| Comunicación Nº: 021 | English version  |
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Dra. Mª José Roca Estellés, Dr. Pascual Meseguer García, Dr. Francisco García Herreros, Dr. Jorge Escandón Álvarez, Dr. Álvaro Gómez Castro.
[Título] [Material y Métodos] [Resultados] [Iconografía] [Discusión] [Bibliografía]
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El Carcinoma Basocelular es la forma más frecuente de cáncer de piel (1, 2). Ocurre predominantemente en áreas expuestas al sol en relación directa al número de unidades pilosebáceas. Debe el nombre a la semejanza de sus células con las células normales de la capa basal de la epidermis y del folículo piloso (1).
Se caracteriza por la gran variedad de formas histológicas, que son debidas tanto a su supuesto origen en las células germinales pluripotenciales (sustentado por algunos autores), como a las diferentes formas de respuesta del estroma y cambios secundarios (3).
De las numerosas variantes tradicionalmente descritas las dos mejor conocidas son la nodular y el tipo superficial (3). Otros subtipos son menos comunes, así existen formas basoescamosa o metatípica, adamantinoide, con células granulares y en anillo de sello, y con diferenciación sebácea y/o ecrina (2).
En los últimos años ha sido descrita una nueva variedad de Carcinoma Basocelular constituido fundamentalmente por una proliferación de células claras (4). Esta proliferación puede ser vista en el contexto de un Carcinoma Basocelular típico, constituir una forma pura, en la que todo el tumor está formado por las células claras, o por último mostrar células más grandes y rasgos escamoides, siendo entonces denominado metatípico (2).
El Carcinoma Basocelular de células claras es una variante infrecuente de Carcinoma Basocelular que en un principio se pensó que representaba diferenciación sebácea o triquilemal. Estudios posteriores con microscopía electrónica han demostrado que el cambio es debido a un fenómeno degenerativo, que probablemente afecta a los lisosomas (2).
Si bien la presencia de las células claras no influye en el pronóstico (2) y por otra parte el Carcinoma Basocelular es una neoplasia de curso indolente (4), la entidad necesita ser reconocida histológicamente por la gran habilidad que tiene para imitar otras neoplasias (2).
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