Póster |
Hardisson D, Segura JC*, Martínez-Alfaro E*, Solera J*, Atienzar M.
La prevalencia de la miocarditis por Toxoplasma gondii en pacientes con infección por el VIH varía entre el 12% y el 22% ( 4, 5 ). La mayoría de los casos se asocian a afectación cerebral, aunque hasta en un 16% de los casos, se describen focos de miocarditis sin afectación cerebral simultánea. Habitualmente, los casos de toxoplasmosis se asocian a inmunodepresión severa (<150 linfocitos CD4/mm3) y son asintomáticos. Se han descrito cuadros de insuficiencia cardíaca congestiva rápidamente progresiva y mortal por una miocarditis masiva en pacientes no tratados específicamente contra el protozoo ( 6-9 ). En nuestro caso, existía el antecedente de tratamiento contra el Toxoplasma gondii por la afectación cerebral; así, el desarrollo de un cuadro de insuficiencia cardíaca súbita podría estar en relación con mecanismos inmunológicos mediados por la destrucción masiva del protozoo en el miocardio. Aunque el pronóstico suele ser mortal, se han descrito éxitos terapéuticos en pacientes tras tratamiento sintomático y específico y precoz frente al Toxoplasma gondii ( 10, 11 ).