ISSN: 1578-7710

  William Blake
 

 

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Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Arte nº2. Vol 3 nº 1, enero 2003.
Autor: Beatriz Sánchez Artola

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William Blake, disidente iluminado
“Satán contagiando a Job las úlceras malignas”, 1826

 

Un victorioso Satán de rostro querúbico derrama la enfermedad sobre el débil cuerpo de Job, mientras éste, sometido, con un gesto de sus manos pretende quizá alejar a su esposa de su lado. Con trazos simples y duros, Blake dibuja eficientemente esta terrible escena.

Las enfermedades de este personaje bíblico han sido motivo de gran curiosidad médica y antropológica. Se han propuesto diversos diagnósticos, algunos clásicos, aunque improbables o imposibles si aceptamos como aproximadas las descripciones del libro. La idea de que padeciera lepra, basada en frases como “Entonces salió Satanás de la presencia de Yahvé, e hirió a Job con una úlcera (sarna) maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.” (Job 2,7), “Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos” (Job 19,20), “Mi piel se ha ennegrecido y se me cae y mis huesos arden de calor” (Job 30,30), no se sostiene, por las alusiones a otros síntomas como el prurito (“...Y tomaba Job un tejo para rascarse con él...”) y sobre todo, por la autolimitación de la enfermedad. Tampoco parece tratarse de enfermedades infecciosas como la sífilis, la viruela u otros trastornos, de pronóstico casi invariablemente grave sin tratamiento. Al parecer, se trataba de una dermatosis extensa, pruriginosa, que evolucionó a una importante excoriación, pero que tuvo una resolución espontánea. Recientemente, se ha sugerido una interesante hipótesis, la del envenenamiento por arsénico1. El construir  “paleo-teorías” difícilmente aclarará la historia clínica de figuras históricas (o de ficción), pero es un ejercicio estimulante.

El autor de esta espléndida ilustración, Blake, fue para muchos un artista de trazos desmesurados y un poeta de palabra extravagante, a veces hasta confusa; un iluminado. No en vano, como Borges recordaba, fue el “discípulo rebelde” de Swedenborg. Algunos, adoptando la tendencia de vincular genialidad y locura, han propuesto que sus “visiones” no eran producto de una excentricidad mística, de creencias influidas por el teosofismo, sino de una esquizofrenia. El mismo Wordsworth reconoció tras la lectura de las “Canciones de Inocencia” que se trataba de la obra de un genio extraviado, aunque también fascinante. Y es que, ante todo, fue el artífice de una obra originalísima y de un criticismo cuya audacia aún sorprende. En este caso, me gusta considerar también una correlación inversa, la de la genialidad como estimulante de un comportamiento singular voluntario.

Enlaces

·        Artículos sobre las enfermedades de Job:

  1. Gorman S, Kaplan DL. The affliction of Job: poisoned!. J Am Acad Dermatol 1999; 40: 126-128.

  2. Kutz I. Job and his “doctors”: bedside wisdom in the book of Job. BMJ 2000; 321: 1613-1615. [PDF].

·        William Blake:

  1. The Blake Archive.

  2. William Blake Online (exhibición sobre Blake en la Tate Gallery).

  3. Tyger of Wrath (exhibición sobre Blake en la Nacional Gallery of Victoria).

Beatriz Sánchez Artola
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2003.

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última modificación: 01/07/2007