullosas hemorrágicas de la mano o pié que se desarrollan varios días después de la mordedura. El tratamiento es sintomático. Los triatomas son vectores de la tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas. 4. 1. 6. Escarabajos Ningún escarabajo es venenoso, carece de aguijón o de cualquier dispositivo inoculador. Se defienden soltando líquido de aspecto, olor o sabor desagradable. Muchas especies de la familia Meloidae contienen en sus líquidos corporales una sustancia, la cantaridina, que al manipular o aplastar a uno de estos escarabajos causa una gran irritación de la piel con formación de vesículas dolorosas que pueden persistir semanas, y conjuntivitis producidas al llevar las manos a los ojos. Las especies mas ricas en cantaridina son la Cantárida o mosca de España (Lytta vesicatoria). En menor grado la poseen las "carralejas o aceiteras" (Meloe proscarabeus, M. violaceus, etc.) y las especies del género Zonabris. En el desierto del Kalahari viven unos coleópteros (Diamphidia y Polyciclada), sus crisálidas son usadas por los bosquimanos "san" y "kun" como veneno de caza, impregnando las puntas de flecha con su jugo tras ser aplastadas. Un solo rasguño con dicha punta puede ser mortal para el hombre en un día. La zona de piel en contacto con cantáridas debe ser lavada cuanto antes con agua y luego se puede aplicar un corticoide tópico. Si hay afectación de los ojos, los lavaremos y aplicaremos posteriormente un colirio anestésico o antibiótico. La ingestión de cantáridas se trata con provocación del vómito con jarabe de ipecacuana o con lavado gástrico y sueros endovenosos para aumentar la diuresis. Algunas orugas de lepidópteros son venenosos al estar revestidas de multitud de pelos quitinosos urticarizantes que liberan histamina y acetilcolina, o de proteínas que inoculan proteínas con capacidad histaminógena. La secreción venenosa proviene de células que revisten los pelos o de glándulas existentes en la base de las espinas. En la Península Ibérica y parte de Europa son muy frecuentes los cuadros urticariales por la "procesionaria del pino" (Thaumetopoea pinivora). Se ven desde finales de abril hasta principios de julio, forman largas filas cuando se desplazan, pues son gregarias. Los niños atraídos por las hileras de orugas juegan con ellas, el contacto con ellas causa en zonas sensibles y de piel fina, dolor, eritema y habones de urticaria. Algunas personas pueden tener rinitis y conjuntivitis alérgicas si están sensibilizadas. Hay otras procesionarias como la del roble (Thaumetopoea processionea) y la de las plantas bajas (Thaumetopoea herculeana), que dan cuadros similares. Las orugas de las mariposas quelonias o gitanas dan también estos cuadros. Las espinas o pelos adheridos a la piel pueden ser desprendidos con unas pinzas o con esparadrapo o cinta adhesiva que se fija a la piel irritada y se despega a continuación. Luego aplicaremos un corticoide tópico y si el prurito es muy intenso un antihistamínico vía oral. 4. 1. 8. Chinches, mosquitos, pulgas y piojos 4.1.8.1. Chinches Los chinches son insectos himenópteros, poseen un pico puntiagudo o trompa con el que aspiran jugos vegetales o animales. Algunas especies pican al hombre para alimentarse de su sangre, ocasionándole gran picor y lesiones cutáneas que varían desde habones urticariales, grandes pápulas eritematosas o edema de cierta intensidad. Se observan distribuidas en pequeños grupos y pueden eczematizarse e infectarse por rascado. Estas lesiones aparecen por inoculación de la saliva del insecto, que contiene proteínas extrañas y enzimas. Pueden aparecer reacciones de hipersensibilidad con urticaria generalizada, vasculitis cutánea, artralgias y asma bronquial. El más frecuente es el chinche doméstico o de las camas (Cimex lectularius), otra especie afín (Cimex hemipterus), hoy en regresión por el uso de insecticidas. Hay también chinches asesinas o reduvios (Reduviidae) viven de los jugos de otros artrópodos a los que matan, es difícil que piquen al hombre a no se que se les manipule, en dicho caso la picadura es dolorosa, con edema y urticaria gigante. 4.1.8.2. Mosquitos Estos dípteros son transmisores de varias enfermedades. Su picadura produce una pápula muy pruriginosa precedida de eritema e hinchazón, y en el caso de moscas hematófagas con trompas largas y robustas, de un nódulo o induración subcutánea más profunda con extravasación de pequeña cantidad de sangre. Estas lesiones son fugaces, persistiendo desde varias horas a días. Las personas mas sensibles pueden presentar manifestaciones intensas a nivel local como vesículas, bullas de contenido líquido, urticaria, reacción eczematosa, incluso fiebre y malestar general. Puede haber reacciones anafilácticas casi siempre locales, pues se introduce poca cantidad de saliva. Pican al hombre algunas especies de la familia Culicidae, con dos subfamilias culicinae (géneros Culex, Aedes) y los Anopheles transmisores del paludismo. Los flebotomos, "moscas de las arenas" o "palotillas" (Phlebotomus y Lutzomya) son transmisores de la leishmaniasis conocida como "Kalaazar" o "botonón de oriente" y de una bartonelosis propia de las regiones andinas conocida como "enfermedad de carrión". Los Simulium o "mosquitos negros" o "mosquitos búfalo" transmiten un tipo de filariasis que da lugar a la llamada "ceguera de los ríos" o "de los pantanos". Algunas moscas pueden picar al hombre como la hembra de tábanos o "moscas de caballo" que son hematófagas y la "mosca de los establos" (Stomoxys calcitrans) produce una picadura dolorosa, con una mácula eritematosa y en su centro se acumula sangre. La tripanosomiasis o "enfermedad del sueño" es transmitida por la mosca Tse-tse (Glossina palpalis, Glossina morsitans y Glossina tachinoides). Otras moscas pertenecientes a las familias Calliphoridae, Sarcophagidae, Oestridae y Muscidae pueden depositar huevos sobre las heridas, en orificios naturales o bajo la piel. Al eclosionar las larvas, se alimentan de los tejidos del huésped dando lugar a la miasis. 