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Este novedoso concepto ha supuesto un gran cambio en nuestra forma
de entender la disfunción ventricular en la cardiopatía isquémica.
El proceso se inició con la observación de dos fenómenos
llamativos: 1) Existe una mejoría paulatina de la contractilidad
de los segmentos miocárdicos afectados por un infarto, lo que incluye
un aumento de la FE , al mes de producirse el evento. 2) La revascularización
de zonas aparentemente necróticas mediante cirugía de coronarias
con estenosis totales y permanentes, logra una mejoría funcional
hasta 1/3 de los pacientes (93) .
Estas premisas, permitieron elaborar la hipótesis del miocardio
isquémico disfuncionante reversible (94)
que puede presentarse en situaciones de hipoperfusión crónica
ó aguda transitoria, así surgen los conceptos de "miocardio
hibernado" cuando existe un déficit funcional, con integridad estructural,
motivado por isquemia crónica del territorio y "miocardio aturdido"
cuando la disfunción es secuela de insultos isquémicos previos
y transitorios, ej zonas recanalizadas con trombolíticos. Ambas,
con frecuencia, concurren en el mismo paciente al coexistir zonas totalmente
recanalizadas con otras en las que persiste la isquemia.
Para que el miocardio se mantenga viable con capacidad contráctil,
es preciso que la membrana celular del miocito esté integra y el
metabolismo intermediario eficaz.
Cada vez está más claro que las técnicas de revascularización
benefician fundamentalmente a los que tienen enfermedad avanzada y mala
función ventricular, donde la mortalidad anual alcanza al 15-66%
(95) . En este grupo de riesgo, el tratamiento
médico no es la mejor elección y por otra parte el transplante
cardiaco, tal y como lo conocemos ahora, no es una oferta terapéutica
que pueda cubrir las necesidades de la población demandante (el
90% de los candidatos no tendrían donante). Lo mejor debería
ser el tratamiento con revascularización quirúrgica, pero
la mortalidad perioperatoria, que en algunas series alcanza el 37%, es
excesivamente alta y difícilmente soportable para los equipos quirúrgicos
en la situación sociocultural actual, por lo tanto, hay que seleccionar
a los que de verdad se van a beneficiar de estos tratamientos de revascularización
(beneficio real). La clave para una elección correcta es identificar
a los que teniendo disfunción ventricular, acrecienten significativamente
la capacidad contractil de los segmentos hipo ó disfuncionantes
después de la reperfusión.
De esta forma, el concepto de viabilidad miocárdica se enriquece,
no es ya sólo mantener con vida, sino la capacidad de recuperar
la contractilidad (la zona epicárdica aunque tiene poco influencia
en la contractilidad puede ser de gran importancia para evitar la remodelación
del ventrículo). Es muy posible que tras un IAM coexistan áreas
de miocardio hibernado y aturdido, lo importante no es discrimimar cuales
zonas sino detectar precozmente (antes del alta hospitalaria) la existencia
y cuantía de miocardio disfuncionante recuperable . Se estima que
el 25-40% de los pacientes con cardiopatía isquémica y disfunción
ventricular se podrían beneficiar de revascularización (96)
; existen ya algunas publicaciones que demuestran una disminución
de la mortalidad en estos enfermos, con mala FE y miocardio viable, cuando
se realiza tratamiento quirúrgico (comparado con el tratamiento
médico) (96, 97).
5. 1. PRUEBAS DE VIABILIDAD MIOCARDICA
Las distintas pruebas que vamos a describir a continuación,
se pueden agrupar en 3 grandes apartados que evalúan distintos aspectos
de la fisiología cardiaca:
1.- Identificación y análisis de zonas de perfusión
disminuida en grado tal que deteriore la función (flujos entre el
40 y 60% de lo normal, deterioros mayores no suelen ser recuperables).
En la actualidad las más usadas son los estudios de perfusión
miocárdica mediante SPECT y Tl-201, ecocardiografía con contraste
y tomografía por emisión de positrones (TEP).
2.- Determinación de la reserva contractil o capacidad de inducir
una mejora de la contractilidad en zonas con motilidad anormal en respuesta
a estímulos inotrópicos. El test por excelencia es la ecocardiografía-estrés
3.- Análisis del metabolismo miocárdico, sobretodo en
relación al balance flujo sanguineo-actividad metabólica.
La única prueba disponible es la tomografía por emisión
de positrones.
