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Capítulo 1. 16. Crisis hipertensiva
2. TOMA DE LA PRESION ARTERIAL |
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Se puede realizar de forma indirecta con esfingomanómetros percibiendo los ruidos de Korotkoff, primero (sistólica) y quinto (diastólica). Son más precisos los esfingomanómetros de mercurio, pero más engorrosos de uso, grandes y contaminantes por la gran cantidad de mercurio que llevan y los mecánicos son más pequeños, simples y manejables, siendo el compromiso exactitud de la medida/facilidad de uso muy aceptable. Existen ya desde hace años, sistemas de medición indirecta automatizados, de tal forma que se detectan los mismos ruidos o turbulencias creadas dejándonos las cifras obtenidas de forma gráfica o digital, lo cual nos permite mantener monitorizado al paciente. Más recientemente se han incorporado sistemas que miden de forma indirecta y externa, la presión de los capilares, a nivel digital, haciéndose correcciones con la presión medida a nivel humeral, lo que también nos permite mantener una monitorización no cruenta y bastante precisa de la presión arterial. La medición directa de la presión arterial, hasta el momento actual solo se puede realizar de forma invasiva con catéteres intravasculares diseñados para ello. Estas mediciones son en el momento presente los "estándares de oro" en la toma de la presión arterial. Existen variaciones en la morfología dependiendo de la arteria en la que se registre, pero muy escasa en cuanto a las cifras máxima o mínima (2). Estas técnicas son cruentas e invasivas y de momento están reservadas a unidades especiales (Observación de Urgencias, Cuidados Intensivos, Quirófanos) y para situaciones criticas en las que es preciso un conocimiento continuo y preciso de la presión arterial. Sabemos que situaciones fisiológicas habituales como la digestión,
el stress, el ejercicio físico, la situación anímica,
el frío o ir a la consulta de un médico (hipertensión
de bata blanca) pueden elevar la presión arterial, consideraciones
que tendremos en cuenta ante nuestros pacientes.
Una sola toma tensional en un día aislado no hace a un paciente hipertenso. La medición debe de realizarse varias veces, en distintos días y en condiciones basales y de reposo de al menos 30 minutos. Otra circunstancia es la situación de urgencia o emergencia, en la cual y ante alteraciones orgánicas importantes, la toma aislada de una cifra elevada debe de ser tomada en cuenta y tratada enérgicamente. Enfocandolo desde el punto de vista de la urgencia y no desde la medicina general o interna, las cifras de presión arterial, si las combinamos con la situación clínica de los pacientes podríamos clasificarlas como; hipertensión transitoria, hipertensión no complicada, urgencia hipertensiva y emergencias (o crisis) hipertensivas (tabla 2). En estas situaciones, no es solo la presión arterial que encontremos
lo importante, sino los problemas o complicaciones clínicas asociadas
que puedan existir; tendremos pacientes con 200/120 mmHg que desarrollan
edema agudo de pulmón y otros que la presentan en la evolución
de una hemorragia cerebral. No trataremos valores de presión arterial
aislados, sino pacientes con problemas clínicos concretos.
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