4.1.8.3. Pulgas Las pulgas son insectos, parásitos externos de la piel de mamíferos y aves, de los que chupan su sangre. Poseen uñas fuertes y numerosas cerdas que evitan que resbalen, su cuerpo es aplanado lateralmente lo que hace difícil su aplastamiento. Varias especies pican al hombre originando irritación, lesiones eritematosas o papilares, a menudo dispuestas en fila o en grupos, en áreas de piel en contacto con cinturones, bandas elásticas o ropas apretadas. Las personas sensibilizadas experimentan urticaria, erupciones vesiculosas o eritema multiforme. Si se infectan dan lugar a piodermitis o furúnculos. La pulga del hombre (Pulex irritans) es hoy menos frecuente, siendo mas comunes la del perro (Ctenophalides canis) y la del gato (Ctenophalides felis), pudiendo parasitar también al hombre. Las pulgas de la rata y demás roedores pueden transmitir la peste bubónica o negra y la turalemia. Las ninguas, pulga de la arena o Tunga penetrans pica para chupar sangre, su hembra se introduce bajo la piel, donde permanece el resto de su vida para efectuar la puesta de huevos. La lesión se localiza en los dedos, plantas de pies, tobillos, pliegues interdigitales, tiene una mancha central oscura rodeada de un área mas pálida. Mas tarde se transforma en una úlcera dolorosa que se puede infectar, abscesificandose. Su tratamiento es quirúrgico, agrandándose con una aguja el orificio central, y se aprietan los bordes para evacuar el parásito, posteriormente se aplica un desinfectante. Son originarias de Sudamérica, pero están muy extendidas por África. 4.1.8.4. Piojos Toda su vida la pasan en el huésped, incluso ponen los huevos sobre anejos cutáneos a los que se adhiere por un cemento, su cuerpo es plano y están dotados de fuertes uñas por las que se adhiere a pelos. Los piojos masticadores o malófagos son propios de las aves, y los chupadores de los mamíferos. El hombre es parasitado por el piojo humano (Pediculus humanus) con dos variedades Pediculus capitis y corporis, y por el piojo del pubis (Phthirus pubis). Vive en el pelo de la cabeza para el piojo de la cabeza, en las fibras de la ropa para el piojo del cuerpo y el pubis para la ladilla.El contagio se produce por contacto, ropa y en el caso de la ladilla con el coito. Al picar inyectan una saliva irritante que produce una pápula eritematosa y pruriginosa. Al rascarse aumenta la inflamación y pueden aparecer infecciones secundarias como impétigo y furunculosis. Los piojos del cuerpo transmiten el tifus exantemático y la fiebre de las trincheras por ricketsias, así como fiebres recurrentes por borrelias. Un cuadro raro y poco conocido es la parálisis o toxicosis por mordedura de piojos. Se cree causada por una neurotoxina producida por los piojos hembra, acarina, mientras se alimentan. Aparece un cuadro clínico de parálisis motora ascendente que se confunde con el síndrome de Guillain-Barré, la muerte sobreviene por parálisis respiratoria. El diagnóstico se establece por el hallazgo del piojo. Es producido por piojos de la familia Ixodidae (Dermacentor andersoni, Dermacentor variabilis, Amblyomma americanum y Amblyomma maculatum). 4.1.8.5. Tratamiento Basta con administrar un corticoide tópico sobre la picadura, y si esta es muy pruriginosa administrar un antihistamínico oral. Las pomadas antihistamínicas son útiles pero causan fotosensibilidad. Las lesiones ampollosas pueden puncionarse y desinfectarse. Si se forma un impétigo por contaminación tras rascado se debe aplicar una pomada antibiótica. Los miriápodos (ciempiés y milpies) no suelen ser peligrosos para el hombre. Los milpiés no son venenosos. Los cienpiés o escolopendras poseen unas mandíbulas en forma de tenaza, en cuyos extremos distales desembocan los conductillos de salida de unas glándulas venenosas. Sus mordeduras son dolorosas, con dos punciones hemorrágicas, eritema, edema e inflamación local. En la Península Ibérica y Europa hay especies (Scolopendra morsitans y Scolopendra cingulata), con un tamaño pequeño de menos de 15-20 cm, causando dolor y síntomas locales. En Asia, África y Selvas Americanas hay especies mas grandes que pueden llegar a 30 cm, originando su picadura además de síntomas locales, miolisis con mioglobinuria e incluso insuficiencia renal aguda. El tratamiento de la picadura de estos miriápodos se realiza con antihistamínico H1 por vía oral y corticoides por vía intramuscular. Para aliviar el dolor se usa un analgésico o infiltraciones locales con novocaína, la aplicación de hielo puede ser útil. Todas las arañas poseen venenos que les sirven para paralizar los insectos, que son sus presas habituales, y para disolver los tejidos de estos, que luego absorben dejando vacío el exoesqueleto de quitina. De las 50.000 especies conocidas solo una decena son peligrosas para el hombre. Esto se debe a que en la mayoría de las ocasiones estos venenos son inofensivos para el hombre o la araña es incapaz de traspasar la piel humana al picar. El aparato inoculador es similar para todas las especies y consta de un par de mandíbulas llamadas quelíceros, que se sitúan a ambos lados de la boca a modo de ganchos o tenazas. Cada quelícero consta de dos segmentos o artejos, en el más proximal hay una glándula venenosa rodeada de algunas fibras musculares, y en el extremo distal el orificio por el que el veneno es vertido en el momento de la picadura. Los