| Shock
      séptico: tratamiento coadyuvante con corticoides
 Annane et al (1) publican el
      pasado mes de agosto en el “J.A.M.A.” un trabajo largamente esperado
      desde su presentación en forma de resumen en septiembre del 2000. Se
      trata del primer estudio que evalúa el efecto de la administración
      prolongada de corticoides en pacientes con shock séptico. La población seleccionada
      según criterios de inclusión corresponde a 299 pacientes críticos en
      situación de shock séptico particularmente grave. Éste se caracteriza
      por la presencia de infección documentada acompañada de signos
      inflamatorios sistémicos, requerir ventilación mecánica y aminas
      vasoactivas, y presentar cifras elevadas de lactato sérico o cierto grado
      de daño renal o pulmonar. Entre los atractivos de este
      trabajo destaca el hecho de que forma parte de una línea de investigación
      coherente y bien fundada (2;3) de Annane y cols., que culmina en este
      ensayo clínico aleatorizado, doble ciego, con grupo control placebo y
      multicéntrico. El razonamiento para administrar hidrocortisona como
      tratamiento coadyuvante se basa precisamente en resultados de trabajos
      previos de los autores, que sugieren  que
      pacientes en shock séptico con reserva funcional suprarrenal reducida
      tienen peor pronóstico (3) que pacientes con reserva conservada. Los pacientes son sometidos a
      una prueba corta de Synacthen® basal para ser clasificados a posteriori
      en respondedores y no-respondedores (3). Con el objetivo principal de
      estudiar la mortalidad a los 28 días en el grupo de pacientes
      no-respondedores, a continuación se inicia la administración de
      hidrocortisona iv 50 mg o placebo cada 6 horas y 50 μg al día de
      fludrocortisona o placebo por sonda nasogástrica durante 7 días. En 229 de 299 pacientes
      incluidos (77%) se observa una reserva suprarrenal inadecuada. En este
      subgrupo se produce una reducción significativa de la mortalidad asociada
      a la administración de hidrocortisona y fludrocortisona. La reducción
      absoluta del riesgo es del 10,8% (-1,9% a 23,6%) y la relativa del 17,1%
      (-2,9% a 37,1%). La “odds ratio” es de 0,64 (0,38 a 1,08) y el número
      de pacientes que es necesario tratar (NNT) para evitar una muerte es de
      nueve. Al ajustar mediante un modelo multivariante la mortalidad a la
      concentración basal de cortisol, la respuesta al Synacthen®, la
      clasificación de Mc Cabe, la puntuación de disfunción multiorgánica,
      el lactato arterial y la PaO2/FiO2, la “odds ratio” baja a 0,54 (0,31
      a 0,97) y el NNT a 7. A los 28 días del protocolo se había podido
      retirar la infusión de aminas vasoactivas en el 57% de lo pacientes
      tratados y en el 40% del grupo control. No se detectan diferencias de
      mortalidad en los respondedores. La incidencia de efectos secundarios y
      complicaciones clásicamente atribuidas a la administración de
      corticoides es similar en ambos grupos. El trabajo de Annane (1) es
      el primero en demostrar un efecto positivo asociado a la administración
      de corticoides como tratamiento coadyuvante en pacientes con shock séptico.
