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Esta historia clínica debe
completarse con un examen físico combinado con pruebas básicas
de laboratorio y estudios radiológicos para obtener el diagnóstico
definitivo.
Antes de iniciar el examen abdominal
propiamente dicho, es imprescindible proceder a un análisis rápido
de la situación general del enfermo, con especial atención
a las funciones vitales como son: Nivel de conciencia, temperatura, nivel
de nutrición e hidratación, coloración, perfusión
periférica, respiración y pulso.
El examen abdominal ideal debe realizarse
en un ambiente tranquilo y con el paciente en posición de decúbito
supino. Es muy importante, la creación de un ambiente distendido
y de confianza hacia el médico que realiza la exploración.
Un ambiente enrarecido disminuye el rendimiento del examen.
Muy debatido ha sido el tema de la
conveniencia o no de calmar el dolor y la ansiedad del paciente antes de
realizar las exploraciones. La idea clásica de evitar la analgesia
hasta que el diagnóstico esté confirmado se ha abandonado
actualmente. Hoy en día se admite que los signos físicos
permanecen a pesar de la administración de analgesia y sedación
al enfermo ansioso. Por tanto, ante un enfermo con dolor intenso o ansiedad,
se pueden adminstrar sin que ello suponga un retraso diagnóstico
antiinflamatorios no esteroideos u opiáceos de corta duración
(7).
Bajo estas circunstancias de tranquilidad
y cofianza, debe procederse de forma sistemática y ordenada, con
atención fundamental a:
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Inspección.
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Auscultación.
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Percusión.
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Palpación.
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Examen rectal.
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Examen genital.
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INSPECCION: Es el primer paso de un
examen abdominal y no debe de pasarse por alto dado que puede proporcionar
hallazgos altamente sugestivos del proceso. Hay que prestar especial atención
a:
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Presencia de cicatrices laparotómicas
previas.
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Presencia de distensión abdominal.
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Inspección de la región
perineal y genital, la simple inspección nos puede revelar la presencia
de patología a estos niveles.
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AUSCULTACION: Es el segundo paso de
una exploración reglada, debe hacerse por tanto antes de la palpación
para aumentar su rentabilidad diagnóstica (6,
7). Patologías graves específicas
se asocian con los ruidos intestinales (frecuencia, amplitud y naturaleza),
aunque sin duda, lo más importante de los ruidos intestinales es
su evolución. Para una primera aproximación diagnóstica
podemos establecer que:
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Hiperactividad de los ruidos tienen
alta correlación con la obstrucción intestinal.
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Disminución o ausencia de ruidos
está típicamente asociado con perforación, apendicitis
y pequeñas obstrucciones intestinales.
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PERCUSION: Este paso puede ser muy útil
en la demostración de signos peritoneales. El simple toque producido
por la percusión puede ser suficiente para obtener el signo de rebote.
No obstante hay algunas situaciones como la ascitis donde la percusión
tiene un papel limitado.
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En la percusión vamos a apreciar
fundamentalmente la presencia de timpanismo o matidez. La matidez suele
relacionarse con la presencia de ascitis, por el contrario el timpanismo
suele encontrarse en la obstrucción y en la perforación.
Muy sugestivo de perforación es la presencia de timpanismo sobre
la zona hepática estando el enfermo en posición de decúbito
lateral izquierdo.
PALPACION: Es el cuarto paso de un examen
abdominal y a su vez es el paso más informativo del examen. No obstante
Stanilad et al (13) apuntan que solo 1/3 de
casos presentan dolor sobre la zona correspondiente al órgano lesionado.
Aunque son muchos los datos que se pueden obtener en una palpación
correcta del abdomen, hemos de prestar atención a:
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Iniciar la exploración en la
zona distante a la localización del dolor y acercarse a este de
forma progresiva. La intensidad de la sensibilidad es muy poco útil
dado su extrema subjetividad.
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Presencia de dolor de rebote o Signo
de Blumberg: Es indicativo de inflamación del peritoneo. Para que
sea significativo, debe realizarse de forma correcta así ha de palparse
con la palma de la mano extendida, manteniendo una presión constante,
si esta no es dolorosa raramente habrá rebote; debe mantenerse la
presión unos 30-60 segundos de esta manera el dolor originado por
la presión irá disminuyendo, cuando esté desprevenido
el enfermo se soltará bruscamente la mano del abdomen, bajo estas
circunstancias una simple muesca es indicativo de rebote positivo. No podemos
olvidar que el hecho de tener signo de rebote positivo, no indica indefectiblemente
patología quirúrgica, dado que hasta un 20% de procesos patológicos
intrabdominales no quirúrgicos presentan signo de rebote positivo
(3, 5, 6,
7).
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Presencia de defensa muscular y contractura.
Lo más importante de este apartado es diferenciar la contractura
voluntaria que realiza el enfermo por la simple palpación de aquella
otra involuntaria que está presente por muy minuciosa que sea la
exploración. La presencia de contractura involuntaria indica peritonitis
y necesidad de cirugía (6, 7).
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Signo de Murphy: Es un signo clásicamente
descrito como guía del diagnóstico de colecistitis. Consiste
en realizar la palpación por debajo del reborde costal derecho,
esto produce un aumento del dolor cuando el paciente realiza una inspiración
profunda al chocar la vesícula inflamada con la mano.
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Hemos de explorar también los
movimientos de la pared abdominal para descartar patología a este
nivel. Se apoya la palma de la mano sobre la parte superior del abdomen
y se invita al enfermo a que realice una inspiración profunda intentando
que su estómago choque con nuestra mano, si con esta maniobra el
dolor no aumenta la movilidad de la pared es normal.
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EXAMEN RECTAL: Es de suma importancia
realizar una exploración del recto-ano-perine en busca de:
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Dolor excesivo no atribuible a la propia
exploración, así como la determinación de la presencia
de puntos dolorosos. La prostatitis y la inflamación de las vesículas
seminales pueden simular un abdomen agudo.
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Presencia de tumefacciones o zonas de
supuración.
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Inspección del guante una vez
realizado el tacto rectal en busca de sangre, moco u otros productos patológicos.
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EXAMEN GENITAL: Imprescindible en toda
exploración abdominal. Suma importancia tiene la palpación
de los orificios herniarios, ya que las hernias puede producir un cuadro
de abdomen agudo, sobre todo si se complican con incarceración.
Un examen ginecológico debe completar la exploración.
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