5. 1. 1. Estudios de perfusión miocárdica
. SPECT con Talio-201
Como ya vimos anteriormente, la captación miocárdica
del radiotrazador es flujo dependiente. En zonas perfundidas pero deficitarias
ocurren 2 fenómenos, el talio tarda más en acumularse en
el interior celular (captación retardada) y por otro lado, el ya
acumulado tarda más en liberarse en su proceso de equilibrio con
el resto del sistema. Esto, lo que produce es el fenómeno de redistribución
por el cual las zonas de hipocaptación inicial, en las imágenes
obtenidas en el primer análisis, experimentan una mejoría
ó normalización en los registros diferidos ó tardíos;
deducimos que en tales zonas hay un flujo sanguineo miocárdico suficiente
para mantener la integridad celular y, por tanto, debemos considerarlas
recuperables en su función contractil si mejoramos ó normalizamos
la perfusión.
De las varias combinaciones posibles en los estudios de perfusión
miocárdica con isótopos, se utilizan principalmente dos que
vamos a describir con más detenimiento.
a) Valoración en reposo y redistribución (reposo/redistribución).
El Tl-201 se administra iv en reposo y la captación miocárdica
se evalúa en ese momento y tras 4 horas.
b) Valoración con estrés, redistribución y con
reinyección de talio (estrés/redistribución/reinyección).
En este caso, la administración del Tl-201 se realiza en el momento
de sobrecarga máxima del corazón (esfuerzo físico
ó farmacológico (dipiridamol, adenosina, etc.); la captación
celular del isótopo se analiza en ese momento, después de
4 horas y por último tras administrar una dosis adicional de talio.
De esta forma parece que se obtienen unos resultados globales algo mejores.
Existen otras posibles combinaciones como reposo/ redistribución
a las 18-24h y reposo/ redistribución/ reinyección, pero
las más operativas parecen las anteriores.
Volvemos a insitir que, en este caso, el objetivo de estas pruebas no
es inducir isquemia sino ver que zonas con hipoperfusión (en reposo
ó con estrés) mejoran después, lo que implica integridad
de la estructura celular y una probable recuperabilidad contráctil.
Recientemente se puede cuantificar de una forma más precisa la
actividad del talio captado; esta circunstancia ha permitido comprobar
que ese contaje residual, de defectos aparentemente irreversibles, es proporcional
a la masa de miocitos viables. Aunque no apreciemos redistribución
en las imágenes del SPECT, si la cuantificación de dicha
actividad residual está por encima de un umbral (aproximadamente
el 50% del miocardio sano) significa que el tejido es viable (97,
98).
Desde un punto de vista clínico, sendos metaanálisis
con 13 trabajos y 378 enfermos en total, nos permiten asegurar la eficacia
de los dos métodos principales , arriba señalados; así
el VP+ es del 69% y el VP- del 89-92% para identificar segmentos viables
con mejoría funcional tras la revascularización (96).
Se está trabajando para averiguar la utilidad y rendimiento
del Tc-99m MIBI en este aspecto, los resultados son preliminares y no permiten
sacar conclusiones.
5. 1. 2. Ecocardiografía de contraste
Consiste en la realización de la ecocardiografía con
contrastes acústicos inyectados en el arbol coronario ó en
raiz de aorta, lo que permite hacer una valoración de la irrigación
miocárdica sobretodo de los segmentos disfuncionantes. Su utilización
es limitada y prácticamente es una técnica de investigación
(99) . Con la información disponible,
este test podría predecir la recuperabilidad de la función
con un VP+ entre el 60 y 90% y un VP- entre el 60 y 95%. Cuando se compara
con las pruebas más difundidas parece tener más potencia
pronóstica que el SPECT-Tl-201 y menos que la ecocardiografía-estres
con dobutamina (100, 101).
Hay que señalar como limitación importante, que en ocasiones
la pared posterior del corazón no se puede visualizar bien, debido
a la atenuación provocada por la presencia de contraste en la cavidad
ventricular.
En poco tiempo dispondremos de contrastes sónicos que se puedan
administrar intravenosamente para lo cual, tendrán que atravesar
la circulación pulmonar en concentración suficiente para
opacificar el miocardio. Se está trabajando muy activamente con
dodecafluoropentano (líquido a temperatura ambiente que se convierte
en gas con miocroburbujas a temperatura corporal) que cumple estos requisitos.
5. 1. 3. Ecocardiografía-estrés
Este grupo de pruebas evalúan principalmente la reserva contráctil
de los segmentos miocárdicos disfuncionantes. La mayoría
de los estudios han utilizado el estrés farmacológico con
dobutamina; aquí, no se pretende inducir isquemia sino producir
un estímulo inotrópico suficiente para mejorar la contractilidad
pero que no produzca un aumento del consumo de oxígeno, tal que,
provoque mayor disfunción contractil; para ello se usan dosis bajas
de dobutamina (hasta un máximo de 5 microgr/Kg/min).
