El diagnóstico del cólico nefrítico descansa
en tres pilares fundamentales,que son:
-Historia clínica(anamnesis y exploración física).
-Sedimento urinario.
-Técnicas de imagen.
5.1. HISTORIA CLINICA
Es la base del diagnóstico y en muchos casos se podría
prescindir del resto de exploraciones. El cuadro clínico es lo suficientemente
típico como para que una correcta anamnesis y exploración
física establezcan el diagnóstico de sospecha. La exploración
física suele demostrar un paciente taquicárdico, sudoroso,
con importante dolor a la palpación o percusión lumbar, al
igual que dolorimiento en la zona próxima a la impactación
del cálculo. En ocasiones, la exploración abdominal muestra
signos de defensa, cuando el cuadro de íleo reflejo es de cierta
severidad. La aparición de fiebre alerta de la existencia de un
cuadro séptico asociado.
5. 2. TIRA REACTIVA Y SEDIMENTO DE ORINA
Se obtiene una muestra de orina para practicar análisis mediante
tira reactiva. Es un método rápido y barato que permite una
aproximación adecuada al análisis de orina. La combinación
del aspecto macroscópico de la orina junto con los resultados de
la tira reactiva es útil como screening y permite reducir el número
de peticiones de sedimentos y/o cultivos de orina y establecer una terapia
antibiótica empírica. Dada la elevada sensibilidad para la
hematuria de la tira reactiva, sólo cursaremos el sedimento cuando
sea necesario evidenciar hematuria microscópica, dependiendo de
la clínica del paciente.
En la mayoría de los pacientes con litiasis urinaria el análisis
de orina revela la presencia de hematuria microscópica o macroscópica.
Cerca del 10% de los pacientes no presentan hematuria, en especial si el
cálculo ha creado una obstrucción completa. En algunos casos
de cálculos urinarios sín dolor la hematuria macroscópica
puede ser el único síntoma de presentación o descubrirse
por casualidad en el examen físico de rutina. Aunque esta hematuria
indolora puede deberse a otras causas, debe descartarse la presencia de
cálculos urinarios silenciosos. Incluso en los pacientes con litiasis
urinaria no infectada puede desarrollarse una piuria moderada. Sin embargo
cuando se observan cantidades significativas de piocitos en la orina debe
realizarse una búsqueda exaustiva de infecciones. Esto es especialmente
válido en la mujeres, en quienes la infección urinaria suele
ser común debido a la litiasis urinaria.
En ocasiones el análisis de orina revela un hallazgo adicional
que puede ser de utilidad en el diagnóstico del tipo de cálculo
presente. A veces el paciente que se encuentra en la fase activa de la
litiasis urinaria presenta en la orina cristales del mismo tipo que los
que componen los cálculos en formación. En consecuencia,
la observación de cristales de cistina, ácido úrico
u oxalato de calcio en la orina puede indicar el tipo de cálculo
que se hallará posteriormente.
Pueden encontrarse cristales en el sedimento pero la existencia de
estos no implica necesariamente la presencia de una litiasis, ni por tanto
es patognomónica de encontrarnos ante un cólico nefrítico.
De igual manera en ocasiones, el sedimento es normal y esto no invalida
la posible existencia de un cálculo como causante del cólico
nefrítico.
5.3. OTRAS PRUEBAS
*Hemograma:El recuento leucocitario y su fórmula, normales
en el cólico nefrítico, pueden hacer sospechar la presencia
de infección si aparece leucocitosis y desviación a la izquierda.
En este caso confirmaremos el caso como cólico nefrítico
complicado.
*Bioquímica:La determinación de los niveles
plasmáticos de creatinina e iones(Na+,K+,Cl- y Bicarbonato) permite
valorar la función renal y la repercusión que la obstrucción
puede haber producido en ella y servir de base para el manejo ulterior
del paciente.
