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Capítulo 1. 18. Canalización vascular
3. MATERIAL |
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El conocimiento de la tecnología, desarrollo y materiales de fabricación de los catéteres es importante a la hora de elegir los más adecuados. El catéter ideal debería no ser trombogénico, tener una relativa rigidez a temperatura ambiente que facilite su inserción, y ser flexible a temperatura corporal para minimizar el trauma mecánico intravascular. Existen en el mercado una gran variedad de catéteres de diferentes materiales que van ofreciendo más ventajas. Los más comunes son los siguientes (6, 3): 1- Catéteres de cloruro de polivinilo. Son los más traumáticos y generan una turbulencia importante, lo cual sumado a su intrínseca rigidez hace que sean los que presentan una mayor incidencia de trombosis a corto plazo. Sin embargo, por esta misma rigidez se colocan con facilidad. Se usan habitualmente a través de las venas antecubitales. 2- Catéteres de polietileno. Se han utilizado hasta hace pocos años en la cateterización de la vena subclavia. 3- Catéteres de silicona. Son los que actualmente presentan el más bajo índice de trombosis y, los mejor tolerados a largo plazo. Tienen el inconveniente de precisar una inserción quirúrgica y habitualmente no permiten la monitorización de presiones. 4- Catéteres fabricados con hidrómeros de poliuretano. Disponibles desde 1984 están desprovistos de aditivos (radicales alifáticos) y asocian las ventajas de un fácil colocación (catéter inicialmente rígido que se ablanda in situ) con un menor coste. Respecto a los de silicona, permiten un diámetro de la luz igual con un menor calibre total y al mismo tiempo, son más resistentes y elásticos. En estos catéteres se forma una capa de biomateriales adheridos que al retirar el catéter se quedan atrás y que están formados por fibrina, fibrinógeno, fibronectina... La importancia de esto está aún por determinar. En autopsias hechas a pacientes se ve que el segmento intravascular del catéter está cubierto por este material trombótico y el 38% además presentaban trombos intramurales. Aunque no todos los estudios son concluyentes los catéteres de poliuretano recubiertos de polímeros serían hoy los más adecuados para la inserción a la cabecera del enfermo. La tendencia se dirige a conseguir catéteres cada vez menos
trombogénicos,
por ello se investigan materiales de superficie cada
vez más lisa ó que estén recubiertos de heparina.
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