efectos de los venenos pueden oscilar desde inaparentes o responsables de escasa reacción inflamatoria local a producir necrosis de la piel y hemólisis. Las arañas viudas pertenecen al género Latrodectus, habiendo adquirido fama de muy peligrosa la viuda negra, falleciendo todos los años alguna persona en USA y Brasil. Su nombre se debe a que la hembra de 13 mm tras la cópula se come al macho de 6 mm. Están presentes en Europa, Asia, África, América del Norte, Sudamérica, Australia; en Almería últimamente son mas frecuentes sobre todo en los invernaderos habiendo descrito varios casos de mordedura por dicho animal 31. La verdadera viuda negra es una forma Americana o Latrodectus mactans, tiene el dorso o parte superior del abdomen de color totalmente negro y dibujo en reloj de arena o trazas de él en su parte ventral. Otras formas Americanas son Latrodectus hesperus y Latrodectus variolus, en el oeste y norte de USA y Canadá; la viuda roja o Latrodectus bishopi y la viuda marrón o Latrodectus geometricus que viven en Florida y Sudamérica, esta última es muy ponzoñosa. En África y Madagascar encontramos la viuda manchada o Latrodectus maculatus, y la viuda blanca o Latrodectus pallidus, con abdomen blanco lechoso. En Europa hay varias especies Latrodectus lugubris de Rusia, Latrodectus malmigniatus de Europa central y Latrodectus tredecimguttatus de los paises mediterráneos entre ellos España, siendo mas frecuente en Valencia y Andalucía (En Almería entre los invernaderos). El veneno contiene lípidos, carbohidratos y proteínas; una proteína es la alfa-latrotoxina que es una neurotoxina, bloquea la conducción nerviosa en las placas neuromusculares al liberar acetilcolina. Su picadura es inaparente en el momento de la misma, mas tarde aparece dolor local y eritema, que a veces no se relaciona con la picadura de la araña. El cuadro clínico general se conoce como latrodectismo presentándose minutos, horas tras la picadura con dolores cada vez mas intensos por todo el cuerpo, sensación de ardor o escozor en la planta de los pies, calambres y espasmos musculares, hiperreflexia osteotendinosa, rigidez de la pared abdominal, posición fetal de la víctima, priapismo, retención urinaria, fasciculaciones, parestesias, cefaleas, nauseas, vómitos, sudoración profusa y ansiedad extrema. Las contracciones musculares y la fascies latrodéctica por contractura de los maseteros, puede hacer confundir el cuadro con un tétanos o intoxicación por estricnina. El abdomen duro o en tabla puede llevar a realizar laparotomías erróneas. Además puede aparecer febrícula, delírio, insuficiencia renal, convulsiones y fallo cardiopulmonar. Estas últimas complicaciones son raras, siendo la mortalidad inferior al 5%, de uno o dos casos anuales en USA y otros tantos en Sudamérica, en Europa la mortalidad es prácticamente nula 32. En su tratamiento el primer problema es haber diagnosticado que se trata de latrodectismo por ello debemos buscar la picadura de la araña, se trata de dos diminutas marcas eritematosas separadas por una distancia de 1 ó 2 mm, a veces con cierto edema. Para calmar el dolor administraremos analgésicos como aspirina o paracetamol e incluso opiáceos, pero no suelen dar gran resultado. Los relajantes musculares son útiles, sobre todo el gluconato cálcico al 1:10, se administran 10 ml disueltos en salino o glucosado. El Diacepán y metocarbamol son menos eficaces. Controlaremos de forma periódica presión arterial, frecuencia cardíaca, de aparecer hipertensión arterial administraremos fármacos hipotensores. La neurotoxicidad severa con riesgo de parada respiratoria y tetania son indicación de ingreso en UCI, intubación endotraqueal y ventilación mecánica. Existe un suero antivenenoso en Estados Unidos (Lyovacâ ), indicado en la picadura por arañas americanas que son las mas peligrosas, se expende en ampollas de 2,5 ml y suele bastar con una. Debemos realizar profilaxis antitetánica. Los corticoides y antihistamínicos no tienen utilidad. Las arañas reclusas o pardas pertenecen al género Loxosceles. Son pequeñas de 10 a 15 mm, de color marrón y con un dibujo en forma de violín sobre la parte dorsal del cefalotorax. Algunas poseen un veneno potente citotóxico y hemolítico que origina necrosis de piel, tejido celular subcutáneo y músculo subyacente, que se conoce como loxocelismo o aracnoidismo necrotizante. Las especies mas peligrosas son Loxosceles reclusa del sur de los EEUU y Loxosceles laeta de América del Sur. En el Mediterráneo y la Península Ibérica vive la Loxosceles rufescens, pero su mordedura solo causa edema local y no necrosis o muy leve. El veneno contiene hialuronidasa, fosfolipasa, fosfohidrolasa, esterasa, fosfatasa alcalina y proteasa. La dermatonecrosis probablemente esté en relación conesfingomielinasa-D, que lisa las membranas celulares y produce hemólisis. El sitio de la picadura suele estar en nalgas, muslos, y en ocasiones en cara. A veces sin dolor, otras veces hay localmente picor, dolor y sensación de escozor, con halo azulado en torno a la picadura o cianosis local. Posteriormente aparece pápula o bulla que se transforma en úlcera gangrenosa, cubierta por costra o escara. El diagnóstico diferencial se hace con las picaduras de otros artrópodos, piodermitis y con el pioderma gangrenoso 33. En las formas severas hay fiebre alta, mialgias y anemia hemolítica intensa y progresiva con hemoglobinuria, puede llevar al fracaso renal agudo, al CID y en ocasiones al coma y a la muerte. Estas formas severas aparecen en el 13 % de los casos, sobre todo en niños y ancianos. Su mortalidad es del 30 % aún con tratamiento. El diagnóstico será clínica, aunque podemos usar un test de inhibición de