Plantillas de enfermería, especialidades
de enfermería
En la Universidad de Pennsylvania (EEUU) se ha realizado un
trabajo de investigación (1),
comentado en REMI (2), en el
que incluyen pruebas en 168 hospitales generales, en los cuales realizaron
encuestas a más de 10.000 profesionales de los equipos de enfermería y
232.342 pacientes sometidos a cirugías ortopédicas o vasculares.
El ratio enfermera/pacientes era 1/5 o menos, se
analizaron los índices de
morbi/mortalidad y del total
de pacientes estudiados el 23,2% experimentaba una complicación mayor no
presente al ingreso y el 2% falleció durante los 30 días siguientes a la
misma. La mortalidad entre los pacientes que presentaron complicaciones
fue del 8,4%.
Esto que ocurre en un Estado de USA, es muy
interesante, teniendo en cuenta que el 43% de las enfermeras presentaban
puntuaciones de burnout elevadas y una proporción similar estaba
descontenta con sus trabajos actuales.
En España la titulación oficial de Enfermería es
una, y no varias como ocurre en EEUU, donde existen diferentes
titulaciones al respecto, que serían equivalentes a nuestras Auxiliares
de Enfermería, Enfermeras Diplomadas, y enfermeras especialistas. En este
trabajo se informa que cuando las enfermeras eran de la primera categoría
mencionada, aumentaba ligeramente la proporción de complicaciones.
En España llevamos desde el año 1987 esperando las
especialidades de enfermería que no llegan, y mientras tanto las
enfermeras que trabajamos con pacientes críticos nos encontramos cada período
vacacional con el problema de las contrataciones, a saber:
A pesar de las múltiples recomendaciones
internacionales, que luego veremos, no se ha desarrollado la especialidad
y por tanto, aunque se posea una amplia formación post-grado, a cargo del
propio profesional (la formación continuada
a cargo de la empresa suele ser escasa, y con pocas plazas), no se
puede asegurar el puesto de trabajo en el área de mayor formación.
En las Escuelas Universitarias de Enfermería nos enseñan,
según los planes de estudios, a tratar a los pacientes de forma general.
Una vez que llegamos a los hospitales y comenzamos a trabajar, se inicia
la dura tarea de la formación a golpe de práctica.
Cuando salimos de las escuelas de enfermería, la
formación recibida nunca dice que trabajaremos con enfermos, a cargo de gestores, a los que
en muchas ocasiones sólo les preocupa la cantidad (supervivientes o no),
y no la calidad de la supervivencia en función de los cuidados. Lo más
duro resulta saberles conscientes de que la calidad existe y lo demuestran
cuando en determinadas ocasiones hacen que a pacientes importantes para
ellos, (la presión de la prensa, y no tanto la opinión pública
popular...) se les proporciona un despliegue de medios muy superior a la
media del resto de pacientes, para que los cuidados que reciban sean de élite.
La no valoración del curriculum hace que la atención
al paciente crítico no sea de la suficiente calidad, y ¿hasta qué punto
podemos considerar culpable al profesional de enfermería no cualificado,
cuando esta cualificación no le ha sido exigida para su contratación?.
Nos empezamos a enfrentar a problemas “sociales” que se nos escapan, a
saber:
-
Sindicatos: tanto los profesionales como los no
profesionales propugnan la forma igualitaria de contratación (bolsa
de trabajo), con puntuación por baremos establecidos, de modo que a
mayor puntuación mejor número para la contratación.
-
Gestores: Mientras no exista personal
especializado, mayor “economía” en el capítulo de personal. No
son conscientes de que lo barato puede ser muy caro; el
desconocimiento de los cuidados necesarios genera un aumento de
complicaciones y de la estancia en UCI, además de posibilitar una
mayor cantidad de secuelas, con
el consiguiente aumento del gasto sanitario global.
El estudio EURICUS I (3)
resalta en sus conclusiones la
carencia cualitativa de las enfermeras que atienden a pacientes en
unidades de cuidados críticos:
“El nivel de formación de enfermería de estas
unidades no es suficiente para ejercer de forma eficaz, eficiente y rápida
las actividades multidisciplinarias que comporta un tratamiento
valorado...”
Por todo ello es tremendamente preocupante el estudio
de JAMA, pero la situación en España en lo referente a los cuidados del
paciente crítico también sería mejorable.
María Jesús Tomey Soria
Presidenta de la SEEIUC
(Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias)
©REMI, http://remi.uninet.edu.
Diciembre 2002.
Enlaces:
-
Aiken
LH, Clarke SP, Sloane DM, Sochalski J, Silber JH.: Hospital nurse
staffing and patient mortality, nurse burnout, and job dissatisfaction.
JAMA 2002; 288: 1987-1993. [Resumen
Medline].
-
Díaz Alersi, Ramón. Relación enfermera-paciente
y mortalidad hospitalaria. REMI 2002; 2
(11): 497.
-
Reis Miranda D. El impacto de la organización
sobre la calidad de la medicina intensiva. Presentación de un estudio
europeo. EURICUS-I. Rev Calidad Asistencial 1996; 11: S74-S79.
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