      En la práctica clínica su aplicación significa realizar una prueba de
      provocación de la reserva suprarrenal seguido de la administración de
      hidrocortisona a pacientes de características similares a los del
      presente protocolo en espera de resultados del test de Synacthen®. Si el
      ascenso de las cifras de cortisol plasmático es superior a 9 μg/dl
      respecto a la concentración basal en las muestras tomadas a los 30 o 60
      minutos, deberá suspenderse la administración de hidrocortisona o
      continuar hasta los 7 días si éste es inferior. Aunque los presentes
      resultados deben ser tenidos en cuenta en el tratamiento del shock séptico,
      conviene resaltar que a pesar de todo la mortalidad de los pacientes del
      grupo tratado es del 52,6%. El tiempo mediano del fallecimiento de los
      pacientes es de 12 días en el grupo control y de 24 en el grupo que
      recibe corticoides, es decir, muchos días después de suspenderse la
      administración de hidrocortisona. No conocemos la causa o las
      circunstancias del fallecimiento de los pacientes, pero estas relaciones
      temporales sugieren la conveniencia de explorar la posibilidad de adaptar
      la duración del tratamiento a la respuesta del paciente para mejorar los
      presentes resultados. La forma de medir la respuesta al tratamiento
      corticoideo podría ser el momento de la retirada de la infusión de las
      aminas vasoactivas o la retirada de la ventilación mecánica y producirse
      en muchos casos bastantes días más tarde que lo previsto por Annane y
      cols. Esto también permitiría la retirada precoz en casos de buena
      respuesta. En pacientes con síndrome de distress respiratorio agudo
      Meduri y cols. han demostrado la relación existente entre la concentración
      elevada de citoquinas en el líquido de lavado broncoalveolar y el mal
      pronóstico, así como la reducción de estas concentraciones y la mejoría
      de la evolución clínica asociadas a la administración de 6 metil-prednisolona
      (4;5). Este efecto biológico antiinflamatorio proporciona otro marcador
      potencialmente útil para ajustar el tratamiento corticoideo. Dada la elevadísima
      incidencia de insuficiencia suprarrenal relativa encontrada por Annane y
      cols. en pacientes con shock séptico, el presente estudio es de
      particular relevancia. Además, sus resultados obligan a a la comunidad de
      investigadores clínicos a insistir en buscar las poblaciones de enfermos,
      síndromes sépticos, pautas y fármacos que se asocian con el máximo
      beneficio. Por último, es justo
      resaltar el mérito y el crédito que tienen tanto las entidades que han
      financiado el estudio como Annane y sus colaboradores por realizar un
      ensayo clínico con un fármaco antiguo y barato. Bibliografía: 
        
          Annane D, Sebille V, Charpentier C, Bollaert PE,
          Francois B, Korach JM et al. Effect of treatment with
          low doses of hydrocortisone and fludrocortisone on mortality in
          patients with septic shock. JAMA 2002; 288: 862-871.[Resumen
          Medline] [Artículos
          relacionados]
          Annane
          D, Bellissant E, Sebille V, Lesieur O, Mathieu B, Raphael JC et al. Impaired pressor sensitivity to noradrenaline in septic shock patients
          with and without impaired adrenal function reserve. Br J Clin
          Pharmacol 1998; 46: 589-597.[Resumen
          Medline] [Artículos
          relacionados]
          Annane D, Sebille V,
          Troche G, Raphael JC, Gajdos P, Bellissant E. A 3-level prognostic
          classification in septic shock based on cortisol levels and cortisol
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          Medline] [Artículos
          relacionados]
          Meduri GU, Headley S,
          Tolley E, Shelby M, Stentz F, Postlethwaite A. Plasma and BAL cytokine
          response to corticosteroid rescue treatment in late ARDS. Chest 1995;
          108: 1315-1325.[Resumen
          Medline] [Artículos
          relacionados] [Texto completo PDF
          869 K]
          Meduri GU, Kohler G,
          Headley S, Tolley E, Stentz F, Postlethwaite A. Inflammatory cytokines
          in the BAL of patients with ARDS. Persistent elevation over
          time predicts poor outcome. Chest 1995; 108: 1303-1314.[Resumen
          Medline] [Artículos
          relacionados] [Texto completo PDF
          1013 K]
 Miguel Sánchez
      GarcíaHospital Universitario Príncipe de Asturias
 Alcalá de Henares, Madrid
 ©REMI, http://remi.uninet.edu.
      Octubre 2002.
 Enlaces: 
        
          Abraham E, Evans T. Corticosteroids and
          Septic Shock (Editorial). JAMA 2002; 288: 886-887. [Texto completo HTML,
          PDF
          58 K]
          Palencia E. Dosis sustitutivas de
          corticoides en el shock séptico.[REMI 2002; 2 (8): 437]
           Ensayos clínicos con asignación
          aleatoria sobre corticoides en el shock séptico. [Búsqueda
          en Medline]
          Corticosteroids AND "septic
          shock" [Búsqueda
          en Google]
          Fitch SJ, Gossage JR. Optimal management
          of septic shock. Postgrad Med 2002; 111. 53-66. [Texto
          completo] Palabras clave: Shock
      séptico, Corticoides, Mortalidad, Tratamiento.
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