la hemaglutinación, pero como máximo puede usarse un día tras la picadura. La biopsia de piel tampoco es específica. Tratamiento, en las ulceras pequeñas de menos de 2 cm de diámetro, sin progresión, solo precisan desinfección periódica y apósitos estériles, dejando el miembro con la picadura en alto. Si las úlceras son mayores de 2 cm de diámetro administraremos corticoides por vía sistémica, aunque su beneficio no ha sido demostrado. Si parece ser útil la dapsona a 100 mg/día por vía oral, en limitar la extensión de la dermatonecrosis. La mayoría de cirujanos optan por dejar que la úlcera cure por granulación, con desinfección meticulosa, desbridamientos y colocación de agentes secantes y limpiadores., posteriormente colocaremos un injerto cuando ya esté curada. Existe un suero antivenenoso o antiloxoscélico, pero para que sea útil ha de ser administrado antes de 30 minutos desde la picadura. Las formas graves o generalizadas pueden llevar a la muerte, debiendo quedar ingresado en el hospital con controles periódicos de hemograma, coagulación, urea y creatinina. Unos leucocitos de 20.000 a 30.000 indican gravedad. Para el tratamiento se usan corticoides, transfusiones de hematies, plaquetas, plasma y factores de coagulación si fueran necesarios, y tratamiento de la insuficiencia renal. Las tarántulas o arañas lobo pertenecen a la familia Lycosidae, están difundidas por zonas secas y semidesérticas de paises templados y tropicales, viven en nidos excavados en la tierra o entre piedras. Varias especies se encuentran en la Península Ibérica y sur de Europa como Lycosa radiata, Lycosa tarentulla (L.fasciventris). En Estados Unidos hay otras como Lycosa carolinensis, Lycosa miami y Lycosa antelucana. Las picaduras son leves, dolorosas, con eritema, edema, linfangitis y pequeñas necrosis; en ocasiones con febrícula, nauseas y cefalea. Su mordedura no es tan grave como se cree 34, 35. Las especies Sudamericanas Lycosa raptatoria y Lycosa pampeana son algo mas peligrosas, no ocasionan mucho dolor, pero la lesión aparece eritematosa, edematosa y en días posteriores aparece una necrosis cubierta por una costra Para el tratamiento basta con reposo del miembro afecto, aplicación local de hielo, una analgésico si hay dolor, un antihistamínico, en ocasiones un corticoide intramuscular, desinfección de la lesión y profilaxis antitetánica. Si hay infección añadida se prescribirán antibióticos. Se conocen unas 1.500 especies de escorpiones de las que 50 son peligrosas para el hombre. Son arácnidos, con grandes pinzas o pedipalpos, quelíceros mas pequeños, cuatro pares de patas, un cefalotórax, un abdomen constituido por siete segmentos anteriores anchos y otros cinco mas estrechos y elongados que conforman una especie de cola, en el extremo de la cual hay un último segmento llamado telson que contiene dos glándulas venenosas; dichas glándulas desembocan por dos orificios en el apéndice del acúleo, un aguijón que está incurvado en forma de uña o garfio. Este aguijón sirve para capturar los insectos que son sus presas y como función defensiva. Son nocturnos y de día se esconden bajo piedras o troncos derribados. Viven en desiertos, estepas y lugares áridos y pedregosos. Las especies mas peligrosas son Androctonus australis y Androctonus crassicauda, de los desiertos del norte de África; Buthotus tamulus, de India y Pakistán; Leiurus quinquestriatus, de Turquía y países aledaños; Tityus serrulatus, muy venenoso y responsable de unas cien muertes anuales, de niños sobre todo, en Brasil; Tityus bahiensis, en Brasil y Argentina; Centrurus noxius, de América Central y parte de Sudamérica; Centruroides exilicauda 36, de los desiertos de Arizona y México, también de dicha zona Centruroides sculpturatus 37 y Centruroides gerstchi; y Lychas scutatus y Lychas marmoreus, del sudeste de Asia y Australia, algo menos peligrosos que los anteriormente citados. En la Península Ibérica la especie más común es el escorpión europeo o amarillo, Buthus occitanus, conocido como "alacrán" difundido por otros países mediterráneos y el norte de áfrica, siendo la variedad del norte de África mas venenosa que la variedad del sur de Europa. El escorpión negro europeo o de cola amarilla es otra especie que habita en España, prefiere regiones húmedas y septentrionales de España, mide unos 4-5 cm, siendo su color negro, su picadura es leve originando un leve y fugaz dolorimiento. Los venenos de los escorpiones son proteínas citotóxicas y neurotóxicas. La gravedad de la picadura depende de la especie implicada, de la edad de la víctima, siendo mas grave en niños. En niños la mortalidad por picadura de las especies mas venenosas puede llegar al 10%, y al 20 % en lactantes, frente a solo el 1% en adultos 38. Los síntomas locales por picadura de escorpión varían según la especie implicada, desde ser similar a la picadura de una abeja con dolor, prurito, parestesias y algo de edema en el punto de la inoculación. Hasta picaduras que originan inflamación de toda la extremidad, con cordones linfangíticos, linfadenopatías, ampollas de contenido seroso o hemorrágico y equímosis en las zonas adyacentes a la zona de picadura. La gravedad de la picadura de escorpión no guarda relación con la gravedad local. Hay especies muy peligrosas que apenas dan reacción local. Los efectos generalizados y neurotóxicos incluyen nauseas, vómitos, ansiedad, sudoración, salivación, lagrimeo, dificultada para hablar y deglutir, diplopia, visión borrosa, taquicardia e hipo-hipertensión, aumento de temperatura corporal, dificultad respiratoria, defecación y micción involuntarias, priaprismo, fibrilaciones y espasmos musculares, convulsiones, coma y muerte. Es un cuadro