Se ha comprobado que el deterioro de la motilidad de la pared del corazón,
tras el insulto isquémico, disminuye con el paso del tiempo. Hasta
un 37% de los segmentos aquinéticos mejoran espontaneamente al mes
del IAM y en clínica se ha demostrado que aproximadamente el 50%
de los enfermos con FE deprimida experimentan una significativa mejoría
al administrar dobutamina (102, 103);
esto, como comentamos antes, es debido a la presencia de miocardio hipoperfundido
(hibernado) ó alterado a consecuencia de la revascularización
(aturdido) y ha sido la base para el desarrollo conceptual de la reserva
contráctil.
En la práctica la prueba consiste en analizar mediante ecocardiografía
(transtorácica ó transesofágica) la motilidad del
corazón por segmentos ya estandarizados, los anormales se catalogan
de hipoquinéticos (motilidad y engrosamiento sistólico disminuidos),
aquinéticos (sin motilidad ni engrosamiento) ó disquinéticos
(motilidad paradójica). Si después de administrar dobutamina
se observa una normalización de la motilidad se concluye que los
segmentos son viables y recuperables al revascularizar.
En la tabla
9 se muestran los resultados de varios estudios recientes (104,
103, 105, 106,
107) ; el VP+, para la recuperabilidad de
los segmentos disfuncionantes después de revascuarizar, es bastante
bueno (sobre el 80%). Estos datos se confirman con un metaanálisis,
recientemente publicado, con 15 estudios diferentes englobando a 402 enfermos
donde el VP+ es del 83% y el VP- del 81% (96).
Estas buenas expectativas en parte son debidas al tratamiento informático
actual de las imágenes que facilita la comparación y estudio
de los segmentos ecográficos.
5. 1. 4. Comparación entre estudios
de perfusión con SPECT-Tl y Ecografía-dobutamina
En los pocos estudios comparativos de ambas técnicas (107,
108, 109) ,
se ha podido apreciar que con el SPECT-Tl se detectan más territorios
teóricamente viables (mayor sensibilidad), pero es la ecografía
con dobutamina la que señala mejor los territorios realmente mejoran
la contractilidad al revascularizar. Al parecer, los mecanismos celulares
responsables de la respuesta inotrópica con dobutamina requieren
una mayor integridad funcional que la necesaria para la captación
tardía de talio, lo que aseguraría mejor su viabilidad; tambien
es posible que con las técnicas de perfusión miocárdica
se identifiquen zonas ó islotes viables pero inútiles desde
el punto de vista de la contractilidad ulterior. Todo lo anterior indica
que el VP+ con la ecocardiografía estrés es algo mejor y
ha colocado a esta técnica como la de elección, siempre que
la ventana acústica sea adecuada, lo que no sucede en el 10-20%
de los enfermos candidatos. Recientemente se han observado algunos casos
de reinfarto durante la administración de la dobutamina, evento
no imprevisible habida cuenta del tipo de enfermos candidatos, lo que ha
llevado a que algún autor recuerde la necesidad de mantener las
precauciones necesarias durante su desarrollo (110)
5. 1. 5. Tomografía por emisión
de Positrones
Es una técnica nueva, muy poco difundida aún, que precisa
de un soporte tecnológico costoso. Son muy pocos los equipos disponibles
en España. Sin embargo, es la prueba que mejor evalúa teóricamente
la perfusión y viabilidad miocárdicas. En 2 meta-análisis
recientes (95, 111)
el VP+ ronda el 80% y el VP- el 83%.
Se caracteriza porque los radiotrazadores empleados emiten positrones,
lo que permite un mejor análisis cuantitativo de la actividad e
imágenes de mayor resolución al evitar los procesos de atenuación
característicos del SPECT.
Se puede estudiar de forma precisa la perfusión miocárdica,
calculando el flujo sanguineo en ml/100 gr de miocardio/minuto, y el metabolismo
celular. Su gran aportación actual, se debe a la facultad de evaluar
simultáneamente flujo y metabolismo, así flujos bajos y metabolismo
conservado indica tejido viable, posiblemente miocardio hibernado. Es preciso
utilizar unos radiotrazadores para la perfusión y otros para estudiar
el metabolismo miocárdico; entre los primeros podemos señalar
al Amonio-N13, Rubidio-82, Agua-O15 y Piruvaldehido-Cu62; para la segunda
función se utilizan distintos readiofármacos según
el tipo de metabolismo a estudiar, la mayor experiencia se tiene con el
Fluor-deoxiglucosa marcada con F18 (FDG), este analiza el metabolismo de
la glucosa con la premisa de que el miocardio isquémico utiliza
más glucosa que acidos grasos (95,
112) . Sin embargo otros autores discrepan
de las bases teóricas del análisis del metabolismo de la
glucosa (113) y se inclinan más por
el estudio del metabolismo oxidativo ó del oxígeno con trazadores
como el acetato-C11, palmitato-C11, Oxígeno-O15, Fluorinisonidazol-F18,
etc. De cualquier forma podemos considerar esta técnica como casi
experimental aunque con un enorme potencial.
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