5.4. TECNICAS DE IMAGEN
Ya hemos comentado antes que el diagnóstico del cólico
nefrítico es fundamentalmente clínico. Sin embargo,de forma
rutinaria ante dicho episodio se realizan diversas exploraciones radiológicas
no tanto para confirmar el diagnóstico de cólico nefrítico,
como para establecer la causa del mismo. Dentro de estas exploraciones
cabe mencionar:
5.4.1. Radiografía simple de abdomen.
Su fácil y rápida realización, y su práctica
inocuidad salvo en ñiños y gestante, la hacen una exploración
rutinaria a realizar en el momento agudo ya que nos puede informar no sólo
de la presencia de cálculos sino incluso de su composición
en base a su distinta densidad radiológica. El 80% de los cálculos
renoureterales son radiopacos y el resto, en su mayoría de ácido
úrico, serán radiotransparentes.
La radiografía simple debe preceder a toda urografía
intravenosa (UIV), ya que el contraste puede ocultar una litiasis. Como
ya hemos mencionado, nos informa acerca de imagenes alijadas en el aparato
urinario pero hay que distinguir estas de las extraurinarias; entre las
intraurinarias, además de la litiasis distinguiremos calcificaciones
de cavernas tuberculosas, de quistes hidatídicos, de procesos prostáticos,
nefrocalcinosis, tumores uroteliales calcificados, cistitis incrustantes,
riñón mastic. Entre las extraurinarias:calcificaciones
de cartílagos costales, litiasis biliares y pancreáticas,
flebolitos (que frecuentemente son múltiples, con centro menos opaco),
calcificaciones de las arterias iliacas.
Los ganglios linfáticos mesentéricos, por su movilidad
y aspecto abigarrado pueden identificarse adecuadamente. Calcificaciones
radiopacas en el deferente y vesículas seminales pueden aparecer
en la evolución de una diabetes o tuberculosis. Otros procesos que
cursan con calcificaciones: hipernefroma, aneurismas vasculares, ateromas
aórticos y renales, hematomas, abscesos renales calcificados.
Por ello, ante la posibilidad de estos procesos que cursan con calcificaciones,
es conveniente obtener radiografías adicionales en posiciones oblicua
posterior derecha, oblicua posterior izquierda o lateral. También
puede ser de gran utilidad la tomografía renal sin contraste. En
la mayoría de los pacientes, la posición y el contorno de
los riñones puede visualizarse. La posición del uréter
se caracteriza por ser paralela a los procesos laterales de la columna
vertebral lumbar. El uréter cruza el reborde pelviano y se tuerce
lateralmente para penetrar en la pelvis verdadera.
En consecuencia la observación de cálculos radiodensos
en las zonas del riñón o a lo largo del curso del uréter,
junto con signos típicos de cólicos y hematuria, puede ser
suficiente para el diagnóstico de cálculos urinarios del
tracto superior.
Radiodensidad de los cálculos:
Son radiodensos los cálculos que contienen calcio, tales como
los cálculos de oxalato de calcio y de fosfato cálcico. Los
cálculos de fosfato de calcio (apatita) son los más radiopacos
y tienen densidad similar al hueso. Los cálculos de oxalato cálcico
son casi igualmente opacos. Los cálculos de fosfato amónico
magnésico (estruvita) son algo menos radiopacos que los cálculos
de calcio. Los cálculos de cistina deben considerarse parcialmente
radiodensos.
El grado de radiodensidad es uno de los factores que contribuyen
a la visualización del cálculo en la radiografía;
otros son la estructura y la configuración del cálculo.
Los cálculos de urato ácido de amonio tienen radiodensidad
leve, mientras que aún los cálculos grandes de ácido
úrico no tienen radiodensidad alguna, comparado con el tejido blando
circundante. Sólo los cálculos de ácido úrico
relativamente puro o de la matriz pueden considerarse verdaderamente radiolúcidos.
Estos cálculos crean los mayores problemas diagnósticos sobre
la base de la radiografía simple de abdomen. Para la diferenciación
de estos cálculos son necesarios estudios radiográficos con
algún tipo de agente de contraste. El tipo de estudio realizado
con mayor frecuencia en un paciente sospechoso de tener cálculos
renales o ureterales, no alérgico a los materiales de contraste,
es la UIV.