parecido a la intoxicación por estricnina. Se han descrito arritmias, colapso cardiovascular y edema pulmonar. Pueden aparecer reacciones anafilácticas. La picadura del escorpión europeo, de ocho cm de longitud, se considera de mediana peligrosidad, origina fuerte dolor, de aparición inmediata, con edema y ampollas equimóticas en el punto de inoculación. Puede dar cefalea, vómitos, fiebre, linotimias y ligera disnea. No reviste gravedad excepto en niños pequeños, en nuestro país hay alguna muerte al año y algunas más en Marruecos. Una cuestión importante es identificar la especie de escorpión, para conocer su mayor o menor gravedad, para lo que tendremos en cuenta la zona geográfica donde se ha producido el accidente. Tratamiento. La incisión y succión de la picadura es útil si se efectúa antes de 2-3 minutos y se sospecha una especie peligrosa. La incisión será sobre la zona de la picadura y medirá 5-6 mm de largo y 2-3 mm de profundidad como máximo. Manteniendo la succión 30 minutos. El torniquete puede ser útil pero para ello debe impedir el retorno linfático pero no el flujo arterial y se debe relajar cada cierto tiempo, de todas formas su utilidad está controvertida. La extremidad afecta quedará inmovilizada y algo elevada. Se puede poner hielo local para disminuir el edema. El dolor lo calmaremos con analgésicos. El gluconato cálcico es útil si hay espasmos musculares (al 1:10, 10 ml disueltos en suero). Los corticoides y antihistamínicos no parecen tener utilidad. Desinfectaremos la herida y administraremos vacuna antitetánica. Si aparecen síntomas generales monitorizaremos electrocardiográficamente al paciente y tomaremos la presión arterial de forma periódica para vigilar la aparición de arritmias e hipertensión que trataremos farmacologicamente. En insuficiencia respiratoria administraremos oxigeno, siendo necesaria la intubación y ventilación mecánica en ocasiones. Las convulsiones aparecen en los casos mas graves, las trataremos con diacepan, fenitoina, y fenobarbital en niños. Los suero antivenenosos los usaremos en niños o si la especies es muy peligrosa. Hay sueros antivenenosos contra las especies mas peligrosas de Estados Unidos, México, Brasil, África, India y otras partes de Asia y Australia. Hay otro contra el escorpión europeo, difícil de conseguir, rara vez tiene indicación pues la picadura no suele revestir gravedad, salvo en niños de menos de 15 kg de peso o en el norte de África, donde tiene un veneno mas virulento. Las garrapatas son ectoparásitos que se alimentan de la sangre de mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Se conocen 800 especies. Se clasifican en dos familias, garrapatas duras o Ixodidae, y garrapatas blandas o Argasidae. Las formas juveniles están entre la hierba, hasta que se adhieren a algún animal al que muerden con su aparato picador, quedando firmes y sujetas a la piel, desarrollando un prominente abdomen en días sucesivos. Casi cualquier especie de garrapata puede atacar al hombre; de las garrapatas blandas producen picaduras las del género Ornithodoros y las del género Argas. En cuanto a las garrapatas duras las mas frecuentes son las del género Dermacentor, Amblyoma, Ixodes, , Rhipicephalus, Hyaloma y Haemaphysalis. En el hombre se instalan en el cuero cabelludo, detrás de las orejas y en los pliegues cutáneos. Su mordedura es con frecuencia indolora, pueden dejar una lesión macular de pocos milímetros de diámetro. Otras veces originan picor, dolor local, equímosis y una pequeña úlcera necrótica. Ciertas lesiones cutáneas son características de las enfermedades transmitidas, así la mancha negra aparece en la ricketsiosis y el eritema anular o eritema "migrans" en la enfermedad de lyme, una borreliosis. Las garrapatas son los principales agentes transmisores de enfermedades como las fiebres recurrentes, enfermedad de lyme, diversas fiebres hemorrágicas de etiología viral, encefalitis víricas, fiebre Q, fiebres exantemáticas o manchadas como la fiebre botonosa mediterránea. Pueden transmitir también turalemia, carbunco, erisipelas, piodermitis y babesiosis. Existe un cuadro de envenenamiento por garrapata, infrecuente y poco conocido, pero muy grave. Es la Parálisis flácida por mordedura de garrapata, causada por una neurotoxina, para que pase al huésped en cantidad suficiente, la garrapata debe estar alimentándose durante algunos días, por ello es más frecuente en niños y lactantes. En primer lugar aparece irritabilidad, apareciendo 24 horas mas tarde una debilidad en extremidades inferiores y una ataxia de rápida instauración, simulando el síndrome de Guillain-Barré. Posteriormente se instaura una parálisis flácida, con reflejos osteotendinosos disminuidos, abolidos e hipotonía o atonía muscular. Esta parálisis es ascendente y tras afectar a piernas, puede afectar a brazos, musculatura de tronco, cuello, faringe y lengua. Si aparece parálisis de los músculos respiratorios puede producirse la muerte. Dos datos clínicos nos hacen sospecharla, la ausencia de fiebre y el líquido cefalorraquideo normal. El tratamiento consiste en retirar la garrapata, cediendo espectacularmente la sintomatología en pocas horas, previamente hemos matado el parásito con gasolina, petróleo, queroseno, goma arábiga o laca que obstruye los poros de la garrapata o con insecticidas a base de piretrinas. Ya muerta desprenderemos la garrapata con unas pinzas, desinfectando el lugar de la picadura con agente yodado u otro antiséptico. En este lugar se puede formar un nódulo o granuloma muy pruriginoso, puede persistir años y contiene restos negruzcos. Son una clase de gusanos con abundantes cerdas o penachos espinosos a lo largo de su superficie dorsal de