Capítulo 3. 2. Hemorragias digestivas

1. INTRODUCCIÓN


La hemorragia digestiva (HD) es una causa frecuente de ingresos hospitalarios, presentando una amplia trascendencia sanitaria debido a su alta incidencia, que se sitúa entorno a 50-150 episodios/10 hab./ año (1),y a su importante tasa de mortalidad, del 8 al 12% (1, 2). Sin embargo, publicaciones más recientes muestran tasas de mortalidad varios puntos por debajo de esa cifra, debido a la permanente mejora en la evaluación y manejo del paciente sangrante con el desarrollo de Unidades de Cuidados Intensivos y personal sanitario más preparado, y a la protocolización del diagnóstico endoscópico precoz que permite hacer hemostasia primaria con las nuevas técnicas de terapéutica endoscópica (3)

Aunque en la mayoría de los textos dividen la HD en sangrado gastrointestinal alto y bajo según la fuente de hemorragia esté localizada por encima o debajo del ligamento de Treitz, a veces es difícil predecir el nivel de sangrado en la evaluación inicial del paciente. Por este motivo, la tendencia actual es clasificar las hemorragias digestivas en secundarias a Hipertensión Portal (HTP), y las no relacionadas con HTP.

Las HD secundarias a HTP se definen como aquellas que ocurren por rotura de varices esófago-gástricas o por gastropatía hipertensiva. Las HD no relacionadas con HTP, incluyen cualquier otro tipo de lesión sangrante no incluida en la definición anterior (4). (Tabla 1)

Shoemaker et al, definen la hemorragia digestiva grave como aquel episodio de sangrado gastrointestinal documentado ( en forma de hematemesis, melena, hematoquecia o lavado nasogástrico positivo) acompañado de shock o hipotensión ortostática, disminución del hematocrito entre un 6-8% o transfusión como mínimo de dos concentrados de hematíes. En esta situación, el paciente debe estar bajo control estricto de un equipo multidisciplinario constituido por intensivista, endoscopistas y cirujanos.