Capítulo 1. 17. Hipertensión en el embarazo

9. VALORACION DE LA EMBARAZADA


El control precoz y periódico del embarazo, con evaluación de los parámetros clínicos y analíticos constituye un buen método de diagnostico.

La anamnesis, investiga la presencia de HTA previa al embarazo o durante él, la aparición de edemas, el incremento del peso en una semana superior a 0,5 gr., así como la existencia de factores de riesgo: edad, clase social, paridad, gemelaridad, hidramnios, tabaco o dieta. También un buen examen físico general, con medición de la tensión arterial en posición sentada, con el brazo situado a la altura del corazón, evitando factores extrínsecos que puedan modificarla, confirmando mediante dos tomas separadas al menos en 6 horas. Exploración neurológica completa, estudio del fondo de ojo y el EKG.

Los análisis de laboratorio recomendados para las mujeres que desarrollan hipertensión en la segunda mitad del embarazo son los siguientes:

a) Hemoglobina y hematocrito: la hemoconcentración apoya el diagnóstico de PEE y es un indicador de gravedad. Sin embargo, los valores pueden estar reducidos si la enfermedad se asocia a hemólisis. El frotis sanguíneo nos permite observar la existencia de anemia microangiopática (esquistocitos), que apoyaría el diagnostico de PEE.

b) Estudio de coagulación: recuento de plaquetas (los niveles reducidos sugieren una PEE grave). La concentración de fibrinógeno suele ser normal o ligeramente elevada, siendo rara encontrar niveles de fibrinógeno menores de 200 mg/dl. El tiempo de trombina puede alargarse hasta en un 50%. Recientemente se ha observado que la determinación del dímero D, un péptido derivado específicamente de la degradación de la fibrina (valores > 0.5 mg/dl), pueden estar asociados con formas mas graves de PEE (83).

c) Bioquímica: Los niveles de ácido úrico disminuyen normalmente al comienzo del embarazo, manteniéndose bajos durante el segundo trimestre, para aumentar después lentamente a lo largo del tercer trimestre hasta alcanzar al termino del embarazo niveles cercanos a los de las no gestantes. En la mayoría de los casos de la PEE leve o moderada los niveles de ácido úrico son similares de las pacientes normotensas a termino. La elevación marcada del ácido úrico, el BUN y la creatinina solo se da en la PEE grave. La elevación de las enzimas hepáticas indican afectación hepática al igual que la LDH que además estaría asociada a la presencia de hemólisis y sugiere gravedad..

d) Orina: Proteinuria de 24h así como el estudio del sedimento urinario. La albúmina puede estar disminuida en ausencia de proteinuria intensa y esto puede ser debido a la presencia de fugas capilares o la disfunción hepática (84). Las mujeres con riesgo elevado de PEE tienen un aumento de la excreción de calcio en orina de 24 horas.

e)Ecografia basal: en las mujeres con PEE moderada o grave, es frecuente registrar dimensiones correspondientes a una edad entre 2 y 4 semanas menor de la esperada, que sugieren la presencia de un crecimiento fetal intrauterino retardado. Las relaciones cabeza/abdomen y fémur/abdomen suelen ser anormalmente elevadas en estos casos.

f) La prueba de monitorización fetal no estresante (PNE) y la prueba estresante de respuesta a las contracciones, resultan útiles cuando se requiere una rápida evaluación fetal. La PNE se realizará al menos cada semana, si la madre refiere disminución de los movimientos fetales o existen indicios clínicos o ecográficos de crecimiento intrauterino retardado.