su cuerpo. En algunas especies estas cerdas están huecas y contienen un fluido venenoso que al penetrar en la piel causa dolor y picor intenso durante horas, con edema local o sensación de adormecimiento en la zona afectada. Estas cerdas son muy finas y quedan clavadas en la piel al menor roce con el animal. Es el caso de algunas especies del indopacífico como Eurythoë complanata, Lepidonotus melanogrammus, en las del género Chloeia, como Chloeia flava, Chloeia capillata y afines y en la especie del caribe Hermodice carunculata. Algunas especies de estos gusanos pueden ser encontrados en la Península Ibérica, como Aphrodite aculeata y Hermione hystrix, además de estas finas cerdas poseen otras mas robustas no venenosas, pero que son tan punzantes como agujas y pueden ocasionar dolor considerable. Los gusanos del género Nereis pueden morder con sus mandíbulas hasta hacer surgir sangre. Los del género Eunice originan cierta inflamación al morder y puede infectarse. La mordedura mas irritante es la del género Glycea, en el Mediterráneo Glycea convoluta. 4.6.2.1. Conos Los conos son unos caracoles marinos que viven en los fondos arenosos del indopacífico y del caribe. Son los animales más venenosos del mundo del coral. En el mediterráneo hay uno de pequeño tamaño y escasamente peligroso. Son carnívoros, alimentándose de moluscos, gusanos y peces, a los que paralizan mediante un diminuto aguijón que expulsan por la trompa o probóscide, situada en el extremo anterior de la concha. El aguijón está unido a la trompa por un ligamento tubular que conecta con la glándula venenosa. Poseen varios aguijones de reserva, que serán desplazados al extremo de la trompa para que estén listos para una próxima picadura. El veneno paraliza la presa, siendo ésta succionada y deglutida por la trompa, que contiene el esófago del cono y permite albergar peces tan grandes como el propio caracol 39. El veneno contiene cadenas polipeptídicas, la omega-conotoxina es neurotóxica y bloquea el impulso nervioso en la postsinapsis neuromusculares, deprime el sistema nervioso central y es algo hemolizante 40. La sintomatología tras la picadura incluye dolor como el de la picadura de una avispa, seguida de parestesias periorales, debilidad y parálisis musculares transitorias, dificultad para la deglución y fonación, dificultad para respirar, hipotensión arterial, convulsiones e incluso muerte por parálisis respiratoria. Lo normal es la recuperación espontanea en uno o dos días. Las especies mas venenosas son las piscícolas, como el cono estriado (Conus striatus), considerado el mas venenoso de todos, el cono tulipán (Conus tulipa) y el cono geógrafo (Conus geographus). Este último es la especie que más víctimas humanas ha causado. Todos estos y otros viven en el Indopacífico; en el Atlántico Américano y el Caribe los mas peligrosos, aunque su picadura no es mortal, son el cono alfabeto (Conus spurius) y el cono coronado (Conus regius). En Europa hay una sola especie, es el cono mediterráneo (Conus mediterráneas o Conus ventricosus), es inocua por su escaso tamaño, causando leves síntomas locales. La mortalidad en el caso de los mas venenosos llega al 50%. Por ello ningún cono debe manipularse sin usar gruesos guantes. El tratamiento es difícil, pues al principio el paciente no le concede importancia, pues nota un dolor similar al de la picadura de una avispa. Cuando empieza a sentirse mal es cuando acude al Hospital. Es útil realizar la incisión de 5-6 mm de longitud por 3 mm de profundidad seguido de succión, pero siempre que se realice en los primeros 2-3 minutos tras la picadura. En ocasiones el aguijón quedará clavado y deberá ser extraído con pinzas sin exprimirlo. Posteriormente trasladaremos al paciente a un Hospital donde monitorizaremos la función respiratoria y cardíaca. Si se presentan signos de hipoxia y mala ventilación pulmonar será precisa la intubación endotraqueal y ventilación mecánica, pudiendo conseguir una evolución favorable a las 6-12 horas tras la intubación. Si aparece hipotensión severa administraremos sueros endovenosos, y naloxona a 2-4 mg en adultos i.v. diluida en suero. No existen sueros antivenenosos ni antídotos específicos. 4.6.2.2. Pulpos Los pulpos y jibias son venenosos , al morder con sus picos córneos introducen saliva que es tóxica. En el hombre su mordedura se reconoce por una o dos punciones muy próximas, origina escaso dolor y ligero edema. El pulpo de manchas azules (Hapalochlaena maculosa), vive en las costas del sudeste de Australia, es de unos diez centímetros, con manchas de color azul intenso, forma anular, tentáculos y ha producido algún caso mortal entre submarinistas. La saliva de este pulpo contiene una fracción idéntica a la tetrodotoxina, que es una neurotoxina muy potente, bloqueo los canales del sodio en las membranas celulares de los tejidos excitables (sistema nervioso y músculo). Su mordedura es poco dolorosa y los síntomas aparecen a los cinco o diez minutos de la misma, incluyen dificultad respiratoria progresiva y en ocasiones muerte por parálisis de los músculos ventilatorios y diafragma a las dos o tres horas del accidente. No existe antídoto. El tratamiento de su mordedura es similar al de los conos y a él nos remitimos. 