5.4.2. Urografía intravenosa(UIV).
Esta exploración aporta datos respecto a la naturaleza, tamaño,
localización y repercusión morfofuncional de la litiasis
sobre el riñón y la vía urinaria afectados, y al estado
del sistema contralateral, lo que nos permite compararlos.
Radiológicamente se interpreta como normal la función
de un riñón en la que a los 2 minutos de terminada la inyección
de contraste aparece eliminación del mismo, y cuando su concentración
proporciona a los 5 minutos mayor radiopacidad en pelvis renal que la de
las costillas.
Además de la observación de un cálculo radiodenso
en algún sitio del aparato urinario, la primera indicación
de la presencia de urolitiasis es un retraso en la aparición del
medio de contraste en la nefrografía posterior a su inyección.
Este hallazgo implica la obstrucción por un cálculo. La observación
de este retraso indica que la película radiográfica habitual
de 5,10 y 20 minutos probablemente no sea útil para definir la localización
y presencia del cálculo. Por lo tanto,conviene extender el periodo
de observación y obtener imagenes quizás a los 20,30 y 60
minutos. Pueden obtenerse imagenes diferidas varias horas o incluso un
día despues de la inyección del material de contraste.
Además del retraso podemos apreciar también el grado
y nivel de dilatación, lo que nos permite una aproximada evaluación
cualitativa de la alteración de la función renal y sus posibilidades
de recuperación. Es conveniente realizar placa posmiccional, pues
algunos cálculos yuxtavesicales o pelvianos sólo son detectados
en esta placa. Esta técnica no debe realizarse en el momento agudo
doloroso, sino en los días posteriores por dos razones fundamentales:
1-Al provocar una diuresis osmótica provocaría un
aumento de la presión en la vía excretora, y por consiguiente
del dolor, aumentando también la posibilidad de rotura de la víaexcretora.
2-Al coincidir el episodio agudo con periodos de máxima obstrucción,
puede requerir de la realización de placas retardadas, varias horas
tras la inyección de contraste para un correcto diagnóstico.
Contraindicaciones de la UIV:
*Absolutas:Alergia a los contrastes radiológicos.
*Relativas:
Historia de asma o urticaria.
Mieloma múltiple.
Insuficiencia renal
Insuficiencia cardiaca congestiva.
Embarazo(particularmente el primer trimestre).
Feocromocitoma.
5.4.3. Ecografía:
Para muchos autores la ecografía constituye la exploración
a realizar en pacientes con cólico nefrítico. La ecografía
tendría una serie de ventajas sobre el estudio urográfico,
como son:
*Evita la radiación ionizante y el uso de agentes de contraste.
*Es más rápida, más barata y menos molesta para
el paciente.
*Podría realizarse en el momento agudo del episodio doloroso
y en su seguimiento tantas veces como fuera necesario.
*Mayor sensibilidad y especificidad en el estudio morfológico
del riñón.
*Posibilidad de explorar órganos extraurinarios.
Por el contrario los inconvenientes fundamentales serían:
*Dificultad o imposibilidad de demostrar el ninel de la obstrucción
en muchos pacientes al ser el uréter lumboiliaco una zona ciega
a la ecografía. La utilización conjunta de una radiografía
simple de abdomen soslayaría totalmente este inconveniente.
*La existencia potencial de resultados falsamente negativos en hidronefrosis
grado I, y en uropatías obstructivas sin dilatación de la
vía excretora, situación esta que admitiría diversas
explicaciones, a saber:
a)Rotura fornicial con descompresión del sistema pielocalicial.
b)Pelvis intrarrenal.
c)Menos de tres horas transcurridas desde el establecimiento de
la obstrucción.
d)Cálculos muy distales.
e)Paciente con bajo volumen de diuresis debido a la deplección
hídrica, asociada al dolor, nauseas y vómitos.
f)Error del observador.
Estos inconvenientes se podrian soslayar en parte mediante una correcta
hidratación del paciente previa al estudio ecográfico y la
utilización de Doppler intrarrenal asociado a la ecografía,
que demostraría un aumento del índice de resistencia en el
riñón obstruido con respecto al contralateral en casos de
obstrucción, y en casos de embolismo renal la ausencia total o segmentaria
del flujo sanguineo.
