Póster |
Isabel Ruiz Avila, José Mª Martínez de Victoria Muñoz, Alfredo Diaz*, José Antonio Camacho*, César Ramirez Tortosa, Eulalia Bernet Vegue, Angel Carazo Tirao.
El embolismo de líquido amniótico (ELA) es una complicación obstétrica que ocurre en 1/8.000 a 1/80.000 embarazos, siendo la causa más frecuente de muerte materna relacionada con el parto. La mortalidad materna ocurre en el 60 a 80 % de los casos y solo el 15% sobrevive sin secuelas ( 1 ).
Aunque se han propuesto algunos factores predisponentes (multiparidad, macrosomía fetal, trabajo de parto corto y violento, oxitócicos, cesárea), la relación de éstos con ELA es tan esporádica que estas teorías pierden valor ( 1 ),( 2 ),( 3 ).
El diagnóstico de ELA se sospecha por la clínica de fallo cardiorespiratorio brusco con CID, coagulopatía de consumo y shock hemodinámico, una vez que se han excluido otras posibles causas. Este diagnóstico se confirma en la mayoría de los casos publicados por los hallazgos de la autopsia ( 1 ),( 4 ) que demuestra en la circulación pulmonar materna, la presencia de escamas epiteliales, lanugo, grasa del vernix caseoso, mucinas del meconio y recientemente por la realización de técnicas de IHQ que demuestran la presencia de células trofoblásticas y megacariocitos ( 5 ) y mucinas presentes en el líquido amniótico ( 6 ).
En ausencia de autopsia, como es nuestro caso, la presencia de escamas epiteliales en sangre de arteria pulmonar, aunque durante mucho tiempo se consideró patognomónica, no es más que una ayuda diagnóstica según Clarck y cols. ( 1 ),( 7 ). Estos autores han detectado células escamosas en arteria pulmonar de mujeres con otras complicaciones obstétricas no relacionadas con la que nos acupa, por lo que la presencia de elementos de origen fetal demuestra la exposición a los mismos, pero no se considera sensible ni específico del síndrome. Pensamos, no obstante, que en nuestro caso se demuestra una invasión masiva, nada habitual, de las paredes y vasos del miometrio que podrían apoyar, como indican otros trabajos ( 8 ), que las escamas observadas en la sangre de arteria pulmonar son realmente las responsables del cuadro y por tanto tendrían cierto valor en el diagnóstico de ELA.