4.6.3.1. Erizos de mar Los erizos de mar son simétricamente radiados, poseen una estructura denominada pié tubular, que sirve como tentáculos y como órgano de locomoción. los erizos están recubiertos de espinas, se mueven gracias al pié tubular y a las espinas. La gran mayoría no son venenosos, pueden provocar lesiones por penetración de las espinas, algunas de hasta 30 cm de longitud, con infección sobreañadida 41. Algunos pueden además inocular sustancias venenosas, es el caso de los erizos de fuego, las especies como Asthenosoma varium, Asthenosoma intermedium y la del género Areosoma, son del indopacífico, tienen espinas principales y otras secundarias rodeadas cerca de su punta por una esfera que contiene veneno. Otras especies como Toxopneustes pileolus, Tripneustes gratilla del indopacífico y Tripneustes ventricosus del caribe, tienen entre las púas unos pedicelarios globíferos que terminan en tres valvas, cada una con un diente conectado a una glándula venenosa. El tocarlos o rozarlos origina intenso dolor y entumecimiento del miembro afecto. Si el número de espinas o pedicerios adheridos es mayor de quince o veinte aparecen paresias y parálisis musculares transitorias en el miembro afecto, hipotensión arterial y cierta dificultad para respirar. Los pedicerios adheridos continúan liberando veneno hasta que sean despegados. Otros erizos peligrosos son del género Diadema, Diadema setosum del indopacífico y Diadema antillarum del caribe, con espinas muy largas, afiladas y huecas de hasta 20 cm de longitud. Las púas se clavan profundamente y se rompe en músculo o bajo la piel, pues son huecas, en múltiples fragmentos lo que dificulta su extracción, liberan además un liquido venenoso que da dolor local. Es frecuente la sobreinfección de la zona. Otros erizos ligeramente peligrosos son los del género Echinothrix, Echinothrix calamaris como principal especie, del indopacífico, con púas muy largas que se parten con facilidad y veneno en su punta. 4.6.3.2. Estrellas de mar Solo existe una estrella de mar venenosa llamadas "coronas de espinas", pertenecientes al género Acanthaster, Acanthaster planci en el Indopacífico y mar Rojo y algo menos Acanthaster ellisi en el golfo de California. Tienen trece a diecisiete brazos con robustas púas, la punción con ellas ocasiona dolor, irritación de piel y cierto grado de edema. 4.6.3.3. Tratamiento Las lesiones producidas por erizos se deben en unas especies a sus púas y en otras a sus pedicelarios. En primer lugar hay que desprender con unas pinzas los pedicelarios que han quedado adheridas a la piel, de lo contrario siguen liberando veneno si está fijas. Posteriormente aplicaremos sobre la lesión ácido acético al 5% o vinagre para aliviar el dolor. También podemos conseguir esto bañando la zona lesionada en agua a 45º durante 30-90 minutos. Desinfectaremos la zona y aplicaremos corticoide tópico. Las personas sensibilizadas con posibilidad de reacciones alérgicas se controlan con antihistamínicos y adrenalina. Si hay heridas punzantes por espinas con saco venenoso, extraeremos estas con pinzas, aunque en la mayoría de las ocasiones será necesario el desbridamiento quirúrgico bajo anestesia local y tras radiografía. 4.6.4.1. Fisalias La fisalia o Physalia phisalis, también llamadas "fragatas portuguesas" no es un único animal sino una colonia de hidrozoarios o hidroideos. La colonia está compuesta por individuos especializados con funciones digestivas, reproductoras, defensivas, reunidos bajo una campana o neumatóforo, que contiene gas y sirve de flotador a la colonia. Tiene una superficie plana que actúa como vela y es guiada por las corrientes y los vientos. Bajo dicho flotador cuelgan largos tentáculos o dactilozoides, contraídos y enrollados en espiral, pero cuya longitud puede superar cuarenta metros en algunos casos. Estos tentáculos tienen miles de células o cnidoblastos, con unos filamentos microscópicos llamados nematocisto, estos se disparan por cambio de presión u osmolaridad al contacto con la presa, inyectando un líquido urticarizante y mortal para algunos peces de los que se alimentan las fisalias. El contacto de un nadador con sus tentáculos origina unas sensación quemante y dolorosa, que puede causar shock neurógeno, con el peligro de ahogamiento. El nadador en su lucha por librarse de los filamentos se enreda más en ellos, y recibe mas veneno. Originando un cuadro de cardiotoxicidad y neurotoxicidad, con hipotensión, taquicardia, arritmias, calambres musculares, dificultad respiratoria por parálisis del diafragma e incluso muerte por parada respiratoria y colapso cardiovascular. Puede haber fiebre, anafilaxia y fallo renal agudo por hemoglobinuria. En la piel habrá ronchas eritematosas lineales 42, 43. 4.6.4.2. Medusas Las medusas o acalefos son celentéreos con una fase de vida libre. Consta de una umbrela o campana, que es contractil y sirve para impulsarlas bajo el agua, de la que cuelgan tentáculos generalmente venenosos, por poseer cnidoblastos cargados por toxina nematocística. La gravedad de sus picaduras estan en relación con el número de tentáculos. Las mas peligrosas son las cubomedusas propias de aguas tropicales, son transparentes, de menos de diez centímetros, los tentáculos llegan a medir hasta un metro. Los casos mas graves han sido causados por el "avispón marino de Australia" (Chironex flekeri) también encontrado en Indonesia. Hay otros avispones marinos en el Indopacífico, costa Atlántica de Sudamérica y Caribe. Pueden originar muerte por parada respiratoria, shock neurógeno o colapso cardiovascular 44. Las medusas del género Tamoya y Tripedalia son también muy peligrosas, el contacto con los nematocistos puede originar dermatonecrosis, heridas persistentes y cicatrices en la piel. Las del género Carybdea son peligrosas, encontrando una variedad en nuestras aguas es el "avispón marino del mediterráneo" o Carybdea marsupialis. Otra medusa que viven en nuestros mares es la medusa o acalefo luminiscente (Pelagia noctiluca), desprende una luminiscencia nocturna cuando es irradiada. El contacto con ella origina intenso dolor y sensación quemante, pudiendo dar nauseas, vómitos, parálisis o calambres musculares, dificultad respiratoria, habiéndose descrito algunos casos de perdida de conciencia y muerte. La gravedad del envenenamiento y de los síntomas generales guarda relación con el grado y extensión de la afectación cutánea. Habrá eritema y habones urticariales, pero en algunos casos puede evolucionar a ulceración y necrosis. La muerte se debe a fallo respiratorio o cardiocirculatorio, ahogamientos por shock neurógeno o a complicaciones anafilácticas. 