Con todo lo anteriormente expuesto la ecografía sería
preferible en ñiños, gestantes, insuficiencia renal o alergias
a contrastes yodados.
Esta técnica no es necesaria realizarla en todos los cólicos
nefríticos,sólo en aquellos en que se sospeche:
*Función renal alterada previa o actual.
*Anuria.
*Monorreno anatómico o funcional.
*Sintomatología prolongada(2-3días)
*Masa abdominal.
*Hipotensión
*Duda diagnóstica.
5.4.4. Ureteropielografía retrógrada.
Es de empleo muy limitado últimamente dado los métodos
de que disponemos para un adecuado estudio de las litiasis. Las indicaciones
de esta técnica están muy matizadas, debido a las complicaciones
inherentes y al riesgo de infección que comporta toda instrumentación.
Estas indicaciones son:
*Insuficiente visualización urográfica del defecto
de replección intraluminal sugestivo de litiasis, tumor o coágulo;
*Insuficiente visión del uréter por debajo de una
detención litiásica;
*Valoración de la relación de una calcificación
abdominal con el uréter, aunque es suficiente, en este caso, con
la radiografía simple realizada con el catéter in situ;
*Estudio morfológico y de localización de posibles
litiasis radiolúcidas, en caso de sensibilidad al contraste, aunque
hay que advertir de la posibilidad de un reflujo pieovenoso de contraste
y del riesgo de reacción alérgica.
5.4.5. Estudio radioisotópico.
Tanto el renograma como la gammagrafía renal, son exploraciones
radioisotópicas que pueden contribuir al diagnóstico del
grado de obstrucción y afectación funcional del riñón
litiásico y el riñón hidronefrótico, y del
grado de recuperabilidad del mismo. En nuestro país esta técnica
tiene un uso restringido a pacientes con insuficiencia renal y/o alergias
a contrastes yodados.
5.4.6. T.A.C.
Actualmente es de escasa aplicación en la litiasis urinaria.
Es de especial utilidad para definir cálculos radiotranslúcidos
de ácido úrico. Los estudios sin contraste preceden a los
estudios con contraste.
5.4.7. Angiografía renal.
Es un procedimiento de limitada aplicación en el terreno de
la litiasis renal, con el que se puede definir mejor la relación
de una gruesa litiasis, susceptible de cirugía reductora, con la
vascularización renal. Donde tiene mayor indicación es en
la precisión de una hidronefrosis obsructiva, para reducir con mayor
exactitud el grado de lesión parenquimatosa, a la hora de decidir
sobre la necesidad de una nefrectomía total o parcial,delimitando
la zona sana y conservable de la extirpable.
5.4.8. Nefrostomía percutánea
translumbar.
Es una técnica difundida y aplicada ampliamente en el estudio
y tratamiento del tracto urinario superior obstruído, que cumple
unas amplias posibilidades diagnósticas sobre grado y nivel de la
obstrucción, sobre evaluación de la recuperabilidad del estado
de la función renal, y permite una derivación transitoria
que facilita apurar las necesidades diagnósticas,solucionando rápida
y eficazmente el problema obstructivo; y todo ello con un bajo porcentaje
de morbilidad, aprovechando su ubicación para efectuar el estudio
de las unidades renoureterales obstruídas mediante técnicas
radiológicas, funcionales, bacteriológicas y urodinámicas.
Sus indicaciones en el estudio de la litiasis son excepcionales. Forma
parte de una integración de acciones terapéuticas en riñones
muy obstruídos por litiasis subsidiarias de derivación.
En resumen; en estos momentos con una correcta realización
de una radiografía simple de abdomen y una ecografía abdominal
ante una sospecha clínica de litiasis renal, se puede obtener una
aproximación diagnóstica sobre el cálculo y la repercusión.
Ante la patología en estas exploraciones es cuando se puede indicar
una urografía de eliminación, previa a terapéutica
resolutiva. El resto de exploraciones radiológicas son excepcionales. |