4.6.4.3. Tratamiento del envenenamiento por fisalias y medusas La primera medida es reducir la descarga de los nematocistos adheridos a la piel y que aún no se han descargado, disminuir el dolor y la gravedad del envenenamiento, lo que puede conseguirse con un agente desintoxicante como el ácido acético al 5%, el vinagre o el alcohol isopropílico al 60%. Podemos calmar el dolor con hielo sobre la picadura y algún analgésico. Las picaduras leves respondes a las medidas descritas y aplicación de corticoides tópicos, es el caso de picaduras por medusas, anémonas y corales de fuego. Estas lesiones serán desinfectadas a diario con pomada antibiótica y no sensibilizante como la de bacitracina. Las zonas ulceradas se cubrirán con apósitos estériles hasta su cicatrización. Las picaduras mas severas, como las de fisalias, cubomedusas, requieren hospitalización del paciente con administración de sueroterapia, analgésicos, tratamiento local referido y corticoide i.m. Será necesaria la monitorización electrocardiográfica, respiratoria y de la presión arterial. El verapamil i.v. puede disminuir los efectos cardiotóxicos de la toxina nematocística. Ante depresión respiratoria administraremos oxígeno, intubación y ventilación mecánica según proceda. Ante shock anafiláctico administraremos adrenalina. 4.6.4.4. Corales Los verdaderos corales son inofensivos para el hombre, pero son muy abrasivos y los arañazos y golpes contra ellos pueden resultar graves, infectándose con facilidad, por quedar pequeños fragmentos proteicos de pólipo y pequeñas espículas minerales del exoesqueleto en las heridas, actuando como cuerpos extraños y facilitan las infecciones de la piel, por ser ricas en bacterias. Por ello es importante un buen lavado inicial y una desinfección regular y meticulosa desde el primer momento. También pueden originar dermatitis irritativa. Mas interés tienen las picaduras de los falsos corales o miléporas, con esqueleto calcáreo cuya superficie está sembrada de miles de poros diminutos. Son en realidad hidrozoarios fijos o hidrocolarios, pero indistinguibles de la mayoría de los corales y por ello se incluyen aquí. Pertenecen al género Millepora, con especies en los arrecifes de los mares tropicales, del Caribe, Indopacífico y Mar Rojo. Tienen aspecto laminar, digitiforme o arborescente. Su superficie está recubierta de una de una fina pilosidad, debida a los tentáculos extendidos de los diminutos pólipos, donde están las células urticarizantes. Vulgarmente se conocen como "corales de fuego", producen reacciones urticariales y pruriginosas al rozarlos, son leves pero persisten varios días y pueden infectarse por el rascado 45. 4.6.4.5. Anémonas El contacto con ellas puede originar prurito y urticaria, que cede fácilmente. La anémona común (Anemonía sulcata) es frecuente en nuestras costas, el contacto con ella no suele dar reacción, por que los nematocistos son poco penetrantes, salvo en niños o zonas delicadas como labios y cara donde puede dar picor, eritema y edema leve. Otras especies de nuestros mares que dan los mismos síntomas son la actinia roja o "tomate marino" (Actinia equina) y las del género Adamsia. Pero las mas venenosa son las "anémonas de fuego" o "corales del fuego del infierno" como la especie Actinodendron plumosun y otras. Miden de quince a treinta centímetros de altura, viven en fondos de Filipinas, Indonesia y Australia, sus nematocistos originan una picadura seria, con dermatonecrosis, que posteriormente se ulcera y puede durar varios meses. 4.6.4.6. Tratamiento de las picaduras por corales y anémonas La zona de la picadura se lavará con agente desintoxicante como ácido acético al 5 % o vinagre. Podemos aplicar un esparadrapo o cinta adhesiva sobre la picadura para arrastrar las espículas. Posteriormente aplicaremos un corticoide tópico y desinfectaremos regularmente la zona hasta su curación. En ocasiones serán necesarios antihistamínicos para reducir el picor, rara vez analgésicos. Si aparece dermatonecrosis aplicaremos apósito estéril hasta su curación. Los cortes y abrasiones por corales se infectan con gran facilidad, por ello los lavaremos con suero salino, o agua oxigenada. Luego aplicaremos un agente yodado u otro desinfectante dos veces al día, tapando la herida con un apósito estéril hasta que se resuelva. Las heridas mas profundas deben ser suturadas bajo cobertura antibiótica, pues están contaminadas. Debemos administrar además vacuna antitetánica. Algunas esponjas contienen sustancias irritativas para la piel como halitoxina y ácido okadaico, que pueden originar dermatitis química o irritativa, además sus espículas calcáreas son muy abrasivas. Pueden dar también dermatitis pruriginosas o alérgicas. Las especies venenosas están en Estados Unidos y en el Caribe. Existe una enfermedad de los recogedores de esponjas, es una dermatitis crónica de base alérgica, o eczema de contacto, afecta sobre todo las manos y se debe a la manipulación contínua de estos animales por personas dedicadas a su pesca. Se recomienda a las personas dedicadas a su captura el uso de guantes
que los protejan y la aplicación de un corticoide tópico.
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